En los últimos años los fabricantes cada vez apuestan menos por los cambios manuales en sus productos deportivos. Los cambios automáticos utilizados en coches de altas prestaciones son más rápidos y efectivos que cualquier humano, a lo que hay que sumar que el conductor no tiene que soltar las manos del volante en ningún momento cuando rueda al límite.
Por otro lado tenemos la fiabilidad, ya que las cajas manuales tienen limitaciones de fiabilidad con motores muy potentes. Se podrían utilizar trasmisiones manuales más robustas para aumentar su durabilidad, pero el tacto del cambio sería mucho peor y también elevaría su peso. Toda esta combinación hace que, salvo contadas excepciones como la vuelta del Porsche 911 GT3 al cambio manual, cada vez sea más difícil ver un cambio manual en un coche de altas prestaciones.
En los últimos años hemos ido siendo conscientes de este cambio en la industria, viendo como los fabricantes recurrían especialmente a los cambios de doble embrague. En BMW ahora puedes comprar versiones con transmisión manual de 6 velocidades o cambio con doble embrague y 7 marchas. Unas recientes declaraciones de Peter Quintus a nuestros compañeros de The Drive nos dejan con la boca abierta: “La DCT tuvo dos ventajas: era ligera y su velocidad de cambio era mayor, ahora, una gran parte de esa ventaja de tiempo de cambio ha desaparecido a medida que las automatizaciones mejoran y se hacen más inteligentes”.
Resulta cuanto menos curioso que un alto cargo de BMW haga estas declaraciones cuando actualmente los productos de su empresa utilizan este tipo de cambio. Quintus declaraba además que al DCT le quedan entre seis y siete años de vida. Él mismo elogiaba la evolución que están recibiendo las cajas automáticas de convertidor de par afirmando, entre otras cosas, que “ahora estamos viendo transmisiones automáticas con nueve e incluso diez velocidades, por lo que hay mucha tecnología en automáticos”.
Las cifras de rendimiento, tanto de potencia como de par, en los coches de altas prestaciones, la complejidad que añade en los sistemas híbridos y el confort de marcha de un cambio automático hace que un manual sea casi imposible de ver en un nuevo superdeportivo. Lo más curioso es que, según BMW, exactamente los mismos motivos “matarán” al doble embrague en favor del convertidor de par.