Parece mentira, pero General Motors fue uno de los primeros fabricantes en apostar por los vehículos eléctricos. Quizá muchos no lo sepáis, pero en la década de los 90 del pasado siglo, ya desarrolló un modelo impulsado por electricidad. Este proyecto tenía por nombre EV1 y, fruto de una mala decisión estratégica, fue desmantelado y enterrado en lo más profundo de su historia. Ahora, quieren recuperar el terreno con el Chevrolet Bolt EV.
El Chevrolet Bolt EV supuso el regreso del fabricante alemán a esta parcela del mercado. Antes que él vendieron el Volt (con V), pero su éxito fue tan limitado que el público ya ni se acuerda de él. Ahora, llega su segunda generación y, para mejorar su nivel de ventas, llega acompañado por un hermanito de estilo crossover. Nos referimos al Bolt EUV y atento, porque las diferencias entre uno y otro modelo son tan justas que tendrás que mirarlos dos veces.
El Chevrolet Bolt EV apuesta por las familias urbanas
En primer lugar nos fijaremos en el Chevrolet Bolt EV. Este monovolumen estrena imagen, pues sus trazos son más marcados y afilados. Su frontal es poderoso y destaca por la división de sus ópticas en dos niveles. El superior, como ya os avanzamos, corresponde a la luz de conducción diurna y los intermitentes. El inferior agrupa las ópticas principales y las anti nieblas. Ambos, flanquean una parrilla lisa que integra el logo de Chevrolet en negro.
El paragolpes es más atractivo. Ahora recibe una nueva moldura hexagonal en el mismo color de la carrocería. En la parte baja hay una pequeña toma de aire acabada en plástico protector negro. Este se extiende por los pasos de rueda y taloneras, aunque no llega al nivel del Bolt EUV. Las llantas de aleación en dos tonos o la línea en piano black que va desde el paso de rueda anterior al pilar «C» aportan el toque dinámico a esta silueta monovolumen.