¿Qué pasa con los coches sin etiqueta en Madrid tras la nueva prórroga?

  • Moratoria ampliada: los coches sin etiqueta empadronados en Madrid podrán circular hasta el 31 de diciembre de 2026, salvo en Zonas de Bajas Emisiones de Especial Protección.
  • A partir de 2027, los vehículos sin distintivo ambiental tendrán prohibido circular por todo el término municipal de Madrid.
  • La medida genera división política y malestar entre quienes ya achatarraron o vendieron su coche por miedo a las restricciones.
  • Las ZBE y ZBEDEP se mantienen activas y refuerzan un modelo de movilidad más restrictivo con los vehículos más contaminantes.

Emisiones gases Start/stop coche

Los coches sin etiqueta en Madrid vuelven a estar en el centro del debate. Cuando muchos conductores asumían que en 2026 tendrían que jubilar sí o sí sus vehículos más antiguos, el Ayuntamiento ha optado por alargar la vida útil de estos turismos un año más, introduciendo una nueva prórroga que cambia de nuevo el calendario previsto.

Esta decisión encaja en un contexto de normativas medioambientales cambiantes, tanto a nivel municipal como europeo, y afecta de lleno a quienes poseen vehículos de gasolina anteriores a 2000-2001 y diésel matriculados antes de 2006, es decir, los coches más viejos del parque móvil urbano. Para muchos vecinos, la medida supone un respiro; para otros, es una fuente más de incertidumbre sobre el futuro de la movilidad en la capital.

Moratoria para los coches sin etiqueta: hasta cuándo se puede circular

El Ayuntamiento de Madrid ha confirmado que extiende hasta el 31 de diciembre de 2026 la moratoria que permite a los vehículos sin etiqueta ambiental de la DGT seguir circulando por la ciudad. Esta prórroga se aplica únicamente a los coches cuyos propietarios están empadronados en Madrid o figuran dados de alta en el IVTM (Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica) del municipio.

En la práctica, esto significa que los coches sin distintivo ambiental empadronados en la capital podrán seguir circulando durante todo 2026 por la mayor parte del término municipal. La medida, encuadrada en la Ordenanza de Movilidad Sostenible, supone la segunda ampliación de plazos tras la fecha que inicialmente se barajó para 2025 y, posteriormente, para principios de 2026. Como detalla la cuenta atrás del veto a los vehículos sin etiqueta, el calendario ha ido cambiando en función de valoraciones técnicas y sociales.

Conviene tener claro que no todos los vehículos sin etiqueta se benefician de este margen. Los turismos sin distintivo procedentes de otros municipios, que no están empadronados ni tributan el IVTM en Madrid, llevan tiempo recibiendo multas si acceden de forma indebida a la ciudad y seguirán siendo sancionados. Las sanciones, tramitadas mediante cámaras y control automatizado, se sitúan en el entorno de 200 euros por infracción.

Qué ocurrirá a partir de 2027 con los coches sin distintivo

Pese a la prórroga, el consistorio insiste en que el objetivo final no cambia: a partir del 1 de enero de 2027, los vehículos sin etiqueta ambiental tendrán prohibido circular por cualquier vía pública del municipio de Madrid. Esta fecha se presenta como el límite definitivo para los coches más contaminantes, incluso aunque sigan empadronados en la capital.

La normativa acabará afectando principalmente a gasolina matriculados antes del año 2000-2001 y diésel anteriores a 2006, considerados turismos de categoría A por la DGT. Estos vehículos ya han ido perdiendo espacio de circulación de manera progresiva desde 2022, primero en el interior de la M-30 y, posteriormente, con la expansión de la Zona de Bajas Emisiones a todo el municipio.

Desde el Ayuntamiento se argumenta que el número de coches sin etiqueta que aún circulan es cada vez más reducido. Las estimaciones oficiales hablan de entre 14.000 y 15.000 vehículos empadronados en Madrid que siguen en activo, una cifra pequeña si se compara con los casi cinco millones de accesos diarios a la ciudad. A juicio del consistorio, esto justifica que el impacto medioambiental actual de estos turismos sea «residual» y permita ajustar los plazos sin comprometer las metas de calidad del aire.

Dónde no pueden circular los coches sin etiqueta aunque haya prórroga

Aunque la moratoria amplía el margen hasta finales de 2026, no significa que los coches sin distintivo puedan ir por todas partes. La ciudad mantiene activas varias Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y, dentro de ellas, áreas de Especial Protección (ZBEDEP) con reglas más duras.

En Madrid, las dos áreas de protección reforzada son el Distrito Centro y el entorno de Plaza Elíptica. En estas zonas, los coches sin etiqueta ambiental no pueden acceder bajo ningún concepto, incluso si están empadronados en Madrid o tributan en el IVTM de la capital. Es decir, la prórroga no abre la puerta a circular por estas áreas: las restricciones se mantienen intactas.

El Distrito Centro incluye barrios como Palacio, Embajadores, Cortes, Justicia, Universidad y Sol, delimitados por un perímetro que abarca vías como Alberto Aguilera, Sagasta, paseo de Recoletos, paseo del Prado, la ronda de Atocha, ronda de Toledo o la calle Mayor, entre otras. Dentro de este perímetro, los coches sin distintivo ambiental tienen el paso vetado, y las cámaras de control registran los accesos no autorizados.

Además, en estas zonas de especial protección, los vehículos con etiqueta B o C sólo pueden estacionar en aparcamientos públicos o privados, sin derecho al estacionamiento regulado en la calle (SER), salvo las excepciones habituales para residentes, servicios esenciales o emergencias. De esta forma, el Ayuntamiento mantiene una estrategia más dura en los puntos con peores datos de contaminación, mientras flexibiliza el calendario en el resto del término municipal.

Cómo ha evolucionado la ZBE en Madrid

La política de restricciones a los coches sin etiqueta en Madrid lleva años desplegándose de forma escalonada. En 2022, la prohibición para los turismos más contaminantes se centraba en el interior de la M-30 (sin incluir esta vía). Un año más tarde, en 2023, las restricciones se ampliaron a la propia M-30 y, ya en 2024, la ZBE pasó a abarcar todas las vías urbanas del municipio, con criterios de acceso vinculados al distintivo ambiental de la DGT.

Paralelamente, se consolidaron las Zonas de Bajas Emisiones de Especial Protección en el Distrito Centro y en la zona de Plaza Elíptica, con controles automáticos, limitaciones de acceso más estrictas y un modelo que prioriza la reducción de óxidos de nitrógeno (NOx) y otros contaminantes atmosféricos. Estas áreas se consideran clave para cumplir los valores límite de calidad del aire y responder a las exigencias de la normativa europea.

Zona Bajas Emisiones - Madrid - Coches que no pueden entrar en la zbe de Madrid 0

En este escenario, la nueva prórroga no altera el funcionamiento básico de las ZBE ni rebaja los controles en las zonas más sensibles. Lo que sí hace es retrasar un año el veto total a los coches sin etiqueta en el conjunto del municipio, dando más margen a los propietarios que todavía dependen de estos vehículos para su día a día.

Por qué el Ayuntamiento justifica la prórroga

Desde el área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, que dirige Borja Carabante, se defiende que la extensión de la moratoria responde a una combinación de criterios técnicos y sociales. Por un lado, se subraya que Madrid registra actualmente algunos de sus mejores datos de calidad del aire, con niveles de contaminación inferiores a los de 2019. Por otro, se insiste en que la transición ecológica debe hacerse sin dejar atrás a quienes tienen menos capacidad económica para cambiar de coche.

La idea central es que las políticas medioambientales no pueden convertirse en un muro infranqueable para las familias con menos recursos. Obligar a sustituir de forma inmediata un vehículo antiguo, en un contexto de precios elevados tanto en vehículos nuevos como en el mercado de segunda mano, podría suponer un perjuicio directo para miles de hogares. Con la prórroga hasta 2026, el consistorio aspira a facilitar una transición más gradual hacia una movilidad menos contaminante, al mismo tiempo que se refuerzan ayudas y se amplía la infraestructura de transporte alternativo.

Además, el Ayuntamiento sostiene que el pequeño número de coches sin etiqueta que siguen circulando justifica modular el calendario. Según el propio Carabante, el impacto de estos vehículos sobre las emisiones es ya «reducido» o «residual», y eso permite ajustar los tiempos sin renunciar a las metas de reducción de gases contaminantes y de efecto invernadero.

Un año extra para decidir: qué deben valorar los conductores

Para los propietarios de coches sin etiqueta empadronados en Madrid, el mensaje esencial es sencillo: podrán seguir circulando durante todo 2026 fuera de las ZBE de especial protección. No se trata de una carta blanca indefinida, sino de un último margen de tiempo para planificar qué hacer con el vehículo de cara a 2027.

Este año adicional puede servir para valorar si compensa mantener el coche hasta el final del plazo, venderlo, achatarrarlo o sustituirlo por otro con etiqueta ambiental. También permite estudiar alternativas de movilidad, como el uso más intensivo del transporte público, el coche compartido o la combinación de varios medios de transporte según las necesidades de cada familia.

Los conductores deben tener presente que, aunque ahora se retrase la fecha, la prohibición definitiva está ya fijada en la nueva ordenanza. La sensación de «margen de sobra» puede ser engañosa si se deja la decisión para el último momento, ya que un gran número de personas podría intentar cambiar de coche a la vez y generar tensiones de precios en el mercado de ocasión y en los trámites administrativos.

Impacto económico y malestar entre quienes ya cambiaron de coche

La sucesión de cambios de fecha ha generado un notable malestar entre los conductores que ya se anticiparon. Desde 2022, muchos madrileños decidieron vender, achatarrar o sustituir sus coches sin etiqueta, en ocasiones de forma apresurada, para evitar quedarse sin poder circular. Algunos recurrieron a modelos con etiqueta C, híbridos o incluso eléctricos, apoyándose en las ayudas de achatarramiento disponibles.

Las estimaciones apuntan a decenas de miles de vehículos sin distintivo que ya han sido retirados de la circulación en los últimos años, en parte por la expectativa de que la prohibición en 2025 sería firme. Con la nueva prórroga hasta 2026, no pocos propietarios sienten que tomaron una decisión condicionada por un calendario que finalmente se ha modificado.

Esta sensación ha sido aprovechada por algunos grupos políticos para reclamar indemnizaciones o compensaciones adicionales para los madrileños que adelantaron el cambio de coche. Hay formaciones que plantean que quienes optaron por achatarrar sus vehículos por responsabilidad o por miedo a las restricciones deberían recibir un trato más favorable, al considerar que la política de prórrogas sucesivas ha generado inseguridad jurídica y costes innecesarios.

Debate político en torno a la prórroga

La ampliación de la moratoria ha provocado un intenso debate en el pleno municipal. Mientras el Gobierno de la ciudad defiende la medida como un ajuste razonable a la situación real del parque móvil y de la contaminación, la oposición critica el cambio de rumbo y lo vincula tanto a cuestiones electorales como a una falta de ambición ambiental.

Desde sectores progresistas se acusa al Ayuntamiento de diluir la eficacia de las Zonas de Bajas Emisiones, al entender que la prórroga aplaza decisiones inevitables y mantiene durante más tiempo en circulación a los vehículos más contaminantes, aunque sean pocos. Estos grupos reclaman una apuesta más decidida por la movilidad sostenible, con más inversión en transporte público y una red de puntos de recarga para eléctricos mucho más amplia de la actual.

Zona Bajas Emisiones - Madrid - Coches que no pueden entrar en la zbe de Madrid 2

Otros partidos, por el contrario, han puesto el foco en el perjuicio que habrían sufrido los propietarios que ya renunciaron a sus coches sin etiqueta antes de las prórrogas. Hay propuestas para que el Ayuntamiento estudie compensaciones económicas para quienes se deshicieron de sus vehículos guiados por un calendario que luego ha cambiado. Se trata de un enfoque que subraya la necesidad de previsibilidad y estabilidad normativa para que los ciudadanos puedan tomar decisiones con cierta seguridad.

Ayudas, achatarramiento y cambio de vehículo

En paralelo a la prórroga, el Ayuntamiento mantiene las ayudas por achatarramiento de vehículos sin etiqueta, un instrumento con el que se intenta incentivar la renovación del parque automovilístico. Estas subvenciones, que en muchos casos se sitúan en torno a los 1.500 euros por coche retirado, pueden utilizarse como apoyo a la compra de turismos menos contaminantes, ya sean de gasolina o diésel con etiqueta oficial, híbridos enchufables o eléctricos puros.

La administración municipal sostiene que quienes han aprovechado estas ayudas no se arrepienten, puesto que han podido anticipar el fin de la circulación de sus coches antiguos a cambio de una compensación económica y de la posibilidad de acceder a un vehículo más eficiente y con menos restricciones. Sin embargo, para una parte de los usuarios, la sensación persiste de que el calendario variable ha penalizado a quienes se adelantaron más.

Desde colectivos de automovilistas y asociaciones del sector se reclama mayor claridad en los plazos y menos cambios de criterio. La percepción es que la improvisación regulatoria puede generar desconfianza y decisiones forzadas, especialmente entre quienes ya se encuentran en una situación económica ajustada y deben calcular bien cada gasto.

Relación con las políticas europeas y el contexto nacional

La situación de los coches sin etiqueta en Madrid no se entiende aislada del contexto europeo. En los últimos años, la Unión Europea ha apretado el paso en materia de calidad del aire y descarbonización, lo que ha impulsado la generalización de las Zonas de Bajas Emisiones en las grandes ciudades. También se ha debatido intensamente sobre fechas límite para la venta de coches de combustión, un calendario que Bruselas ha ido matizando con el tiempo.

En España, la Ley de Cambio Climático obliga a decenas de municipios a implantar ZBE, mientras que una nueva normativa estatal de movilidad proporciona a los ayuntamientos un marco legal más sólido para endurecer las restricciones de tráfico. Aun así, la aplicación concreta depende de cada ciudad, lo que explica que haya calendarios muy distintos y grados de exigencia variados según el territorio.

En este marco, Madrid ha optado por una estrategia que combina objetivos ambientales con cierta flexibilidad temporal, especialmente para los coches sin etiqueta empadronados. Otras ciudades españolas, como Bilbao o varios municipios catalanes, están avanzando hacia modelos más restrictivos, con calendarios claros de prohibición para determinados distintivos, lo que muestra que la tendencia general va hacia una reducción sostenida del protagonismo del coche más contaminante en el entorno urbano.

Qué horizonte se dibuja para los conductores madrileños

Con la prórroga ya sobre la mesa, los conductores madrileños con coches sin etiqueta disponen de un último margen de maniobra hasta finales de 2026. Durante este tiempo seguirán pudiendo circular por la mayor parte de la ciudad, pero con restricciones intactas en Distrito Centro y Plaza Elíptica, y con la fecha de 2027 como punto de no retorno.

La clave, a partir de ahora, será planificar con cierto adelanto: evaluar el estado real del vehículo, el uso que se le da, el coste de mantenerlo frente a cambiarlo y el impacto que tendrá la prohibición en la rutina diaria. Quienes dependen a diario de su coche sin distintivo para trabajar, cuidar de familiares o desplazarse a zonas mal conectadas tendrán que valorar con calma qué alternativa se adapta mejor a su bolsillo y a sus necesidades.

En un escenario donde las Zonas de Bajas Emisiones se consolidan y las fechas límite se aproximan, la ciudad avanza hacia un modelo de movilidad en el que los coches más viejos y contaminantes van quedando arrinconados. La nueva moratoria ofrece algo de oxígeno a los propietarios de vehículos sin etiqueta en Madrid, pero también deja claro que el futuro de la circulación en la capital pasará por turismos con distintivo ambiental, soluciones compartidas y un uso más intensivo del transporte público.

Coches etiqueta B 2024
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