Los límites de velocidad en Alemania son similares a los que puedes encontrar en España, a excepción de algunos tramos de autopista. El nombre que recibe en este tipo de vía es autobahn y solo alrededor del 30% de sus tramos carecen de limitación de velocidad. Por lo tanto, no hay que dar por sentado que nada más incorporarse a ellas se tiene libertad total para apretar el acelerador.
Cuando no se está en una de estas zonas sin límite, la velocidad máxima a la que generalmente está permitido circular es a 130 km/h. Una limitación muy frecuente, ya que no siempre se dan las condiciones necesarias para superarla con seguridad. Si se pasa cerca de una localidad, sin suficiente separación y protecciones, o de incorporaciones o desvíos, siempre encontrarás una señal en la que se te indicará a qué velocidad puedes ir. No obstante, hay más circunstancias en las que la velocidad se restringe aunque la señalización convencional indique lo contrario.
Como te podrás figurar, circular a 300 km/h mientras llueve no es muy buena idea por muy preparado que esté el vehículo para esas velocidades. Coches de la categoría del Porsche 911, el BMW M5 o el Audi RS6 dan una seguridad al volante que puede no adecuarse a la realidad en estas condiciones, porque las leyes de la física siempre están ahí. Por eso, cuando las condiciones meteorológicas no son buenas, lo más normal es que te encuentres con alguna señalización luminosa o similar que te indique que la velocidad máxima permitida pasa a ser 130 km/h o incluso menos.
También se aplican restricciones cuando ha ocurrido un accidente en algún punto de la autobahn. Unas medidas que llegan a afectar a varios kilómetros antes de llegar al punto conflictivo, para evitar las situaciones de riesgo que se producirían con vehículos circulando a su máxima velocidad.