Hace unos meses os mostramos las primeras imágenes del que sería el SUV más grande de Mazda para el mercado japonés, el CX-8. Al igual que sucede en el resto de mercados mundiales, los todo camino están canibalizando las ventas de otros segmentos, y en Japón los típicos monovolúmenes grandes están sucumbiendo ante ellos. Por esta razón, la firma de Hiroshima quería tener en su mercado natal un modelo con capacidad para 7 pasajeros.
Como todos sabemos, Mazda es una de las pocas marcas que aún camina sola en el sector por lo que no puede asumir ciertos riesgos ella sola. Por esta razón, desarrollar un modelo de estas características que sólo va a venderse en un país era algo descabellado. Teniendo en cuenta esta situación, los ingenieros de la marca decidieron optar por una solución intermedia que pasaba por emplear la base del CX-9 que venden en Estados Unidos y adaptarla a sus necesidades.
Cuando la base estaba lista se dieron cuenta de que tenían otro problema, y no era otro que la excesiva anchura del conjunto. En Japón el espacio disponible es mucho más pequeño que el que hay en Estados Unidos y por esta razón tuvieron que rediseñar la plataforma (reducir la anchura de vías) y crear un nuevo esquema de amortiguación. La única cota que se ha mantenido de la plataforma original es su distancia entre ejes (2,93 metros) pues el CX-8 debía dar cabida al mismo número de pasajeros que el CX-9.
Otra de las diferencias que tendrá el Mazda CX-8 frente al CX-9 será su gama mecánica. En Estados Unidos el todo camino japonés sólo cuenta con motores gasolina, sin embargo, en Japón el CX-8 sólo estará movido por un motor diésel. La opción elegida es una revisión del bloque Skyactiv-D con 2.2 litros de cilindrada que en lugar de entregar 175 cv entrega 188 cv y 332 Nm de par. La fuerza de este motor estará gestionada mediante una caja de cambios de corte automático y seis velocidades que enviará el par tanto al eje delantero como a las cuatro ruedas.
En cuestión de tecnología, el Mazda CX-8 incorpora las últimas novedades de la marca, como el sistema G-Vectoring Control o las ayudas activas a la conducción como la alerta de tráfico trasero (RCTA), el sistema de asistencia a la frenada en ciudad (Smart City Brake) o control de ángulo muerto (BSM). Además, en su interior contará con la última evolución del sistema Mazda Connect (MZC Connect) o asientos de regulación eléctrica entre otro elementos.
En estos días Mazda acepta pedidos del CX-8 con un precio de partida situado en los 30 mil euros. Ahora toca esperar si finalmente se decidirán a lanzarlo en otros mercados o si finalmente se queda en Japón. En Europa seguro que tendría su hueco en el mercado.
Fuente – Mazda