Prueba BMW X1 2.0i sDrive XLine: motor, conducción y consumos

BMW X1 2.0i S-Drive prueba

Ya hemos analizado la carrocería y el interior del nuevo BMW X1 con el motor 2.0i y el acabado XLine, es hora de ponerlo en marcha y ver que puede ofrecernos al sentarnos tras el volante o como ocupante de cualquiera de sus otros asientos.

Un comportamiento de primera

Nuestra unidad de pruebas viene animado por el excelente motor de gasolina 2.0 turbo de 184 CV. Se trata de un motor vigoroso, con buenos bajos y una estirada en alta más que suficiente, presumiendo además de un funcionamiento fino y un consumo bajo si circulamos a ritmos normales. Toda una joya que a buen seguro pasará desapercibida en nuestro país.

BMW X1 2.0i S-Drive (46)

Ha llegado el momento de arrancar este motor a través del pulsador del salpicadero. La salida cromada del escape nos acompaña con un bramido bronco y un ligero petardeo que hará girar la cabeza de algún peatón. Tras esa “declaración de intenciones” del momento del arranque se hace el silencio al ralentí… suavidad absoluta. BMW ha prescindido de algunos aislantes para este propulsor en el vano motor. Esto hace que el ruido del motor se perciba con más claridad que en otros modelos. Personalmente me gusta, pero habrá cliente que lo vean como un fallo.

BMW X1 2.0i S-Drive (117)

Iniciamos la marcha plácidamente gracias al magnífico cambio automático de 8 relaciones. No es una caja tipo “doble embrague” DSG que están tan de moda, pero tiene un funcionamiento envidiable. Tiene varios modos de funcionamiento, desde más ecológico y confortable a deportivo, además de uno manual que podemos manejar a través de toques de palanca (en esta ocasión no tiene levas tras el volante). El manual es muy bueno ya que no tiene apenas tendencia a “pensar” por sí mismo y nos permite conducir al régimen de rpm que se nos antoje, siempre que no lo calemos ni lleguemos al corte de inyección.

BMW X1 2.0i S-Drive (30)

El motor se adapta muy bien a las necesidades del momento: con finura si aceleramos lentamente y con contundencia si demandamos todo lo que puede darnos. La buena curva de par favorece la respuesta del motor, moviendo este BMW X1 con la sensación de que fuera un coche más ligero (pesa algo más de 1,5 toneladas, que tampoco es mucho). Además, el cambio automático con función quickdown ayuda al motor a buscar siempre el régimen de giro adecuado a nuestras solicitudes con el acelerador.

BMW X1 2.0i S-Drive (128)

Las vías con buen asfalto son su ambiente ideal, debido principalmente a que no absorbe bien del todo los baches y puede resultar un poco seco en cuanto el asfalto se empieza a retorcer y romper. Yo lo achaco sobre todo a la monta de neumáticos 225/45/R18 tipo RUN FLAT más que a la propia suspensión del coche, seguramente con unos neumáticos de dimensiones más modestas y de tipo convencional, el coche vaya mejor. (Nota: hay un enorme debate entre los beneficios e inconvenientes del neumático RunFlat. Se podría hablar durante horas de este tema… pero no ahora)

BMW X1 2.0i S-Drive (76)

En ciudad el coche se mueve con finura siempre que seamos comedidos con el acelerador. Sorprendentemente el consumo no se dispara si pisamos el pedal derecho con mucho mimo y anticipamos las maniobras. El Start&Stop (de serie) no funciona con la suavidad que alcanzan otros coches de la competencia, parece que BMW no acaba de dar con la mejor combinación de funcionamiento de este sistema.

El cambio automático es un excelente aliado en ciudad, ya que tan pronto circulamos en 8º velocidad casi al ralentí como reduce 4 marchas para una incorporación o cambio de carril alegre.

A la hora de callejear disfrutaremos de una buena visibilidad general, salvo la vista trasera que resulta estrecha y poco informativa. Menos mal que podemos tener cámara de parking…o un simple radar, efectivo y mucho más barato.
Si abandonamos la ciudad a través de una vía rápida tipo autovía comprobaremos el magnífico aplomo que transmite el X1 incluso cuando se superan los límites legales. Como ya me imaginaba, el mayor problema lo tiene para digerir las juntas de dilatación, sobre todo si coinciden en curva (por ejemplo en los puentes sobre autovías), ya que como he dicho antes los neumáticos no absorben casi nada y el coche pierde ligeramente la trayectoria. Por lo demás el comportamiento del coche es envidiable, teniendo en cuenta que se trata de un SUV de tamaño medio.

BMW X1 2.0i S-Drive (58)

Por carretera convencional el empuje del motor y el funcionamiento del cambio automático convencen totalmente. Los adelantamientos se realizan a una velocidad pasmosa, gracias a la elasticidad del conjunto. Si nos adentramos en zona de montaña la cosa comienza a ponerse interesante, siempre que el asfalto esté en buenas condiciones. El coche parece mucho más ligero de lo que realmente es gracias a la rigidez de suspensiones, los neumáticos de flanco duro de generosa anchura y el excelente conjunto motor-cambio. Los frenos muerden con fuerza y es difícil llegar a su límite de resistencia salvo que practiquemos una conducción francamente temeraria.
Por el contrario, si el asfalto está en muy mal estado el BMW X1 pierde muchísima precisión en su guiado con fuertes rebotes en ambos trenes, sobre todo el delantero. Si aligeramos el ritmo se hace imprescindible mantener la atención para corregir la trayectoria frecuentemente. Tendré que probarlo con otro calzado, estoy convencido de que el coche se comportará mucho mejor.

BMW X1 2.0i S-Drive (86)

De serie lleva un ESP con tres modos de funcionamiento. Todo conectado, modo “Traction” y todo desconectado. El modo “Traction” sirve teóricamente para permitir un ligero deslizamiento de las ruedas motrices y conseguir más capacidad de tracción en arena, barro  o nieve a bajas velocidades. También lo puedes utilizar en carretera para obtener ligeros sobrevirajes acelerando a la salida de las curvas y metiendo un poco de dirección. El modo “todo desconectado” en realidad deja el ESP y control de tracción latente, actuando únicamente ante derrapajes exagerados, por ejemplo si aceleramos a fondo en suelo muy deslizante o si intentamos trazar amplias curvas en suelo de tierra con el coche de lado. Dicho sea de paso, esta “ayudita extra” del ESP modo off hace que se pueda llevar el coche totalmente cruzado con relativa facilidad, siempre que estemos en una superficie muy deslizante.

BMW X1 2.0i S-Drive (75)

Para mejorar la experiencia de conducción el BMW X1 puede equipar en opción un chasis dinámico con diversos modos de conducción, suspensión deportiva, Servotronic (dirección activa) que no he probado en este modelo, pero que funciona genial en otros modelos de la gama como el Serie 1 y el X3.
A modo de resumen, la conducción del BMW X1 2.0i s-Drive resulta muy estimulante, con un comportamiento vivo que responde rápidamente a las órdenes del conductor. El coche se adapta fácilmente a las exigencias del conductor, pudiendo resultar refinado o contundente, según nuestra acción sobre los mandos.
Otra opción que puede resultar interesante es la tracción total X-Drive o el paquete deportivo M (que también podría completarse con numerosos extras). La tracción total de tipo variable con embrague central multidisco mejora la capacidad de tracción y la respuesta sobre cualquier tipo de superficie, mientras que el paquete M aumenta el aspecto deportivo del coche, entre otras cosas.
Las cifras homologadas por este BMW X1 son un 0-100 km/h en 7,4 segundos y una velocidad máxima de 220km/h, dignas de un compacto de tintes deportivos (sobre todo por aceleración).

BMW X1 2.0i S-Drive (63)

Prueba Off-Road

El BMW X1 no está especialmente preparado para adentrarse en terrenos difíciles, y esta versión s-Drive X-line menos aún. Cuenta sólo con tracción trasera y además los neumáticos de generosas dimensiones son 100% asfalto, con lo cual no llegaremos mucho más lejos que con un turismo normal. La altura libre al suelo es algo mayor que la de un turismo, pero poco más.

La suspensión es firme y tiene cortos recorridos por lo que rápidamente las ruedas comienzan a despegarse del suelo en los desniveles, mientras el control de tracción lucha por transmitir un mínimo de empuje al suelo. Los baches se sienten en el interior con bastante intensidad, aunque no se escuchen fuertes ruidos ni crujidos, gracias a la calidad de construcción interior del coche.

BMW X1 2.0i S-Drive (66)

Aunque no lo parezca, las rueda trasera está ya a punto de levantarse del suelo

Conducirlo por pistas rápidas en muy buen estado resulta tremendamente divertido y adictivo. La repuesta del motor, la agilidad de dirección y un ESP que en modo off nos permite grandes deslizamientos antes de actuar son una buena combinación para sacarnos una sonrisa, aunque es evidente que el coche no está diseñado para esto.
También he probado a “forzarlo” subiendo caminos empinados de tierra: los neumáticos no agarran prácticamente nada, debido a su anchura y orientación asfáltica. A la hora de descender (suponiendo que consigamos subir) podemos usar el control de descensos (opcional) que nos facilitará la vida frenando automáticamente las ruedas para controlar la velocidad y dirección dentro de lo posible.

Consumos muy variables

Estamos ante un coche tremendamente sensible al uso que hagamos del acelerador. En conducción normal tirando a suave, combinando carreteras secundarias con autovía y algo de ciudad es fácil rondar los 7,8 litros/100 km, una cifra realmente buena.

Lamentablemente en ciudad el consumo sube bastante, supongo que debido a que el cambio automático mantiene la 1º velocidad más tiempo de la cuenta, pudiendo hacer medias de 12 litros siempre que rodemos entre semáforos. Si utilizamos el modo manual en ciudad y obligamos al coche a utilizar siempre marchas largas (si quieres puedes arrancar en 2º marcha), se puede rebajar la cifra pero a costa de estar pendiente del cambio.

En carretera convencional a ritmos legales podemos ver caer el consumo hasta unos irrisorios 6 litros/100 km, por supuesto tratando el acelerador con mucho mimo. Por el contrario en carretera de montaña exprimiendo las posibilidades del coche podemos consumir más del doble y realizar medias de 15 litros/100 km…eso sí, acabando el recorrido con una buena sonrisa en la cara.

BMW X1 2.0i S-Drive (70)

Durante toda la prueba el coche consumió 8,4 litros/100 km de media, un dato de notable alto. El consumo medio homologado del coche son exactamente 8,4 litros, la primera vez en mi vida que me coincide el consumo durante la prueba con el homologado.

Según BMW, los datos de este modelo son:

– Consumo urbano: 11 litros / 100 km
– Consumo interurbano: 6’4 litros / 100 km
– Consumo medio: 8’4 litros / 100 km

 Continuará…

Mas – Prueba BMW X1 sDrive X-Line, diseño exterior e interior


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