Dicen que para triunfar hay que llamar la atención. Hablando de coches esto tal vez sea llamativo para los sobrios alemanes, pero es que me encuentro frente a frente con un francés que no debería de sorprenderme. Hablo del Citroën C4 Cactus, la última locura de la marca gala, una de las últimas muestras de que Citroën quiere volver por el camino de lo peculiar y que me toca poner a prueba para saber si es digno de caer en el estereotipo de superventas.
Llave en mano me dirijo hacia la que seguramente sea la versión más interesante, un motor diésel HDI de 92 caballos que llega con, y sólo con, cambio manual pilotado ETG6. En otras palabras, me llevo, en teoría, un coche llamativo con una banqueta corrida delante, cómodo, con cambio automático y un motor de bajo consumo. ¿Es ésta la clave del éxito?
Capturando miradas
Entre tú y yo, la combinación de colores del coche que me acompañaría esa semana no era del todo acertada. Al menos para mi gusto. Pero te cuento otro secreto, si con él he conseguido capturar miradas, imagina cómo será con una combinación cromática más llamativa como el amarillo que hay disponible en la paleta de colores. Es un coche que en sus primeras fases de comercialización va a lograr llamar la atención, hasta que se convierta en un habitual, porque estoy ya convencido de su éxito.
El mercado necesitaba un coche así, un coche con unas cejas en formato de luces diurnas LED, unos faros que se intentan ocultar en las molduras que crean los protectores frontales. Pero también un coche con aspecto SUV, un aspecto que se desvanece al acercarse a él, pues es mucho más pequeño de lo que parece a simple vista. Mide 4,15 m de largo, 1,72 m de ancho y 1,48 m de alto, unas cifras casi más cercanas al C4 que al C3 a pesar de basarse en la plataforma modificada de este último.
Pero su sello de identidad son los Airbumps, unos colchones de aire en las puertas que pretenden proteger el coche de golpes contra columnas o puertas de otros coches. Puede que estemos, y no me malinterpretéis, ante el coche con más material blando fuera que dentro. Pero me gustan, pues no parecen añadidos, sino que forman parte del diseño global del coche.
Atrás me recuerda vagamente al ZX, y destaca un diseño sencillo pero también alto, con una moldura protectora en la parte baja del portón del maletero que se une a los protectores de las esquinas y que abrazan en su parte baja a unos faros sencillos. Los dedos de las manos se quedan cortos para contar los detalles, como las llantas de hasta 17 pulgadas, el pilar C flotante o las barras de techo de diseño depurado. ¿Lo mejor de todo? Que tiene casi el mismo aspecto que el prototipo.
La banqueta corrida por bandera
Complicado es, a día de hoy, encontrar un coche con banqueta corrida en las plazas delanteras. Cierto es que sólo está disponible con el cambio automático, colocando la palanca de cambios y el freno de mano en su lugar en las versiones manuales. Pero es otro detalle de diseño que sumar a la larga lista que forma el interior. Y bien hablo de diseño, pues ese trozo de tela en el centro no significa que alguien pueda sentarse ahí.
El habitáculo de nuestro C4 Cactus se baña de un color marrón que hace de él casi un producto de alta costura. De hecho, muchos de sus detalles se basan en una maleta, como los tiradores de las puertas o la forma de la tapa de la guantera. También hay detalles curiosos como las gomas encima de ésta que permiten colocar algo plano sin que se escurra. Para rematar el apartado diseño se eliminan casi todos los botones, excepto el selector del cambio y los botones más básicos. A la derecha no hay aireador y el pasajero tendrá que conformarse con el central, más grande.
Frente a nosotros caen dos pantallas, una de ellas la típica de PSA con entrada téctil donde se colocan todas las funciones del sistema multimedia e, incluso, los mandos de la climatización. No me gusta este último detalle pues obliga a pasar por menús para acceder a ello. Tras el volante se erige una pantalla más pequeña con la información de velocidad, nivel de combustible o chivatos. Se lee muy bien pero parece que se ha desaprovechado su uso. El ordenador de a bordo se lee en la pantalla central y, por ejemplo, carece de cuentarevoluciones.
La calidad del Citroën C4 Cactus es algo a destacar. Y me explico. Por alguna razón se nos había vendido el coche como un low cost. Mi reacción al montarme fue casi violenta. No sólo no tiene nada de low cost, sino que supera a algunos de sus rivales. La parte central del salpicadero se termina en material mullido, el resto son plásticos duros y algunos de ellos, sobre todo en la parte trasera, mejorables. Pero la sensación global es muy positiva.
Donde sí se ha notado la reducción de costes es en la parte trasera. Los plásticos están algo peor rematados, carece de elevalunas y se sustituye el sistema por una apertura de tipo compás. Además, sólo ofrece una banqueta corrida con un respaldo que se abate de una sola pieza. Tampoco hay iluminación en las plazas traseras y el techo solar carece de cortinilla. Eso sí, Citroën ha colocado un cristal de alta protección solar que da buenos resultados.
Mejor cuatro que cinco
El habitáculo del Citroën C4 Cactus es, en términos generales, espacioso. Las plazas delanteras son amplias y cómodas. La banqueta corrida, además, hace crecer esa sensación de amplitud. El mullido es tirando a blando y las butacas parecen envolverte aunque en curvas luego no acaben de sujetar de forma completamente óptima. El volante se regula en altura pero no en profundidad, aunque no es complicado encontrar la postura.
Atrás hay otra banqueta corrida, esta vez para tres personas. Y lo cierto es que, aunque el asiento central no tenga una forma definida, tanto el respaldo como el asiento son cómodos. El problema es que el Cactus no es tan ancho como para dar cabida a tres personas de forma holgada a poco que sean corpulentas. El espacio para las piernas sí es muy correcto, y la cabeza irá cómoda si no somos más altos de 1,80 m aproximadamente en las versiones con techo acristalado.
Los huecos portaobjetos no sobran pero no están mal planteados. Encima del selector del cambio hay un hueco clave para el móvil y abajo otro hueco más grande. Para ocultar objetos tendremos que usar la guantera, de gran tamaño. Atrás sorprende que no haya redes tras los asientos pero sí hay grandes huecos en las puertas. De agradecer es el apoyabrazos central delantero que, aunque carezca de regulación, es cómodo y queda bien situado.
Maletero de 358 litros
El Citroën C4 Cactus tiene un maletero de 358 litros de capacidad. Es una buena cifra que se ve beneficiada por unas formas muy regulares que permiten una sencilla colocación de la carga. El problema principal reside en la altura de la boca de carga respecto al suelo y respecto al propio piso del maletero, que no facilita la entrada de objetos pesados.
Para aumentar la capacidad bastará con abatir los asientos traseros. Como antes decíamos, el respaldo se abate de una sola pieza y, además, no crea un suelo plano. No se puede abatir desde el maletero y obligará a accionar los dos pulsadores a la vez para hacerlo, complicando aún más la terea.
Haciendo gala de su reputación
Citroën siempre se ha considerado una de las marcas más cómodas del mercado y su nuevo modelo no es una excepción. Es más, no ha buscado ni un ápice de comportamiento deportivo y se ha invertido ese tiempo en crear un coche cómodo, muy rutero, en el que el placer es el de ser pasajero, y no sólo conductor.
La suspensión es blanda y tiene un cierto balanceo, tembién cabeceo, pero se controla de tal forma que no resulta molesto. Además, los asientos son tirando a blandos y siguen filtrando el camino, aunque no les vendría mal un apoyo lateral más marcado. En definitiva, es un coche cómodo perfecto para grandes distancias si nos animamos pero que, sobre todo, consigue filtrar bien las impertinencias de las calles en las ciudades.
Junto a este tarado blando de la suspensión se encuentra también una dirección blanda. Es relativamente directa pero no consigue transmitir qué sucede en la carretera. Sinceramente no me parece tanto un inconveniente en un coche de este corte y, además, puede contar con un sistema de aparcamiento automático en el que sólo tendremos que fijarnos en el acelerador, el freno y las marchas.
Es un coche perfecto para ciudad, con un tamaño compacto con el que moverse bien en entornos pequeños, estrechos o congestionados. Los protectores son precisamente una de sus claves en este entorno hostil, colocados en los lugares más expuestos a golpes o roces y que evitarán, en la medida de lo posible, pasar a menudo por el taller para pequeños golpes de chapa. Pero ojo, los protectores en los paragolpes no son Airbumps como los de los laterales.
Bajo consumo
El motor diésel 1.6 HDI de 92 caballos me parece una muy buena opción, de las mejores en este rango de potencia. Ha conseguido un alto nivel de refinamiento y, además, nos arroja unas cifras de consumo muy halagüeñas. En una prueba de unos 700 kilómetros el consumo medio se fijaba en 4,3 l/100 km. Sin buscar consumos será complicado subir de 5 l/100 km. Pero lo mejor es que en ciudad es capaz de consumir una media de entre 5,5 y 6 l/100 km gracias, en parte, a un Start/Stop que funciona de forma excelente, se lleva bien con el cambio automático y permite, en recorridos de cerca de 1 hora, tener el coche parado media hora. No es moco de pavo.
Como bien has leído, hablo de cambio automático. Sí, esta versión diésel va asociada sí o sí al cambio automático o manual pilotado ETG6. Es la última evolución de este cambio y se notan las mejoras. No es un cambio rápido, más si lo comparamos con un convertidor de par o un doble embrague como puede llevar el Renault Captur. Sin embargo es muy sencillo, ha aumentado su suavidad y el precio es algo a tener en cuenta, algo que no es posible con los otros tipos de cambio.
Se nota un tirón entre cambio y cambio en ocasiones lo que, junto a la suspensión, se ve algo pronunciado por el cabeceo. Pero de entre todo me quedo con dos aspectos negativos. El primero es que a baja velocidad es algo brusco al soltar freno, por lo que hay que acostumbrarse en maniobras a baja velocidad. El otro es que no hay modo manual como tal, sino que con las levas lo activamos pero durante un periodo de cambio demasiado corto. De todos modos me parece una opción bastante interesante si buscamos una total comodidad, y para optar a un diésel sin cambio automático tenemos que ir al HDI 100 CV, ligeramente más barato, eso sí.
Tenemos, por tanto, un coche cómodo, relativamente ágil en ciudad y apto para carretera. Eso sí, olvídate de sacarlo al campo más allá de donde irías con un turismo convencional. Tampoco hay versiones de tracción total. A alta velocidad la insonorización es adecuada y la sonoridad del motor baja, como en prácticamente cualquier situación. En carretera los adelantamientos hay que tomarlos con antelación sobre todo teniendo en cuenta que la caja no es especialmente rápida bajando de marcha. Ahí es cuando sacaremos provecho a las levas del cambio.
Nuestro veredicto
Me he llevado una mejor impresión de la que esperaba con el Citroën C4 Cactus. Esa podría ser la valoración final, un producto que sorprende al probarlo y que se sitúa un peldaño por encima de algunos de sus rivales más fuertes en el mercado. Juega con las claves del diseño, el confort y el bajo consumo, sin duda alguna.
Aunque hablar de diseño es demasiado subjetivo, lanzar al mercado un coche así es una declaración de intenciones. Y no me refiero sólo al exterior. El interior también hace parecer antiguo prácticamente a cualquier otro coche, aunque hay detalles que no me convencen en absoluto como el hecho de trasladar a un control táctil prácticamente todos los mandos.
No echo de menos un comportamiento más ágil o vivo, y prefiero su búsqueda del confort. El motor me parece una alternativa estupenda por consumos, aunque la nueva generación de motores tricilíndricos gasolina está dando muy buenos resultados. Ya probamos el C4 Cactus con motor de gasolina y 82 caballos. Lo malo de esta opción diésel es tener que tragar con el cambio manual pilotado. Me ha convencido si buscara un automático, pero no estaría de más ofrecer una alternativa manual.
Por otro lado, no es un coche especialmente barato, pero no me ha dado la impresión de que deba serlo. El interior tiene una calidad bastante buena, sobre todo atendiendo a detalles de diseño y calidad visual. En la otra mano hay detalles mejorables como las ventanillas de compás traseras o el hecho de que sólo se pueda abatir la fila trasera de una pieza.
Equipamiento Citroën C4 Cactus
Live
- Manillas y retrovisores negro mate
- Volante multifunción
- Luces LED diurnas
- Control de crucero y limitador de velocidad
- Asiento de conductor regulable en altura
- Seis airbags
- Sensor de presión de neumáticos
- Pantalla tácltil de 7″ con USB
- Retrovisores de ajuste eléctrico
- Elevalunas eléctricos delanteros
- Armonía interior gris
- Airbumps negros
Business
- Manillas y retrovisores negro brillante
- Tapacubos negros de 15″
- Volante de cuero bitono
- Barras de techo
- Luces LED diurnas
- Control de crucero y limitador de velocidad
- Asiento de conductor regulable en altura
- Seis airbags
- Sensor de presión de neumáticos
- Pantalla tácltil de 7″ con USB
- Retrovisores de ajuste eléctrico
- Elevalunas eléctricos delanteros
Feel (añade a Live)
- Volante de cuero bitono
- Barras de techo
- Retrovisoser y manillas negro brillante
- Aire acondicionado
- Bluetooth
Feel Edition (añade a Feel)
- Llantas de aleación de 17 pulgadas
- Climatizador
- Sensores de luz y lluvia
- 2ª toma USB
- Lunas traseras sobretintadas
Shine (añade a Feel)
- Climatizador
- Sensor de lluvia y luces
- Faros antiniebla cornering
- 2ª toma USB
- Lunas traseras sobretintadas
- Llantas de aleación de 16″
- Navegador
- Cámara de aparcamiento
- Sensores de aparcamiento traseros
- Apoyabrazos central delantero
- Retrovisores calefactados
Existen algunas ediciones especiales como las Shine Edition MoonLight o Shine Edition Urban con paquetes especiales de equipamiento o con decoraciones exclusivas.
Precios Citroën C4 Cactus
Acabado | Motor | Precio |
---|---|---|
Live | Puretech 82 CV 5v | 16.500 euros |
Live | BlueHDI 100 CV 5v | 18.700 euros |
Business | BlueHDI 100 CV 5v | 20.050 euros |
Feel | Puretech 82 CV 5v | 18.050 euros |
Feel | Puretech 82 CV ETG | 18.950 euros |
Feel | Puretech Turbo 110 CV 5v | 19.550 euros |
Feel | HDI 92 CV ETG6 | 20.150 euros |
Feel | BlueHDI 100 CV 5v | 20.250 euros |
Feel Edition | Puretech 82 CV 5v | 18.880 euros |
Feel Edition | Puretech Turbo 110 CV 5v | 20.380 euros |
Feel Edition | HDI 92 CV ETG6 | 20.980 euros |
Feel Edition | BlueHDI 100 CV 5v | 21.080 euros |
Shine | Puretech 82 CV ETG | 20.850 euros |
Shine | Puretech Turbo 110 CV 5v | 21.450 euros |
Shine | HDI 92 CV ETG6 | 22.050 euros |
Shine | BlueHDI 100 CV 5v | 22.150 euros |
Opinión del editor
- Valoración del editor
- Puntuación 4 estrellas
- Excelente
- Citroën C4 Cactus HDI 92 CV ETG6
- Reseña de: Eduardo Lausin
- Publicado el:
- Última modificación:
- Diseño exterior
- Diseño habitáculo
- Plazas delanteras
- Plazas traseras
- Maletero
- Mecánica
- Consumos
- Confort
- Precio
Pros
- Diseño atrevido
- Confort de marcha
- Consumo ajustado del HDI
Contras
- Sólo con cambio manual pilotado
- Detalles de acabado
- Demasiados controles táctiles
Si fuese finales del siglo XX quizá fuese normal no tener al menos cuentarrevoluciones pero a estas alturas al menos eso debe ser algo obligatorio sin entrar en otros detalles y por el precio al que se expone.
Hola Miguel, razón llevas en lo del cuentavueltas. Debería de haberse colocado, del mismo modo que un indicador de temperatura. En cuanto al precio, los recomendados parecen muy altos, pero sabiendo como es Citroën con su política comercial el descuento es muy grande y no queda nada mal situado frente a sus rivales. Un saludo
El Citroen C4 Cactus es el peor auto que he tenido. Tuve problemas con los discos de freno a los 15 mil kilometros. Pero eso no fue lo peor la pantalla se iba a negro y no podía apagar el A/C en horas. Pero eso no era lo peor a los 38 mil kilómetros su caja automática comenzó a presentar un ruido el cual comenzó a ser cada vez más agudo a los 40 mil lo tuve que dar en parte de pago para no perder todo mi dinero ya que en Citroën Chile no respondieron son una basura de autos. Y lo peor que perdí más de 5.5 millones en 6 meses que me duro el famoso C4 Cactus diesel Automático… favor no comprar esta marca si no quiere pasar malos ratos y perder dinero a destajo.