Prueba Ford Fiesta ST 1.6 Ecoboost, motor, conducción y consumos (con vídeo)

Si nos leiste ayer, tendrás ganas de que sigamos con la prueba del Ford Fiesta ST, ya que hoy llegamos a la parte más interesante de este coche: la prueba dinámica. Estéticamente está musculado, nos gusta y tiene un diseño deportivo sin ser para nada macarra ni parecer un Fiesta normal «tuneado» con cuatro plásticos. El kit aerodinámico está perfectamente integrado en el coche y luce realmente bien.

Pero basta de cháchara y vamos a ponerlo en marcha…

No es el más potente pero resulta endiabladamente rápido

La auténtica razón de existir de este coche queda patente en cuanto arrancamos su motor. No suena como un Abarth 500 con el escape Record Monza, pero resulta muy estimulante, sobre todo de medio acelerador en adelante. En general el sonido me parece que está muy logrado, ya que a bajas cargas puede pasar perfectamente desapercibido, mientras que si pisamos con alegría o si lo subimos de vueltas nos deleita con una agradable sinfonía mecánica. Esto resulta muy útil por ejemplo al moverte por tu barrio, en el parking de centro comercial, en el garaje de casa…donde sea necesario, sin ir dando la nota, permitiéndonos disfrutar de sus tonos graves y potentes cuando estemos en carretera abierta. Dicho sea de paso, el Fiesta ST recurre a una caja de resonancia (Sound Symposer) ubicada en el salpicadero para amplificar el sonido natural del motor, para deleite del conductor sin llamar mucho la atención de los viandantes.

El motor 1.6 turbo Ecoboost no es el más potente de su categoría (los 1.6 turbo de Peugeot y Renault rondan los 200CV), pero el coche anda como un demonio, capaz de enfrentarse sin complejos a modelos algo más potentes. Ofrece la potencia máxima a menos de 6.000 RPM y su curva de par es constante entre las 1.6000 y 5.000 Según sus cifras oficiales detiene el crono 0-100 km/h en 6,9 segundos y clava el velocímetro en los 220km/h. A la hora de la verdad las cifras puras “en línea recta” no importan tanto, resultando mucho más útil un chasis bien afinado y un conjunto equilibrado… siendo en este sentido el Fiesta ST un coche fantástico.

Como ya dije en la comparativa Mini –GTI, la conducción del ST es de manual: si entramos levantando el pie del acelerador tendremos sobreviraje, si entramos acelerando levente subviraremos la salida y si entramos manteniendo gas se deslizará sobre sus cuatro ruedas casi a partes iguales. Se puede conducir muy rápido con este coche con una sensación de absoluto control y manteniendo aún una buena reserva de seguridad y capacidad de respuesta.

El coche invita a “fundirnos” con él en el arte de la conducción gracias a unos asientos de lo mejorcito que he probado últimamente en relación sujeción/confort. El tacto de todos los mandos es agradable y suficientemente “mecánico” como para sentir lo que está ocurriendo y actuar en consecuencia, así que su conducción resulta adictiva y asequible a cualquier conductor. No he hablado aún de la caja de cambios, con unos recorridos de palanca cortos y  enclavamientos precisos, capaz de asimilar un uso despiadado. Tampoco he hablado de los potentes frenos, con un tacto de pedal dosificable y una excelente resistencia al calentamiento. Visualmente parecen algo pequeños (278 mm delante -253mm detrás) y débiles, pero a la hora de la verdad cumplen con solvencia para detener una y otra vez los 1.163 kg que pesa en orden de marcha.

A la hora de rodar rápido el Fiesta ST recurre a un ESP con tres modos de funcionamiento: normal, sport y todo desconectado. El funcionamiento me parece magnífico, ya que incluso en el modo normal es raro que el sistema entre en funcionamiento, y cuando lo hace no es de forma brusca ni deja clavado el coche. Si utilizamos el modo sport podremos hacer patinar las ruedas delanteras a la salida de las curvas e incluso cruzar algo el coche sin que llegue a funcionar, siendo aún mucho más suave en su funcionamiento. El modo todo desconectado es de los que realmente se queda en “off” (no como en otros coches que antes o después acaba actuando), por lo que a mi modo de ver no tiene sentido utilizarlo en carretera y quedaría exclusivamente reservado a circuito.

El coche puede conducirse con tiralíneas y perfecta precisión, pero también tolera la conducción brusca abusando de las transferencias de peso para hacerlo derrapar. A todo ello ayuda una suspensión rebajada y con ajustes específicos de Ford Team RS respecto a los modelos normales. Es francamente dura pero no resulta excesivamente seca y contiene los movimientos de la carrocería con firmeza, permitiendo unos buenos apoyos con agilidad manteniendo a la vez un confort aceptable para este tipo de coche. Todavía no he hablado de la dirección: muy directa (2,5 vueltas entre topes), buen tacto y asistencia justa para facilitarnos el guiado.

Consumos

El “downsizing” sigue estando de moda y el motor 1.6 turbo ha hecho los deberes para estar a la altura del mercado. No es el más moderno ni tecnológicamente avanzado, pero ya incorpora soluciones como la inyección directa o la bomba de engrase variable. Homologa 5,9 litros/100 km, justo por debajo de la barrera psicológica de los seis litros. En ciudad la cifra oficial es 7,9 litros aunque realmente dentro de la urbe dificilmente bajaremos de nueve. En carretera abierto a ritmo alegre el consumo ronda los 8,5 litros mientras que exprimiendo el motor en carretera de montaña se beberá unos 15 litros/100 km.

En general, el consumo medio es bastante bajo para el tipo de motor y potencia, muy cerca de los mejores de la categoría (Ibiza Cupra, Polo GTI y  Fabia RS, todos ellos con el cambio automático DSG de 7 velocidades)

Ya sabemos que el consumo no es lo más importante en un coche de estas características, pero es una cualidad que nunca hay que perder de vista… cuanto menos nos duela el bolsillo al llenarlo con más alegría saldremos a gastar su depósito, y en este sentido el Fiesta ST es bastante agradecido ya que además no hace falta repostar gasolina de 98 octanos.

 Continuará…