Prueba Lexus LC 500 Cabrio V8 5.0 de 477 CV

Prueba Lexus LC 500 Cabrio

Lexus presentaba a principios de este año 2020 su nuevo Lexus LC 500 Cabrio. Se trata de la versión descapotable de su lujoso modelo deportivo. Es un vehículo pasional, de alta calidad y con un marcado carácter GT (Gran Turismo). Pese a ello, durante la presentación dinámica hemos podido comprobar de primera mano todo su carácter y potencial durante más de 300 kilómetros.

La marca japonesa ha elegido el sur de España para llevar a cabo esta presentación internacional. El buen clima y los bellísimos paisajes de la sierra andaluza casan perfectamente con el planteamiento de este coche. Así pues, ya hemos podido conducir el Lexus LC 500 Cabrio, que lleva debajo de su capó un motor en peligro de extinción: un V8 atmosférico de 5.0 litros con 477 CV. Descapotamos y arrancamos.

Elegancia, belleza, deportividad y exclusividad

Cuesta encontrar coches bellos en el mercado. Es cierto, hay coches bonitos, pero que puedan considerarse realmente bellos, hay muy pocos. El Lexus LC es uno de ellos. Su diseño es evocador, poniendo a prueba el cuello de todos los viandantes allá por donde pasa. Más aún con esta carrocería descapotable, vaya la capota desplegada o esté guardada en su compartimento.

Frontal Lexus LC

En este Lexus LC 500 Cabrio las formas de la carrocería son esculturales. La gran parrilla característica de Lexus se mantiene con mucha fuerza y con su cuidadoso tramado interior, ubicándose en ella el logo de la compañía y la matrícula frontal.

Los faros de Full LED son muy característicos, con el boomerang para la luz de LED, un proyector principal más cercano al paso de rueda y una pequeña tira vertical que hace las veces de antiniebla. Junto a esta última parte, una entrada de aire. Hay muchas formas curvas y con líneas redondeadas, pero no faltan nervios de tensión, como los del capó.

La vista lateral es preciosa. Tenemos un capó largo y un parabrisas muy tumbado. Por su parte, las llantas son enormes y su diseño cuidado, integrándose perfectamente en los pasos de rueda. No menos importante es la fuerza que aportan las taloneras. Pero claro, estamos ante un descapotable, hay que prestar atención a su capota que puede ir acabada en varias tonalidades.

Lexus LC descapotable

Hablando de la capota de lona, cuenta con cuatro capas para garantizar un buen aislamiento acústico, térmico y también para evitar la sensación de humedad en días fríos o lluviosos. Además, como hemos podido comprobar, tiene un gran acabado interior. Se pliega y despliega de forma automática en unos 15 segundos, pudiendo realizar esta operación a una velocidad máxima de 50 km/h. Es importante tener en cuenta que no ocupa espacio en el maletero.

Mientras tanto, la parte posterior es más agresiva. Los pilotos de LED son espectaculares, integrándose en una retaguardia donde volvemos a ver, si nos fijamos, la forma trapezoidal de la parrilla delantera. No faltan dos salidas de escape dobles, las cuales se “ocultan” en los embellecedores cromados que vemos en el difusor inferior.

Las dimensiones de este Lexus LC 500 son 4.770 mm de largo, 1.920 de ancho (contando los retrovisores) y solo 1.350 de alto. Por su parte, la batalla es de 2.870 mm. Su peso se sitúa en 2.035 kilos, solo 100 más que su hermano Coupé, habiendo tomado muchas medidas para intentar reducir la masa total.

Trasera Lexus LC Cabrio

Con un lujoso interior de altísima calidad

Si en el exterior encontramos belleza, en el habitáculo encontramos lujo y mucha calidad. Tampoco es el coche más lujoso del planeta, pero sí tiene detalles más cuidados que el 99 % de los coches que vemos por nuestras calles. Todo es de tacto agradable. No encuentras alguna superficie mal terminada. Incluso da gusto pasar la mano por los tapizados del suelo.

Los asientos son realmente cómodos y tienen un diseño muy elegante. Además, cuentan con amplios reglajes eléctricos y se adaptan muy bien al cuerpo. Por otro lado, tenemos calefacción en el volante, en los asientos y una bufanda de aire caliente muy interesante para disfrutar del cielo por techo también durante el invierno con comodidad. El ajuste del volante también es eléctrico.

Interior Lexus LC 500 Cabrio

Aunque en los coches de este estilo no suele haber mucho espacio, las plazas delanteras son realmente amplias. No hay ninguna sensación de estrechura aunque la capota esté desplegada. Por su parte, hay suficientes huecos para dejar el móvil, llaves, cartera, alguna botella de agua y otros objetos.

El cuadro de instrumentos digital de 8 pulgadas es atractivo, mostrando un gran tacómetro en el centro del salpicadero. Además, permite visualizar diferentes informaciones, como datos de navegación, ordenador de viaje, presión de los neumáticos y un largo etcétera. También cambia parcialmente su apariencia en función del modo de conducción seleccionado. Por si esto fuera poco, también cuenta con head-up display.

Plazas delanteras del Lexus LC 500

En el centro del salpicadero se ubica una pantalla digital de 10,3 pulgadas para el infoentretenimiento. Se maneja desde un touch pad ubicado en la consola central. Cuesta hacerse un poco a su utilización, pero pronto terminamos acostumbrándonos a manejarlo con fluidez. El equipo de sonido Mark Levinson de 13 altavoces permite disfrutar de música con muy alta calidad en nuestros desplazamientos.

Plazas traseras y maletero

Pero un coche así no lo puede tener todo. A diferencia de las delanteras, las plazas traseras son muy poco aprovechables. El espacio para las piernas es demasiado comprometido. Tanto es así que un adulto de 1,76 metros de altura, como es mi caso, no puede sentarse de forma cómoda con el asiento delantero ajustado para una persona de la misma talla.

Tampoco es que el maletero sea lo mejor del coche. Cubica solo 149 litros, pero la parte positiva es que caben dos maletas de tipo cabina; algo que hemos podido comprobar por nosotros mismos. También se puede añadir alguna bolsa pequeña más. Por contra, no se puede guardar ahí el panel cortavientos opcional, teniendo que dejarlo en casa.

Maletero del Lexus RC 500 Cabrio

Oferta mecánica y prestaciones

El Lexus LC está disponible con un motor híbrido no enchufable (Lexus LC 500h) y con una mecánica “tradicional”. El híbrido es un V6 de 3.5 litros, que se apoya en un propulsor eléctrico. En conjunto estamos hablando de una potencia combinada de 359 CV, que ya es suficiente para pasárselo bien al volante. Esta variante solo está disponible en el modelo coupé, no apareciendo en el descapotable.

Por su parte, el Lexus LC 500 Cabrio lleva una mecánica cada vez menos habitual en el mercado. Tenemos ante nosotros un V8 de 5.0 litros y admisión atmosférica, contando con 4 válvulas por cilindro. Declara 477 CV a 7.100 rpm y un par motor máximo de 540 Nm a 4.800 vueltas. Su caja de cambios es de 10 velocidades. Como no podía ser de otra forma, cuenta con propulsión trasera.

Según sus prestaciones declaradas, puede hacer el 0 a 100 km/h en 5 segundos exactos, mientras que su velocidad punta es de 270 km/h. El consumo homologado es de 11,7 l/100 km, aunque en la vida real son algunos litros más… En cualquier caso, los propietarios de este coche no deberían tener muchos problemas en rellenar habitualmente los 82 litros de su depósito de combustible.

Al volante del Lexus LC 500: Placer adulto y estiradas más allá de las 7.000 rpm

Prueba dinámica Lexus LC 500 Cabrio

Durante la presentación dinámica de este Lexus LC 500 Cabrio la marca planteó una larga ruta a lo largo del día, con más de 300 kilómetros de recorrido. Tuvimos algunos tramos de autopista, también de carreteras nacionales de doble sentido y, por suerte, muchísimos tramos de curvas donde disfrutar al máximo.

Aunque el día amanecía nublado y con previsiones de fuertes lluvias, la meteorología nos permitió iniciar la marcha con la capota guardada. Además, para mejorar el confort, Lexus montó en las unidades de prueba un cortavientos opcional que reduce aún más las turbulencias. Su montaje y colocación es muy sencillo, pero el punto negativo, como ya hemos dicho, es que no cabe en el maletero y también que inhabilita las plazas traseras.

Para quitar la capota debemos levantar una pequeña tapa en la consola central. Bajo ella nos encontramos el botón que debemos mantener durante 15 segundos accionado. En el cuadro de instrumentos digital aparece una representación del proceso de plegado y desplegado automático.

Detalles aparte, pie al freno, botón de arranque y damos vida al V8, que se despierta dejándonos una melodía relajante. Tenemos varios modos de conducción y suspensión adaptativa, así que iniciamos la marcha con el modo Comfort para conducir con suavidad por la ciudad.

Motor V8 atmosférico 5.0 Lexus

Pese a estar con un coche de muy buenas prestaciones y capaz de ir realmente rápido, la comodidad de marcha es envidiable. Filtra bien los baches, las tapas de alcantarilla y no escuchamos ni un solo crujido al pasar por pavimentos adoquinados o zonas demasiado rotas. La dirección se percibe muy ligera, mientras que la gestión del cambio automático trabaja con suavidad.

Eso sí, como en todo deportivo de este estilo, en el que vamos sentado muy cerca del suelo, en un principio cuesta medir bien cuántos centímetros nos quedan hasta ese bordillo que podría fastidiar los bajos de esta joya con cuatro ruedas. Siempre hay que ir con cuidado y no arriesgar lo más mínimo.

Salimos de la ciudad de Sevilla y el siguiente tramo es de varias decenas de kilómetros de autovía. Llega el primer carril de aceleración y es un buen momento para dar un buen pisotón al pedal derecho. La caja de cambios automática con convertidor hace que el V8 se revolucione rápidamente y en cuestión de instantes, el carácter del motor cambia de suave y dulce a agresivo y contundente, con un sonido espectacular. En pocos segundos estamos “volando” sobre el asfalto.

Bajamos nuestras pulsaciones mientras que estabilizamos la velocidad a la velocidad máxima permitida. El 5.0 atmosférico también baja revoluciones dejando que a 120 km/h gire a muy pocas vueltas por minuto. Prácticamente me había olvidado de que tenía la capota guardada, porque la verdad es que no hay rastro de turbulencias en el habitáculo ni sonidos aerodinámicos.

Prueba Lexus LC 500 Cabrio trasera

Los maestros ingenieros y diseñadores de Lexus han realizado un trabajo exquisito en ese sentido. Tanto es así que se puede mantener una conversación telefónica con el bluetooth conectado a 120 (o incluso a más) descapotados sin ningún problema. Hice la prueba y la persona al otro lado del teléfono no se percató de que viajaba descapotado. Lógicamente, la suspensión y los comodísimos asientos siguen cuidándonos entre algodones.

Tras todo lo anterior, nos adentramos en un puerto de montaña con un asfalto en muy buen estado y una visibilidad más que correcta. Es el momento de seleccionar el modo Sport y poner el cambio en modo secuencial. ¡Y a disfrutar!

La dirección gana algo de peso, aunque sinceramente esperaba un poquito más de feedback por su parte. No transmite tanto como me gustaría, pero hay que tener en cuenta que, pese a todo, es un modelo Gran Turismo y no un superdeportivo. Eso sí, es suficientemente rápida.

Por su parte, la suspensión multibrazo en ambos trenes se vuelve algo más rígida, limitando los balanceos, pero sorprendentemente sigue filtrando muy bien los baches. Lexus ha logrado un perfecto equilibrio que casa totalmente con la filosofía del coche. Claro, que no es el modelo más ágil o reactivo del mercado.

Prueba Lexus LC 500 Cabrio

Jugamos con las marchas cortas y rápidamente nos damos cuenta de la brutal patada que ofrece este deportivo nipón descapotable. Hay que tener cuidado con salir de una curva lenta y el tacómetro en la zona alta. En segunda, por ejemplo, es fácil que la zaga quiera deslizar. Lógicamente, es fácil de esperar con un tracción trasera de tanta potencia.

De todos modos, el diferencial autoblocante Torsen hace un buen trabajo y, si nos pasamos de la raya, ahí está el control de estabilidad para poner la trasera en su sitio. Es más sensato salir de las curvas cerradas en tercera y con el motor a medio régimen, que ya empieza a entregar un buen par motor pero sin la brusquedad del galope de los 477 CV.

Los frenos de 400 mm en el tren delantero y 359 mm en el eje posterior detienen bien los más de 2.000 kilos de este coche en condiciones normales aunque vayamos a un ritmo rápido. Eso sí, tengo la sensación de no aguantarían muchas vueltas en un circuito a ritmo extremo. Una vez más, tampoco me preocupa demasiado, pues no es el planteamiento de este vehículo.

Seguimos disfrutando al volante. Con el cambio secuencial y las grandes levas solidarias al volante, es complicado resistirse a estirar cada una de las marchas hasta las más de 7.000 rpm. Lógicamente, en este tipo de vías, casi siempre nos moveremos en segunda, tercera y cuarta, dando más uso a la tercera relación.

Prueba Lexus LC 500 Cabrio

Lo bueno es que los cambios de marcha son rápidos, a la vez que suaves y, otro detalle importante, no sube a una marcha superior por sí solo cuando alcanzamos el corte; algo muy de agradecer en conducción deportiva. A tan altas revoluciones, el sonido que emana de los escapes es muy divertido. Es más, deja algún petardazo interesante en reducciones cercanas al límite de vueltas.

De todos modos, el Lexus LC 500 está más pensado para rodar a un ritmo normal. Es un coche que se disfruta mucho rodando a una velocidad tranquila y con suavidad, disfrutando del paisaje y sintiendo el aire puro de las montañas. No te incita a realizar una conducción exigente, aunque si nosotros lo queremos, como hemos comprobado, puede darnos muchas alegrías.

Conclusiones

Este Lexus LC 500 Cabrio destaca por la belleza de su diseño, por la calidad y lujo que se respira en su interior, por el gran aislamiento con la capota quitada, por la respuesta instantánea de su V8 atmosférico, por el ronroneo que muestra a bajas revoluciones y el espectacular sonido en la zona alta del tacómetro.

Perfil Lexus LC

Además, no es un coche que se vea habitualmente por las carreteras españolas. Tampoco es fácil hoy en día encontrar rivales con una mecánica similar. Y es que, como hemos citado a lo largo de este artículo, los grandes motores están en declive, más aún cuando hablamos de mecánicas sin turbo.

Si por alguna curiosidad te preguntas por su consumo de combustible, durante los aproximadamente 300 kilómetros de ruta, el ordenador de viaje reflejó un dato de 18 l/100 km al final de la jornada. Cierto es que aprovechamos en muchas ocasiones todo el potencial de su V8 y que realizamos muchos tramos de montaña a ritmo muy ágil, pero también es verdad que llegó a marcar 21 litros de media en alguna ocasión. Intuyo que en una conducción más normal rondará los 15 litros.

Por si estás pensando en adquirir un Lexus LC 500, debes saber que no es un modelo muy asequible. Su precio es de 155.000 euros. No se venderán muchos en este país, y es una pena porque es un coche realmente fantástico con una mecánica en claro peligro de extinción. La versión Regatta Edition del Lexus LC 500 se limita a solo 20 unidades, por lo que no será fácil comprar una de ellas.

Solo una cosa más que añadir: Gracias, Lexus, por traer al mercado un coche como éste.

Galería Lexus LC 500 Cabrio


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