Prueba Seat Arona FR 1.0 TSI 110 CV (con vídeo)

Los SUV urbanos siguen destacando en las listas de ventas de coches. Llevan un estilo de diseño que gusta mucho en la actualidad, no son demasiado caros, ofrecen el suficiente espacio interior y también son perfectamente válidos para hacer algún que otro viaje. Hoy probamos el Seat Arona, una de las referencias de la categoría. Además, con el motor más equilibrado y sensato.

Recordamos que el Seat Arona lleva en el mercado desde 2017 y, tal vez para muchos, ya puede estar algo anticuado porque los cambios en estos seis años han sido mínimos. Sin embargo, que sea el coche más vendido de su segmento da la razón a Seat. También es el más vendido de la marca española y, por cierto, está disponible desde 18.650 euros.

El acabado FR que siempre convence

En este caso estamos probando el acabado FR. Como ya sabéis, esta terminación trata de ofrecer una estética un poco más deportiva, destacando el paragolpes específico con estos antiniebla tan llamativos, las protecciones inferiores o el paragolpes trasero con dos salidas de escape integradas que son… más falsas que Judas.

Por citar algunos otros detalles del exterior de esta unidad de pruebas concreta, tenemos carrocería bicolor con techo negro y llantas opcionales de 18 pulgadas. En cuanto al tamaño del coche, el Arona mide 4,15 metros de largo, 1,78 de ancho y 1,53 de alto, con una batalla de 2,57 metros.

Dentro también aporta un diseño específico para los asientos, costuras en rojo visibles en el volante deportivo, fuelle del cambio y en los propios asientos, así como algunas molduras en rojo para generar ese aspecto más dinámico que tan bien encaja normalmente.

Con el restyling, el Seat Arona se puso al día a nivel tecnológico. Llevamos un cuadro digital de 10,25 pulgadas, que se ve bien y es sencillo de manejar y personalizable, mientras que en el centro del salpicadero aparece la pantalla del sistema multimedia, que en este caso es de 9,2 pulgadas.

Lo que no me gusta es que los aireadores de los extremos del salpicadero van iluminados. ¿Por qué no me convence? Pues porque esa iluminación se refleja en la ventanilla lateral y, justamente, queda a la altura de visión del espejo exterior. Por lo tanto, puede dificultar la visibilidad en la noche. Justo como ocurre en muchos modelos de Mercedes. En cualquier caso, puede desconectarse, pero me parece un error importante.

El Seat Arona es un B-SUV con espacio para cuatro adultos

En cuanto a espacio interior se refiere, el Seat Arona es un coche amplio y con generosa superficie acristalada, lo que mejora la sensación de desahogo para los ocupantes. En las plazas delanteras tenemos bastante distancia para la cabeza y no será un problema ajustar el asiento y el volante a nuestro gusto, teniendo en cuenta viajaremos un tanto más elevados que un Ibiza, por ejemplo.

La peor cota, como era de esperar, es la de anchura. Ojo, que no es mala teniendo en cuenta que es un coche del segmento B-SUV, aunque no es tan buena como en altura. Respecto a los huecos portaobjetos, son numerosos pero tal vez podrían ser un poquito más grandes. Tenemos espacios en las puertas, en la consola central con reposabebidas, un reposabrazos con cofre y un compartimento bajo la climatización -que, por cierto, afortunadamente se maneja con mandos y botones tradicionales- con bandeja de carga inalámbrica.

Las plazas traseras, como las delanteras, brillan en espacio para la cabeza y para las piernas. Cuatro adultos de 1,80 pueden viajar sin agobios en el Seat Arona. Cinco no podrán hacerlo con comodidad, pues la cota de anchura perjudica, no ayudando tampoco el voluminoso túnel de transmisión. Pero al fin y al cabo, no hay que olvidar que no deja de ser un automóvil relativamente pequeño.

Por cierto, se nota que es un coche donde el precio juega una baza importante, pues aquí detrás no tenemos reposabrazos central, salidas de aire ajustables o tomas USB. Tampoco ajuste para los asientos posteriores, aunque esto es algo totalmente normal.

Con un buen maletero

Al abrir el portón trasero nos encontramos con un buen espacio de carga. El maletero del Seat Arona cubica 400 litros, que es una generosa capacidad. Es cierto que no es muy profundo, pero sí bastante alto y la boca de carga es buena. De hecho, será suficiente para llevar el equipaje de cuatro personas para unas vacaciones no demasiado largas.

También podemos colocar el suelo en dos alturas distintas, ubicándose debajo de este piso una rueda de repuesto; un punto positivo porque cada vez es menos común en los coches actuales.

95, 110 o 150 CV, pero siempre de gasolina y sin etiqueta Eco

Si pasamos al apartado de motorizaciones, aquí el Seat Arona no es tan completo; pues sólo se ofrece con dos motores. Tenemos el 1.0 TSI de tres cilindros con potencias de 95 y 110 CV y, para los que quieren un poco más de picante, también el 1.5 TSI de 150 CV. El menos potente siempre es manual, el de 110 puede ser manual o automático y el de 150 CV siempre viene con la caja DSG.

Al volante del Seat Arona

Entrando en el comportamiento en sí, el Seat Arona es un sencillo de conducir, especialmente en ciudad, por la ligereza de su dirección y por el tacto de pedales y cambio de marchas. En general, todo resulta agradable de accionar.

Además, llevamos una postura de conducción un poquito elevada y tenemos mucha superficie acristalada. Esto no sólo mejora la sensación de espacio como ya hemos dicho, sino que facilita las maniobras lentas ya que podemos ver mejor. Mientras, esa mayor altura libre de la carrocería también evita que raspemos el faldón delantero en cada bordillo al aparcar en batería.

Podría ser más cómodo con unas llantas más pequeñas

La suspensión es suficientemente cómoda, aunque es cierto que unas llantas un poco más pequeñas mejorarían el confort general del coche. Esta unidad las lleva de 18, mientras que con unas de 17 o incluso 16 pulgadas absorbería mejor los baches más bruscos. En este sentido, un Skoda Kamiq o un Citroën C3 Aircross son un poco más cómodos.

Las llantas de 18 pulgadas son muy estéticas, pero no ayudan al confort.

Respecto a la dirección, tiene bastante asistencia, lo que viene muy bien para ciudad. La contrapartida es que de esta forma se pierde un poco de precisión en carretera o autopista, pero en esta unidad llevamos modos de conducción, así que, si queremos, podemos ponerla un poquito más dura si lo creemos conveniente. Esos modos se gestionan desde un pulsador junto al cambio y se denominan Eco, Normal, Sport e Individual, siendo este último personalizable.

No es un coche pensado para ir haciendo una conducción deportiva, como ya podrás imaginar. Sin embargo, al conducir rápido obedece bastante bien y la carrocería no inclina demasiado. De todos modos, como digo, no es un coche que invite a ir “de tramo”.

El motor de 110 CV es, sin duda, una elección acertada

Pasando ya al motor, el 1.0 TSI de 110 CV es una apuesta sobre seguro. Es un tres cilindros y deja notar cierta rumorosidad en frío, pero pronto pasa desapercibido. Si no vamos muy cargados, mueve con mucha soltura al Arona y no es necesario llevarlo alto de vueltas, siendo su zona óptima el rango entre 2.000 y 3.200 rpm aproximadamente.

De hecho, parece dar más de los 110 CV declarados. Acelerando desde muy abajo tiene un poquito de lag, de retardo hasta que entra el turbo, pero es algo totalmente normal en estos motores. Una vez tiene presión, el empuje es más que sobrado para casi todo tipo de circunstancias. Lo dicho, salvo que viajes mucho y con bastante carga, este motor es ideal para todo tipo de usos.

Y en cuanto a los consumos, el Arona con este motor no destaca ni para bien ni para mal. Lo habitual es estar en el entorno de los 6,2 litros de media haciendo una conducción normal. Podrá bajar o subir un par de décimas si somos suaves o si nos pesa un poco el pie. Puede rondar los 5,5 l/100 km en autovía a velocidad legal si no vamos cargados y en ciudad dependerá de lo que nos pese el pie, pero raro será verlo por encima de 7 litros.

En resumen, el Arona es el alumno de 7 en casi todas las asignaturas

Como habéis podido ver a lo largo de toda la prueba, el Seat Arona es un coche que prácticamente no destaca en nada, ni para bien ni par mal. Pero es un coche muy redondo en todos los sentidos, como el alumno que sacaba notables en todas las asignaturas.

Sus rivales más directos son los Ford Puma, Hyundai Kona, Skoda Kamiq, Opel Mokka, Peugeot 2008 o Citroën C3 Aircross entre muchos otros.

De todos modos, su principal punto fuerte, además del equilibrio, es la amplitud interior y de maletero, mientras que cojea un poco en el apartado de motores ya que no tiene mecánicas electrificadas ni puede tener etiqueta Eco. En cualquier caso, considero que puede ser un vehículo perfecto para una pareja con un hijo y además este motor de 110 CV es el más equilibrado para todo tipo de usos.

Y qué ocurre con los precios, pues más de lo mismo, está más o menos en la media de la categoría; aunque ya sabéis que en los últimos tiempos no hay ningún modelo barato. Su precio de partida según configurador es de 18.650 euros, aunque con el acabado FR y el motor de 110 se va a unos 23.300 euros sin añadir más paquetes opcionales.

Yo optaría por este motor, pero con un acabado más modesto, como el Style, y algún paquete de extras, que por 20.000 o 20.500 euros ya tenemos un coche bastante majo.