Prueba Toyota Verso 130 Advance, motor, conducción y consumos

Prueba Toyota Verso 130 Advance

Seguimos con nuestra prueba del Toyota Verso 2013, y después de analizar todos los detalles exteriores e interiores toca repasar qué tal se comporta el coche una vez rodamos. Nuestra unidad monta un propulsor de gasolina de 132 caballos unido a un cambio manual de 6 relaciones.

La gama cuenta con cinco motorizaciones, tres diésel, de 120, 150 y 177 caballos, además de otras dos gasolina de 132 y 147 caballos. En las versiones de 150 caballos diésel y de 147 gasolina podemos escoger una transmisión automática, que a su vez funcionan de forma distinta al ser la primera por convertidor de par y la segunda por variador continuo.

1.6 Valvematic 132 caballos

Nuestra unidad cuenta con el motor menos potente de la gama gasolina, un propulsor de 1,6 litros de cilindrada. 132 caballos y sólo 160 Nm de par son cifras que a simple vista no parecen las más adecuadas para un monovolumen, menos si éste es de 7 plazas.

Prueba Toyota Verso 130 Advance

Arrancamos y ocurre lo que tiene que ocurrir. Al habitáculo no se filtran ni vibraciones ni ruido, en este sentido el motor se ha refinado al máximo, pero también se ha hecho lo propio con la insonorización, pues ya en marcha lo único que seremos capaces de oír serán los ruidos aerodinámicos.

Hasta aquí todo son elogios, pero echamos en falta algo, y se llama turbo. Seguimos sin disponer en la gama de un motor sobrealimentado de gasolina. El resultado es una respuesta pobre a bajo y medio régimen, y es que habrá que tirar mucho de embrague y acelerador a bajas vueltas. Desde luego no será por debajo de 2.000-2.500 vueltas cuando comencemos a encontrar algo de «chicha».

Prueba Toyota Verso 130 Advance

Las prestaciones me parecen correctas, sin más. No llevaremos un coche rápido pero será suficiente para una conducción tranquila, otra cosa es cuando llevemos carga, ahí sí echaremos de menos una mayor respuesta. Es por ello que cualquier diésel será más recomendable que este gasolina para el Toyota Verso.

El cambio es bastante agradable de usar, las marchas entran bien, suavemente, además de quedar la palanca perfectamente a mano. Sin embargo, las relaciones son más bien largas, algo que penaliza sobre todo las recuperaciones, por lo que habrá que bajar dos, incluso tres marchas, una vez nos dispongamos a realizar algún adelantamiento o afrontar una pendiente pronunciada.

Prueba Toyota Verso 130 Advance

En cuanto a consumos, nos ha sorprendido. A pesar de la tímida respuesta hemos conseguido un consumo final de 7,3 L/100 km, lo que queda algo lejos de los 6,6 que homologa, pero que tampoco se nos antoja especialmente elevado. También es cierto que hay que ser muy amigos de la conducción eficiente para conseguirlo. Lo único que echamos en falta en este apartado es el Stop/Start.

Comportamiento

Cuando toca lidiar con un monovolumen, una de las cuestiones básicas es si se decanta por la comodidad o por la dinámica. El Toyota Verso consigue un muy buen equilibrio, con una suspensión de tarado firme, tal vez un tanto en exceso, pero con un resultado más que convincente.

Prueba Toyota Verso 130 Advance

Precisamente lo que más convence es su comportamiento en curvas, donde los balanceos son apenas perceptibles. Es un coche fácil de llevar y tampoco notaremos flaneo o reacciones nerviosas, pero no debemos olvidar que es un monovolumen, no buscamos ni diversión ni tiempos en un tramo.

La dirección eléctrica no me ha convencido tanto como en otros coches, es extremadamente blanda y no comunica al conductor lo que ocurre en la carretera, pero volvemos a lo mismo, es un monovolumen y así tiene que ser. Buscamos ante todo la facilidad de uso y él nos lo ofrece.

Precisamente esta «pega» se diluye una vez entramos en la urbe. El Toyota Verso se muestra muy apuesto callejeando, tanto por tamaño como por visibilidad, cuestiones primordiales en ciudad. Aquí la dirección blanda y el tarado de la suspensión nos terminan de convencer.

Cuando llega la hora de aparcar, nuestro coche carece de sensores de aparcamiento, pero sí dispone de una cámara de visión trasera. La imagen se reproduce en la pantalla táctil del salpicadero de 6,1 pulgadas que también integra el navegador, la información del sistema de audio, teléfono e incluso una más detallada información de viaje, como el consumo por tramos o la autonomía.

Prueba Toyota Verso 130 Advance

Con unas sensaciones un tanto encontradas, por un motor algo justo en una mano y un comportamiento ciertamente equilibrado en la otra, terminamos nuestro repaso a la dinámica del Toyota Verso 2013, no sin antes recordaros que mañana cerraremos esta prueba con un repaso a la gama y al equipamiento, así como arrojando una pequeña valoración final.

Más información – Prueba Toyota Verso 130 Advance, diseño exterior e interior


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