Seat Toledo: Toma de contacto en Toledo (II)

Como ya os anticipaba ayer, el pasado fin de semana, gracias a Seat, tuvimos la oportunidad de probar el nuevo Toledo por tierras manchegas, por los alrededores de Toledo, para más señas. Esta cuarta generación difiere mucho de la tercera y recupera los orígenes de la primera, con una buena habitabilidad y maletero grande.

Además ahora viene con un concepto diferente, el de coche accesible. Es claramente más caro que los llamados Low-cost, pero es infinitamente más seguro, tecnológico y moderno. Con unas cotas comedidas de 4,48 metros de largo, 1,70 de ancho y 1,46 de altura unidas a un diseño acertado y sin florituras habitual de VAG no da la sensación de ser un coche grande y es muy fácil maniobrar con el, sobre todo si nos ayudamos de los sensores traseros.

La versión que probamos es un acabado Style (el más alto) asociado al motor 1.6 TDI de 105CV (no Ecomotive). Este acabado, unido a algunos extras, tiene todo lo necesario, como control de velocidad o climatizador (monozona). Además el bloque TDI mueve con soltura suficiente el conjunto, que ronda los 1.200 kilos, aunque si queremos brío no conviene hacer mucho caso al indicador de cambio de marcha y será aconsejable circular por encima de las 2.000 vueltas para tener una pequeña reserva de potencia en caso de precisar una reacción rápida.

Lo más sorprendente de este motor fueron los consumos. Si bien a penas hubo kilómetros de ciudad, por vías rápidas (carreteras y autovías) el consumo medio fue de unos 4.0 litros a los 100, lo que es muy próximo a la media extraurbana de 3.8 litros. La media de este motor es de 4,4 litros. Hay que tener en cuenta que estos consumos son los marcados por el ordenador, y también que no fueron lo primordial, efectuando aceleraciones hasta la zona alta de cuentavueltas y cogiendo velocidades innecesarias. En un uso normal y estando pendientes de la conducción, estoy convencido de que el consumo sería inferior. En cuanto a rumorosidad, en frio se hace notar, pero en caliente es silencioso y en orden de marcha a velocidades de crucero a penas se oye puesto que circula a regimenes bajos.

Este motor va asociado a una caja de cambios manual de cinco relaciones. Como es habitual en el grupo VAG el accionamiento es muy bueno, con recorridos tirando a cortos y sobre todo muy precisos. El tacto de los pedales es el idóneo, al menos para mi gusto. La dirección está filtrada, aunque tiene una asistencia correcta, que no la hace pesada ni excesivamente blanda. La caja está bastante bien escalonada, aunque entre la segunda y la tercera hay un salto más marcado que en otras marchas. No tuve ocasión de circular por carreteras con fuertes pendientes, pero todo hace pensar que nos veríamos forzados a utilizar el cambio debido a esa falta de empuje en bajas.

El comportamiento del coche es correcto. No destaca ni por bueno ni por malo. Es muy cómodo de rodar por autovía a pesar de tener unas dimensiones más reducidas de lo habitual y en carretera no balancea en exceso. Es un coche que cumple bien con su cometido y transmite sensación de seguridad.

Pasando a detalles relativos al interior encontramos un habitáculo amplio, con la única pega de la anchura, al meter quinta podemos llegar a tocar en la rodilla al copiloto, según como vaya este, pero en el resto de cotas no hay problema. Es más, llevando el asiento del conductor hasta atrás un ocupante de mi talla (1.83) en las plazas traseras no tocará con las piernas en el respaldo y el conductor de la misma talla justo llegará al final del recorrido del embrague. Las plazas traseras son estrechas para tres adultos, pero dos viajarán muy cómodos. Además de eso tenemos un maletero de 550 litros muy aprovechables y con un gran portón disimulado por un diseño que nos hace pensar que es un tres volúmenes.

En cuanto a materiales, los plásticos son duros, como los que otros coches llevan en el maletero, pero tienen buena presencia y bueno ajustes. Cumplen con su función y muy bien, pues el Toledo no es un coche para equiparlo con mil tonterias y detallitos, si no un vehículo solvente por un precio aceptable. Si que hay pequeños detalles mejorables que hacen ver que es un coche orientado a ofrecer precio. Por ejemplo, aún teniendo cuatro elevalunas eléctricos, el conductor solo tiene mandos para los delanteros, y en cuanto a la política de equipamiento, todos los presentes en la prueba estábamos de acuerdo en que deberían haber equipado los discos de freno posteriores y el tercer apoyacabezas trasero de serie, sobre todo teniendo en cuenta el coste, que no llega a 110 euros para los dos elementos.

En definitiva, vuelve la leyenda. Seat nos ofrece un coche económico de adquirir, económico de rodar y mantener y con todo lo necesario, porque en tiempos de crisis no hay concesiones a los lujos. Para familias que busquen un coche Bueno Bonito y Barato un Toledo puede ser una opción interesante, si bien habría que pensar en gastar algo más de los 13.990 euros del modelo 1.2 gasolina de 75CV para tener un coche con una potencia adecuada y una dotación más o menos completa (el más básico no trae aire acondicionado). Como veis a este coche solo se puede reprochar que algunos extras no sean de serie, porque en todo lo demás sin ser un cochazo cumple con los fines para los que ha sido concebido holgadamente.

Más: Seat Toledo: Toma de contacto en Toledo (I)


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