En la Fórmula 1 actual, pocos equipos de los que actualmente conforman la parrilla, se podrían considerar como históricos, ya que la gran mayoría, son el capricho de gente con dinero, que se han dedicado a comprar la licencia y antiguos chasis, para renombrarlos como mas les guste a los sponsors, y así poder dar vueltas al mundo, haciendo publicidad en el gran circo. Algunos logran hasta sacar beneficios, lo que les permite poder continuar en un mundo tan complejo como la F1 actual.
A día de hoy, solo podríamos denominar como históricos, a Ferrari, McLaren, Williams y quizás si me apuran, al renombrado equipo Lotus, que anteriormente era Renault, pero solo por aquello de que introdujeron los motores turbo. Así que cualquier piloto estaría encantado de poder subirse a uno de estos admirados monoplazas, aunque si bien es cierto, no todos están en la parte alta de la clasificación. Pero bueno, lo normal es que sea así. Eso es lo que pensaba un chaval asturiano, de nombre Fernando Alonso, cuando corría en las competiciones inferiores: » algún día correré en el equipo McLaren, y será sin tener que pagar».
A principios de 2006, se anunciaba que el actual campeón del mundo, Fernando Alonso, formaría parte de las filas del equipo McLaren, pasara lo que pasara durante esa temporada. Como todos sabéis, ese año, el español, consiguió su segundo título mundial con la escudería Renault, por lo que la siguiente temporada el McLaren llevaría el número uno en el morro. Presentación por todo lo alto en Valencia, con el circo del sol incluido, el presentador español de la Fórmula 1 dando saltos de alegría, porque tenía un montón de audiencia…En fín, que todo parecía muy bonito, pero era solo el principio.
Después a lo largo de la temporada, se vió que la cosa no iba ser como se esperaba, y que el segundo piloto de la escudería de Woking, un tal Lewis Hamilton, que venía de ganar la GP2, y que durante toda su vida deportiva había sido apadrinado por Ron Dennis, iba a ser el preferido de los ingleses, en busca de ganar un título mundial para Gran Bretaña, que hacía años que no se conseguía.
Fernando Alonso se sintió traicionado, y ya desde el GP de Hungría ( o quizás antes), donde vimos a un enrabietado Ron Dennis arrojar los cascos, cuando el español estaba esperando para salir a la clasificación, mientras que el inglés hacía cola esperando, para poder cambiar las gomas, la situación se volvió insoportable. A finales de ese año, se anunciaba que el español dejaría la estructura inglesa, a pesar de que todavía le quedaban dos años más de contrato.
La única condición que pusieron los ingleses, para que todo se resolviera sin problemas, fué que Fernando Alonso, no podía ir a Ferrari hasta 2009, o sea que no solo en el fútbol hay clausulas para que no se vayan al equipo rival. En ese instante solo había tres posibilidades, volver a Renault, los japoneses de Toyota, o fichar por el equipo Red Bull, que empezaba a construir un equipo sólido, pero que evidentemente estaba en su fase inicial.
Los austriacos le querían, pero también deseaban que se uniera a ellos por un periodo no inferior a dos años, con opción de un tercero. El español al final decidió volver a la que para el ha sido siempre su casa, Renault, quizás también por que su manager en aquel entonces era Flavio Briatore. Sin embargo tuvo la oportunidad de haber cambiado el curso de la historia de la F1 en los últimos años, puesto que si tras unas semanas de negociaciones, incluida una reunión en Madrid, el español hubiese fichado por el equipo de las bebidas energéticas, seguro que algún mundial más habría ganado.
Pero claro, todo eso lo vemos ahora a toro pasado, quizás en aquel momento, no se veía nada mas que el capricho de un rico millonario que tenía mucho dinero y que quería gastárselo en un coche de carreras, pero ya no se puede dar marcha atrás, y la realidad es que Fernando Alonso solo tiene dos mundiales, y el equipo Red Bull tiene cuatro.
Fuente – Mundo Deportivo
Foto – Mundo Deportivo