Como hemos visto anteriormente, una de las partes constitutivas del motor es el bloque, en el que hay unos huecos con forma cilíndrica donde van insertados los pistones que se mueven gracias a la combustión. Estos agujeros, pueden ir al descubierto (como en la mayoría de motores actuales) o cubiertos por unas camisas.
Ya sean húmedas o secas, las camisas son unos cilindros que actúan como receptáculo y cámara. Su dos principales ventajas independientemente de su tipo son: primero, que están hechas de un material más resistente a la fricción y al calor, y por lo tanto no hay que tratar la superficie del bloque que cubren. Segundo, que se pueden sustituir si se desgastan.
Son simplemente unos cilindros hechos de metal que van insertados en los agujeros del bloque motor. Se llaman así porque no van en contacto con el refrigerante del motor y solo tocan el propio bloque. Se pueden dividir en dos tipos según el proceso de montaje y trabajos que requieren:
Camisa seca semiterminada
Reciben este sobrenombre porque aunque su exterior está completamente preparado, el interior no está rectificado, ni bruñido. Tienen una pared de un grosor considerable, lo que les permite montarlas en el bloque a presión sin deformarse mediante una prensa. Son ligeramente más grandes que el hueco en el que se van a insertar para que queden perfectamente fijadas. Lo que recibe el nombre de montaje en seco.