Comparativa estática del BMW M5 2018 respecto a su predecesor

Hace unas horas hemos conocido la imagen real y todos los datos del nuevo BMW M5, que llegará al mercado a partir de marzo de 2018. Cualquier nuevo modelo de BMW revoluciona a los fans de la marca, como ya lo hizo el lanzamiento del BMW Serie 5, pero cuando hablamos de las versiones M la cosa se pone aún más ardiente. Su buena reputación va más allá de los aficionados a esta marca.

En esta ocasión, el BMW M5 llega con un sistema de tracción que igual no sienta del todo bien a los más puristas, aunque la firma alemana se ha cubierto las espaldas. Sí, el nuevo M5 es de tracción integral y no hay versiones de tracción trasera. Sin embargo, los bávaros dan la opción al conductor de que, cuando lo desee, la energía de su V8 sea enviada exclusivamente al asfalto por las ruedas traseras. Vamos a comparar este nuevo modelo con su predecesor, en el plano estético y en el mecánico.

Diferencias estéticas BMW M5 2018 y su predecesor

Como es lógico, cada M5 toma la base estética de las versiones convencionales de la Serie 5, solo que los diseñadores optimizan diversos elementos de la carrocería para que, además de resultar más deportivo a nivel estético, también mejore la refrigeración del motor, de los frenos y de muchos otros componentes, así como para obtener una aerodinámica más eficaz.

Frontal

En esta imagen frontal vemos como el nuevo BMW M5, a la derecha, se muestra más “enfadado”. Las formas son más afiladas y marcadas en todo el paragolpes delantero. Las ópticas de luces, que son idénticas a las del Serie 5 normal, finalizan en la zona central pegando a los tradicionales riñones de BMW.

Si subimos un poco más la mirada, podemos apreciar que los nervios del capó son bastante similares en ambos coches, pero los retrovisores ahora tienen unos apéndices interiores mucho más dinámicos, aunque tal vez la visión por los mismos haya resultado algo perjudicada. Sin duda, el frontal del nuevo Serie 5, y concretamente del M5, ahora es más agresivo.

Lateral

El frontal del BMW M5 ha cambiado bastante respecto a su predecesor, pero la vista lateral no lo ha hecho tanto. Como podemos apreciar en la imagen, el costado es bastante similar, pero hay diferencias apreciables. Por un lado, el voladizo delantero del nuevo modelo no es tan grande en proporciones como el del M5 anterior. Las formas de los faros que se dejan ver desde el costado cambian, aunque no demasiado; mientras que la línea de cintura resulta prácticamente idéntica, tal vez algo más marcada en el de 2018.

Ya que hemos hablado de la cintura, las branquias que dan inicio a esta línea de tensión son más pequeñas en el nuevo pero también más agresivas, pues “se introducen” más en la carrocería. El otro nervio lateral, que aparece en la zona baja de las puertas, es más agresivo en el BMW M5 de 2018, al igual que las formas de las taloneras. Para finalizar con esta vista, podemos decir que será muy complicado distinguir uno de otro con la información que nos aporta la poca superficie que asoma en la aleta trasera de los pilotos posteriores.

Trasera

Acabando con la retaguardia de los BMW M5, esta es la parte que menos han querido modificar los diseñadores de la firma con la Serie 5 y con la versión M. Los pilotos son muy similares, aunque sí es cierto que la forma de iluminación varía ligeramente. Algo similar ocurre con los paragolpes. Cambian la posición de los reflectantes rojos y la forma inferior del paragolpes, incluyendo un difusor más agresivo en el BMW M5 de 2018. Tal vez BMW podría haberse esforzado un poco más en esta parte de la carrocería.

Interior

Dejamos el exterior para sumergirnos en ambos habitáculos. Todo lo que el conductor y sus acompañantes verán cuando viajen mantendrá la filosofía y estructura habitual de BMW, pero no podemos negar que haya notables variaciones. Los años pasan y el predecesor ya se quedaba algo anticuado. Vayamos por partes.

Para empezar, el volante es totalmente nuevo, con inserciones de aluminio que aumentan la calidad percibida, unos radios más finos y una parte central bastante más pequeña. Tras él, aparece un cuadro de instrumentos actualizado que proyectará más informaciones y de forma más nítida. Si seguimos con el salpicadero, nos encontramos con una pantalla principal que ya no queda integrada y en una posición más elevada, lo que siempre es una buena noticia en cuanto a la practicidad.

Las salidas de aire, el manejo del audio y los mandos de climatización siguen ordenados de igual manera, pero las formas son algo diferentes y aparece el negro piano para dar un toque más elegante. No es una buena noticia, pues ya sabemos que esta terminación atrapa polvo y huellas solo con mirarlo. En el túnel de transmisión las diferencias también son claras, con un pomo del cambio nuevo, reestructuración de los diferentes botones y la aparición del mando MMI Touch.

Mecánica

Tracción xDrive M

La principal diferencia en cuanto a su mecánica es la citada transmisión xDrive M. El BMW M5 contará, por vez primera, con tracción integral; no habiendo opción a adquirirlo de propulsión trasera. Sin embargo, este sistema permitirá al conductor jugar con varios modos de conducción y gestionar entre un comportamiento habitual de los 4×4, un modo que desacopla totalmente el eje delantero y otro intermedio que otorgará más par al tren posterior que al anterior. La tracción total le permite rebajar casi un segundo el tiempo en el 0 a 100, pudiendo realizar la operación ahora en solo 3,4 segundos.

V8 4.4 M TwinPower Turbo

Respecto al motor, también encontramos variaciones. El corazón del BMW M5 sigue siendo un bloque de 4,4 litros con la tecnología M TwinPower Turbo, inyección de alta presión, y distribución variable, pero existen mejoras en su rendimiento. El BMW M5 de 2011 rendía 560 CV y 680 Nm, mientras que el sucesor ha anunciado una potencia de 600 CV y un impresionante par motor de 750 Nm.