Continuamos con un nuevo duelo que marcó para siempre la historia de la Formula Uno. Tras hablaros sobre la impresionante lucha que mantuvieron Niki Lauda y James Hunt por conseguir el Título de 1976, en esta ocasión nos remontamos a finales de los 80 y principios de los 90, con uno de los duelos más recordados y queridos en este deporte. Se trata del duelo que vivieron dos de los pilotos más grandes de la historia; Ayrton Senna vs Alain Prost.
Nos trasladamos a aquella época, considerada por muchos como la época dorada de la F1. Tanto por la talla de los pilotos del momento (Nigel Mansell, Nelson Piquet, Niki Lauda, Prost, Senna y en los últimos años un tal Michael Schumacher…) como por la espectacularidad de aquellas «bestias del asfalto». Estos pilotos vivieron parte de la era turbo en la f1, con coches que superaban ampliamente los 1.000 cv en calificación… autos indomables que requerían de buenas manos para sacar todo el potencial y en los que un error en los circuitos de la época significaba tener un accidente. Además, estos pilotos vivieron una auténtica revolución tecnológica en los coches que culminó en 1993. Concretamente, ese año compitió el coche que ha sido denominado como el más avanzado en la historia de la F1, el Williams-Renault FW15-C, que contaba con suspensión activa, control de tracción, frenos antibloqueo… con el que Prost se alzó sin problemas con su cuarto Título Mundial. Para 1994 la FIA eliminó todas las ayudas tecnológicas en pos de mayor igualdad entre los equipos.
Alain Prost. (Saint-Chamond, Francia, 1955)
También llamado «El Profesor». Era un piloto frío, calculador y destacaba por su pilotaje tremendamente técnico. No era tan espectacular como Senna, arriesgaba lo justo y evitaba las situaciones de riesgo. Mostró gran regularidad, cuidar como nadie el estado coche y ser un sensacional estratega. Consiguió 4 Títulos Mundiales (1985,1986,1989 y 1993) y el pésimo record de conseguir mayores subcampeonatos del mundo (4).
Ayrton Senna. (Sao Paulo, Brasil,1960-1994 San Marino, Italia)
También conocido como «Magic Senna». Era todo lo contrario a Prost. Era un piloto mucho más «pasional», daba el máximo en cada GP y era sumamente espectacular en su pilotaje. Arriesgaba siempre hasta el limite y no cesaba hasta conseguir el primer puesto. Destacó por llevar siempre sus coches por encima de sus posibilidades y por ser un autentico maestro bajo la lluvia. Fué uno de los mejores clasificadores de todos los tiempos y consiguió tres Títulos Mundiales (1988, 1990 y 1991), hasta que tuvo un fatal accidente en el GP de San Marino (1994).
Temporada 1988
Aquel fue el primer año en que coincidieron los dos en McLaren. Prost era el piloto a batir por aquel entonces. Contaba ya con dos Títulos Mundiales y su posición en McLaren era la de líder indiscutible. Senna llegó al equipo gracias a sus espectaculares demostraciones de pilotaje (GP Mónaco 1984, quedó segundo realizando un pilotaje soberbio bajo la lluvia con un coche tremendamente inferior (Toleman), y a sus buenos resultados con el equipo Lotus).
McLaren en aquella época también era el equipo que más «brillaba». Contaba con uno de los mejores directores de equipo (Ron Dennis) y con el mejor piloto. El propio Prost aconsejo a Dennis de fichar a Ayrton para esa temporada, ya que le veía como el piloto con más cualidades. Sin embargo, como declaro posteriormente, no volvería a tomar esa decisión… Por tanto, Senna y Prost compartirían equipo en 1988. Los dos mejores pilotos de la parrilla conducirían el mejor coche de la temporada, el MP4/4. Fue el último de la era Turbo, y es considerado por muchos como uno de los mejores coches de la Formula Uno, gracias al excelente diseño de Steve Nichols y a los mejores motores de la época, los v6 turbo de Honda.
Los datos: el McLaren-Honda MP4/4 consiguió ganar 15 de los 16 GP disputados, 15 pole-positions, el Campeonato de Constructores (con 134 puntos de diferencia sobre el segundo clasificado), y el Titulo Mundial de Pilotos, que, como no podía ser de otra manera, también cayó en sus manos. Ese año fue Senna el que logró su primer Título Mundial, seguido de Prost, por sólo 3 puntos de diferencia.
Aquel año fue de «aparente calma». Los pilotos trabajaban conjuntamente por el bien del equipo pero se dio un hecho, y es que Senna demostró que no iba a conformarse con ser el «escudero» de Prost, y luchó con él de tu a tu hasta el final. Una muestra de la extrema competitividad de Senna, se dio en el GP de Portugal. Senna iba liderando la prueba pero Prost iba muy cerca detrás y, en la recta principal, Prost le coge el rebufo y comienza a adelantar al brasileño. Senna, al ver la jugada, empieza a arrinconar a Prost contra el muro de los boxes. Prost no cede, y pasa a un palmo del muro a unos 300 km/h. Aquella acción molestó mucho al francés y Senna, arrepentido, pidió disculpas posteriormente. Finalmente, el duelo ese año se decidió a favor de Senna, que gano su primer Titulo Mundial.
Temporada 1989
Aquel año hay cambios en la reglamentación y se vuelve a los motores atmosféricos. El equipo McLaren-Honda no presenta la abrumadora supremacía del año anterior. Sin embargo, sigue siendo un gran coche y cuentan con los mejores pilotos del momento, por lo que la lucha por el Titulo de Pilotos se mantendrá nuevamente entre los compañeros de equipo. Este año la rivalidad llegó a otro nivel; Senna y Prost protagonizaron batallas épicas, tanto dentro como fuera de los circuitos.
Comienza la temporada, y el segundo Gran Premio, celebrado en San Marino supone el detonante, la gota que colmó el vaso y que supuso el inicio de la «guerra» entre los dos pilotos. Senna y Prost hicieron un pacto de no agresión: el primero que llegue a la primera curva, conserva la posición y no será adelantado. Todo ello para evitar un choque entre los coches de la escudería al comienzo de la carrera. En la salida es Senna el que coge la primera posición, pero un accidente bastante fuerte de Berger (perdió el alerón delantero y chocó a más de 200 km/h contra el muro, provocándose el incendio de su Ferrari. Por suerte, no hubo consecuencias) en la curva Tamburello, provoca que se repita nuevamente la salida del Gran Premio.
En esta ocasión, es Prost el que coge la delantera, sin embargo Senna le adelanta en la curva Tosa, incumpliendo el trato al que habían llegado. Finalmente, ganó Senna y Prost se mostró muy molesto porque decía que Senna le fue desleal. El brasileño se defendió, diciendo que al ser un relanzamiento de carrera, no entraba en lo pactado. Este tema trascendió a los medios, y fue el comienzo de la lucha sin cuartel entre los pilotos. La relación entre ellos se fue rompiendo hasta el punto en que dejaron de hablarse, y ello perjudicó también al equipo. Empezó a formarse una verdadera «guerra psicológica» en McLaren; mal ambiente que Ron Dennis (como ya vimos con Alonso y Hamilton) no supo gestionar y que se mantendría hasta el final de la temporada.
Prost se sentía desplazado, y pensaba que Dennis, Honda y la mayoría del equipo preferían a Senna. En Honda decían que Senna encajaba más con su filosofía; era el «samurái», mientras que Prost, era la «computadora». Ante tal clima irrespirable en el equipo Prost decidió a mitad de temporada abandonar el equipo, y fichó por Ferrari para la siguiente temporada. El Campeonato fue una lucha titánica entre los dos pilotos. Dicha lucha llegó al limite en el penúltimo GP de la temporada, Suzuka. Prost era líder del Mundial (76) y le sacaba 16 puntos a Senna (60), por lo que el brasileño estaba obligado a ganar aquel GP para seguir con opciones de revalidar el Titulo. Lo que aconteció en aquella carrera ha sido uno de los hechos más polémicos y comentados en la historia de la F1…
Mañana continuamos con este maravilloso duelo.
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Prost, sin duda alguna, el mejor piloto de las últimas décadas.
Ayrton Senna por su agresividad es considerado uno de los grandes (sino el más). Sin embargo Alain Prost, aunque sea menos recordado tiene un título más que Senna, y por muchos analistas y entendidos dicen que era un piloto de la «vieja escuela». Viva Senna y Prost, sin duda los dos más grandes.
Prost fue, sin duda, mejor piloto que Senna. El mito de Senna se debe a su velocidad y buen hacer, obviamente, pero sobre todo a su carisma. No nos engañemos, Senna era, voluntaria o involuntariamente, un showman.
El desgraciado fin de Senna también contribuye enormente a realzar la leyenda, nos guste o no.