Al hablar de faros en el coche, seguramente muchos habrán oido la innovadora tecnología que emplea el gas xenón, de muy buena utilidad pero que genera una desventaja en relación al costo y funcionamiento respecto a los faros comunes.
Están compuestos básicamente por una unidad de control y una unidad de encendido, hallándose a estas dentro del mismo faro, o con la unidad de control dispuesta de forma externa.
Hablando un poco de química, emplea dos electrodos de tungsteno en un tubo contenedor de vidrio, el cual se encuentra lleno de xenón (gas noble utilizado en iluminación, como el neón) y sales de metales halogenadas.
Ante un estímulo eléctrico, los dos electrodos imprimen una diferencia de voltaje elevada, lo que emite una temperatura cercana a los 700 grados centígrados, comenzando con el funcionamiento de esta «lámpara de gas»
Este sistema cuenta con una grave desventaja, y es que no permite alcanzar la luminosidad máxima de forma instantánea, sino que lo hace en forma progresiva, siendo un inconveniente su utilización en autopistas y carreteras con escasa luminosidad.
Ventajas de los faros de xenón
Como acabamos de ver, los faros de xenón empleam principalmente una reacción fisicoquímica que provoca la estimulación electrónica de un gas estable, el xenón, pasando a un estado de excitación y produciendo una temperatura de 700 grados y una potente emisión de luz, para volver a su estabilidad.
Este sistema tiene como primer contrariedad la imposibilidad de brindar una luz plena y potente de forma instantánea, pero cuenta con una gran cantidad de ventajas que hacen que este fenómeno sea desconsiderado.
Como algunos sabrán, estos faros cuentan en muchas ocasiones con un sistema electrónico que le otorga un movimiento de giro, permitiendo el enfoque direccionado para curvas y facilitando la iluminación de otros coches, por ejemplo.
Esta mejora está pensada en torno a la seguridad, sumada a una orientación electrónica horizontal, hallada en algunos faros de mayor costo y destinada a brindar una mayor iluminación y encandilar levemente a conductores de otros coches en carreteras montañosas o con marcados desniveles.
Xenón vs faros tradicionales
Debemos hacer una comparación entre los faros de Xenón y los faros convencionales, preguntándonos por qué utilizar estos y no seguir con «la tecnología de siempre«.
En primer lugar, debemos destacar que los faros de Xenón ofrecen hasta cinco veces más iluminación que los faros halógenos, y hasta un 25% y 35% de reducción del consumo de energía eléctrica respecto a éstos.
Yéndonos a estadísticas y estudios, los faros de xenón redujeron considerablemente los accidentes producidos en autopistas y rutas, sea por brindar una mejor iluminación, tanto como la posibilidad de no encandilar al conductor que viene en dirección opuesta.
Está claro que la iluminación que ofrecen los faros de xenón es muy superior a la de los faros de bombilla tradicional, sin embargo, la tecnología LED o incluso láser promete mejorar aún mas todos los registros de iluminación en coches.