Mucho tiempo se lleva hablando sobre la vuelta del motor rotativo a la automoción, y más concretamente de la mano de Mazda. Ya sabéis que este motor ha estado presente durante décadas en la marca japonesa, aunque no se ha vuelto a saber de él desde que el Mazda RX-8 cesara sus comercializaciones.
En los últimos años ha habido diversos rumores sobre la llegada de un nuevo motor rotativo, también conocido como motor Wankel, a Mazda. Además, alguna filtración nos ponía los dientes largos pensando en un sucesor de los deportivos RX-7 y RX-8 utilizando el mismo sistema propulsor. Bien, el motor rotativo vuelve, pero no como nos gustaría.
La marca de Hiroshima ya confirmó hace un año que este tipo de motor regresaría a la compañía, pero que su función no sería propulsar un vehículo, sino abastecer de energía eléctrica a un nuevo modelo eléctrico. Es decir, el nuevo motor rotativo será un generador de energía, un extensor de autonomía eléctrica a costa de quemar gasolina.
Mazda afirma que para el año 2020 lanzará al mercado sus primeros vehículos eléctricos como parte de su desarrollo “ZoomZoom sostenible 2030”. En un principio llegarán al merado dos eléctricos, uno de los cuales solo equipará una batería. El otro será el encargado de resucitar en la compañía el famoso motor rotativo, aunque solo como ampliador de autonomía.
Este motor rotativo se encargará de recargar la batería cuando el vehículo necesite ampliar su autonomía, eliminando el miedo de quedarnos sin carga antes de llegar a un punto de recarga o a nuestro domicilio, donde ya podremos enchufarlo a la corriente.
Los motivos por los que Mazda ha escogido un motor rotativo como ampliador de rango son sus dimensiones reducidas, su ligereza y su elevada potencia. Además, afirman que también podrá alimentarse con GLP, por lo que de usar este combustible sería un coche aún más limpio y económico.