Opel, la emblemática marca alemana de automóviles, ha tenido una historia turbulenta marcada por cambios de propiedad y motores. Desde sus humildes inicios hasta su actual posición bajo el paraguas de Stellantis, Opel ha navegado por un camino lleno de giros y vueltas que no han gustado a todos.
La historia de Opel se remonta a 1862, cuando Adam Opel fundó una pequeña empresa de máquinas de coser en Rüsselsheim, Alemania. Tras su muerte en 1895, sus hijos ampliaron el negocio hacia la fabricación de bicicletas y, finalmente, en 1899, dieron el salto a los automóviles con el primer modelo «Opel Patent Motorwagen».
En 1928, la empresa fue adquirida por el gigante estadounidense General Motors (GM), lo que marcó un punto de inflexión en su historia hasta 2017. Bajo el control de GM, Opel experimentó un crecimiento significativo, expandiéndose a nuevos mercados y desarrollando modelos icónicos como el Kadett, el Manta, el Corsa, etc., así como modelos estadounidenses bajo marcas como Chevrolet o Saturn.
Es decir, la empresa ha ido desde sus orígenes europeos hacia una «americanización» que no gustó a todos. Sin embargo, durante este periodo, Opel hizo un movimiento estratégico importante, y fue con su colaboración estrecha con la marca japonesa Isuzu. Esta firma nipona está especialmente dedicada a crear vehículos comerciales o camiones, es decir, motores diésel.
Esta colaboración hizo que muchos modelos de Opel con motor diésel llevasen motor Isuzu, que se caracteriza por su enorme robustez y fiabilidad. Estos coches han permanecido incansables durante años y años, aguantando como ningún otro. Esta fiabilidad fue para muchos usuarios de la marca como lo mejor que le pasó.
Pese a todo, las cosas no iban bien en Opel, y entre 1999 y 2017, la firma acumuló pérdidas millonarias. Y en 2017, la alianza estratégica entre GM y Groupe PSA llegaría a su fin, y ésta última compra la marca Opel y sus factorías. Recientemente, en 2021, PSA (Peugeot Sociétñe Anonyme) se fusionó con FCA (Fiat Chrysler Automobiles), creando el famoso grupo Stellantis, y haciendo que los modelos de Opel más actuales estén motorizados por Fiat. Un cambio que a muchos amantes de la robustez de los anteriores, ha significado la ruptura con la marca alemana…