Cuando el primer Mini de la historia llegó a las calles de Reino Unido, tenía un tamaño exterior de sólo 3,05 metros. Sin embargo, cuando el nuevo siglo arrancó, y BMW se hizo cargo de él, incrementó su talla en nada menos que 56 centímetros. Aún así, los responsables de su diseño supieron respetar la esencia, manteniéndose relativamente bien, hasta nuestros días.
El caso, es que muchos clientes sienten que el Mini ya no es el modelo de antaño. Por ello, BMW lleva varios años dándole vueltas a la posibilidad de lanzar una nueva generación con un tamaño más cercano al original. Para ello, creó un prototipo llamado Mini Rocketman. Este proyecto fue acogido con mucho entusiasmo, pero cuando echaron cuentas, entendieron que la viabilidad del mismo era inasumible. No obstante, todavía podría suceder.
Mini quiere volver a la esencia que le dio la vida
Según varios medios especializados, entre los que se encuentra Autocar, la cuarta generación del Mini reducirá su tamaño exterior. En estos momentos, los responsables de la firma inglesa quieren ver crecer a la marca en unos aspectos a la par que encoger de nuevo. Si nos centramos en el primer aspecto, podemos intuir una posible expansión en su gama. No obstante, estarían planeando incluir una segunda carrocería SUV.
De ser así, la oferta pasaría de estar formada por cuatro versiones, a cinco. Así, no faltarían los Mini tres y cinco puertas, el Cabrio y los más versátiles Clubman y Countryman. A éstos, habría que sumar el segundo crossover, que si los rumores están en lo cierto, podría terminar llamándose Traveler. Por esta razón, lo más sensato es que los Mini de tres y cinco puertas reduzcan su talla, abriendo su espacio a nuevas alternativas y estilos.