En 2004 algo estaba pasando en Mercedes. El CLS vio la luz y nos dejó a todos impresionados con su silueta coupé desarrollada sobre la base del Clase E de por el entonces. Unos años más tarde, ya con la segunda generación del CLS marcas como Audi o BMW, un poco más tarde, despertaron de un profundo sueño y dieron sendos puñetazos sobre la mesa en forma de Audi A7 Sportback y BMW Serie 6 Gran Coupé. Una gran berlina no tiene porque ser sobria para ser elegante. Deportividad y elegancia no están reñidas, por eso probamos el Audi A7 Sportback, para demostrar que es posible.
Casi podemos decir que a pesar de ser diferente a todos los Audi, el A7 Sportback peca de diseño poco original, y es que a pesar de contar con una línea muy lograda, con una silueta preciosa a mi juicio, está claramente inspirado en el Audi A5 Sportback de 2009, aunque afortunadamente, en el A7 se ha conseguido una mejor armonía de las proporciones y un coche mucho más imponente. Es lógico por otra parte seguir con la identidad de la marca.
Hay quien piensa que el A7 Sportback es la versión «molona» del A8, pero no es así. Se le acerca por tamaño, con 4,97 metros de longitud y 1,91 de anchura, pero la realidad es que al igual que el CLS de Mercedes o la Serie 6 de BMW, parte del escalón inferior, el A6. Clase E y Serie 5 en los otros dos casos. Decimos que el A7 es más cercano al Audi A6 porque se monta en la misma plataforma y tiene su misma batalla, además de que el interior es calcado y los opcionales y mecánicas que se ofrecen, también. Es difícil, pero el Audi A8 está un paso por encima, preguntémosle a Luis.
El Audi A7 se ofrece con diversas mecánicas gasolina y diésel. Para los que prefieren la nafta hay un motor 2.8 FSI de 204, bien tracción delantera o Quattro, con caja CVT en el primer caso y S-Tronic de doble embrague en el segundo. Por encima queda el 3.0 TFSI Quattro S-Tronic de 310CV. A pesar de estas dos interesantes mecánicas, las que más demanda tienen son las TDI, todas ellas de 3.0 litros y con potencias de 204, 245 y 313CV. La menos potente ofrece las mismas transmisiones que el FSI, mientras el más potente recurre a una caja tiptronic de ocho relaciones. Nosotros hemos probado la más equilibrada, la de 245CV con tracción Quattro y un excepcional cambio S-Tronic de siete marchas, además de la tecnología Clean Diesel de VAG.