Ayer era el momento de conocer el nuevo Mazda 3. Su cambio de diseño y filosofía quedaban patentes, pero aún queda una segunda y más interesante parte de nuestra prueba, tras analizar su diseño exterior e interior, además de la habitabilidad de uno de los compactos más grandes en la actualidad.
Hoy toca ponerse a los mandos y arrancar el motor, un motor de gasolina y 120 caballos bajo el apellido Skyactiv, lo que, sobre el papel, es sinónimo de bajos consumos y emisiones. Ahora veremos si esto es así y si la opción intermedia en este combustible se asocia o no con un compacto de carácter deportivo como es el Mazda 3.
La gama de motores del Mazda 3 no es especialmente escasa y abarca desde los 100 hasta los 165 caballos. Cuenta con mecánicas gasolina y diésel, y todas se amparan en la tecnología Skyactiv de bajos consumos y emisiones. Muestra de ello es que deja de lado las bajas cilindradas y, en el caso de los gasolina, la sobrealimentación. ¿Y el downsizing qué?
Parece que a Mazda no ha llegado esa moda. Su motor más pequeño es el 1.5 de 100 caballos, que ni es una cilindrada especialmente pequeña, ni recurre a la sobrealimentación. Lo mismo ocurre con nuestro bloque 2.0 de 120 caballos o el más potente y tope de gama de 165 caballos. Sí echamos de menos una opción intermedia de unos 140 caballos.