Ya adelanté ayer en en el análisis de diseño exterior e interior del nuevo Mitsubishi Space Star que es un coche que me convenció, pero desde luego no lo hizo por diseño. Hoy pasamos a analizar otros puntos, como es su motor 1.2 de tres cilindros y 80 caballos, su comportamiento dinámico o sus consumos, todo ello muy importante en un utilitario ideado para la ciudad.
Es el motor más potente de la gama del utilitario. La otra opción es un 1.0 de 71 caballos, que va asociada obligatoriamente al acabado básico Challenge, del mismo modo que nuestro 1.2 es indisociable del completísimo acabado Motion. Solo hay cajas de cambio manuales de cinco velocidades, aunque en otros mercado se ofrece una automática CVT de variador continuo.
Tres cilindros muy sinceros
Nuestra unidad tiene acceso y arranque sin llave, por lo que tendremos una comodidad extra para arrancar. Basta pulsar el botón de arranque situado a la izquierda del volante al mismo tiempo que pisamos el embrague. Si no pisamos este pedal alternaremos entre las distintas posiciones del contacto.
El motor cobra vida y no hay lugar a dudas, es un tricilíndrico. Al ralentí no es especialmente sonoro y vibra un poquito, menos de lo que suele ser habitual en este tipo de motores, pero más de lo que lo hacen motores turbo de tres cilindros con más cuidado en su equilibrado. En aceleraciones si se deja notar más el ruido del motor , sobre todo porque le falta algo de aislamiento y si había lugar a dudas se que era un tres cilindros, aquí se despejan.
Ambos motores tienen Stop & Start y en este 1.2 su funcionamiento es magnífico. Cuando nos detenemos se para y cuando pisamos el embrague arranca. Lo hace con total suavidad y rapidez, siendo uno de los mejores sistemas probados hasta la fecha, a pesar de que no mantiene la dirección asistida.
En ciudad el motor sube fácilmente de vueltas y hace de este un coche muy ágil para callejear, con potencia más que de sobra. Eso sí, si viajamos cargados o con el aire puesto, el motor se ve algo mermado (he descubierto la piedra filosofal) e incluso percibimos un cambio en su sonido causa del mayor esfuerzo.
No voy a negar que era escéptico antes de coger el Mitsubishi Space Star. Pensaba que el viaje entre Madrid y Vitoria y vuelta por la A-1 y N-1 iba a ser criminal para un coche de este tipo, pequeño y con un motor justo sobre el papel. Pero lo cierto es que quedé muy sorprendido. Es un coche ágil incluso en estas situaciones, pero no nos engañemos, hay que exigirle. Si no lo dejamos caer de vueltas y no tenemos miedo a acelerar con todo, no solo mantendremos el ritmo, sino que ganaremos velocidad.
Por ejemplo, para afrontar el puerto de Somosierra, en los dos sentidos del viaje, bastó con aproximarse a 120 y en el momento en el que la quinta se resistía, reducir rápidamente a cuarta y acelerar sin miedo. Podremos mantener los 120 en la subida si actuamos rápido (como en todo coche, si se deja morir, cuesta más recuperar) y si seguimos acelerando iremos ganado velocidad aún, sin necesidad de hacer reducciones hasta tercera.
Con el control de crucero activado la verdad es que tampoco noté en ningún momento que el coche no pudiese mantener el ritmo. En todo momento mantuvo el tipo, algo digno de alabar en un coche que desde luego no se encontraba en el escenario más favorable. El aislamiento del coche es bueno en estas circunstancias (también mejorable). Circulando por la noche la iluminación tanto de las luces de corto alcance como de las largas me ha parecido buena.
El rey de la ciudad
Nos ha quedado claro que el motor es sobradamente solvente, a falta de conocer los consumos, pero ahora es el momento de saber como se siente uno a los mandos del Mitsubishi Space Star. Por la ciudad seremos como un pequeño roedor, aprovechándonos de sus reducidas dimensiones y de una dirección que permite un muy buen radio de giro. Esta es muy asistida, algo que sin duda se agradece en ciudad y a la hora de aparcar.
Todos tiene un accionamiento suave y cómodo, por lo que los atascos o la circulación intensa no nos fatigará más de lo necesario. Destacar el buen funcionamiento de la caja de cinco relaciones, con unos recorridos muy limpios que permiten unos cambios precisos y rápidos. Eso sí, a la marcha atrás le debe de picar algo, porque rasca con facilidad incluso en parado, si el coche aún tiene algo de inercia rasca con absoluta certeza.
La suspensión por su parte es muy blanda y cómoda. Badenes, baches, alcantarillas… nada será un problema que torture nuestra espalda. Filtra muy bien las irregularidades y es muy cómodo. Por supuesto esto va en detrimento de la dinámica una vez salimos de la ciudad, con unos balanceos de carrocería notables y unos cambios de apoyo algo torpes, aunque no creo que ese sea el problea del público objetivo de un Space Star.
Consumos bajos
Coche pequeño, consumos pequeños. Pensé que el coche iba a gastar más, especialmente en los citados viajes en autovía y carretera. El caso es que tanto a la ida como a la vuelta de Madrid, el consumo en la A-1 y en la N-1 se mantuvo en 5,7 litros, circulando siempre a la velocidad máxima de la vía. En recorridos mixtos de hasta 450 kilómetros pudimos obtener medias de 6,0 litros reales, mientras que en un uso urbano más intenso podríamos llegar a marcar los 6,5 litros. Son todos ellos muy buenos registros, aunque desde luego no tan optimistas como la homologación (4,3 litros de media).
Puedes encontrar más información sobre el Mitsubishi Space Star 1.2 Motion en la parte de diseño exterior e interior y en el análisis de precio y equipamiento.
