Como si de un joven que recién pasó la pubertad se tratara, el nuevo Peugeot 308 se presenta. El compacto francés ha madurado, se le ve sereno, se le ve con ganas de comerse el mundo. El primer capítulo de esta prueba, en el que analizábamos su diseño exterior e interior, nos deja sensaciones agradables, sensaciones que parecen gritarnos que éstos, van muy en serio.
El segundo acto está a punto de comenzar. Ahora, el relato se torna más sensitivo, más de sentir. Es el momento perfecto para arrancar el motor, para darle el turno de palabra. En esta ocasión, el conocido bloque de 1.6 litros e-HDI se aloja en las entrañas del de París. Una mecánica que desarrolla 115 CV y 270 Nm de par. ¿Volveremos a encontrarnos con madurez? ¿O tan solo era fachada?
Primeras sensaciones
Como os contaba, el cielo se teñía gris, oscuro, a lo Slleepy Hollow. No necesitabas ser un pastor de la Sierra de la Culebra de Zamora, como diría Leo Harlem, para saber que otra tromba de agua estaba a punto de caer. Entre tanto, pulsaba el botón, arrancaba, y engranaba la primera marcha. Un movimiento que venía cargado de sensaciones.
El túnel de transmisión, en una posición más elevada, facilita la tarea de buscar la palanca de cambios. La misma, transmite al sentido del tacto una información que me alegra profundamente: los recorridos se han reducido, o lo que es lo mismo, ahora notamos más firmeza a la hora de engranar. Sin duda, asignatura pendiente de la marca que pedía a gritos que se revisara.
De igual modo, la autovía se convertía en el siguiente juez. Una amplitud en la que el rodar se hacía sencillo. El Peugeot 308 viajaba en su sitio, tranquilo, y a la velocidad máxima exigida por ley, 120 km/h, reflejaba 4,8 l/100 km de consumo. Y es que con el velocímetro clavado en ese lugar, el francés no llega a las 2.000 vueltas en sexta velocidad.
Más urbano
Ayer os hablaba de un alto en el camino, de una parada que además de traer vistas increíbles, me ayudaba a continuar examinando las cualidades del nuevo compacto. Era Trujillo y sus calles, las cuales estuve recorriendo varias horas amarrado a este volante de dimensiones de kart. El objetivo principal del mismo es ayudarte a maniobrar, y lo hace, aunque su achatamiento también te de algún problema. Me gusta su diseño, y me gusta usarlo más en el 308 que en su hermano utilitario. De contradicciones está lleno el mundo supongo…
La eficiencia toma un especial protagonismo en esta nueva generación. El Start-Stop continúa funcionando bastante bien, y es que para mí es una de las grandes cosas que ofrece PSA. Poca intrusión, y una gran cualidad para pasar desapercibido. Un sistema que me dejaba las últimas sensaciones del día y que contribuía a que los números en poblado se pasearan entre 6,3 y 6,2 l/100 km.
Si lo buscas, da la talla
Los paseos tranquilos por autovía no bastaban. Había llegado el ecuador de esta prueba, la mitad de este corto “noviazgo”, y el suelo escogido para pisar era el de una carretera nacional cualquiera. El paseo transcurría con normalidad hasta que el tráfico lo deseaba. Momentos en los que era sencillo darse cuenta de que el Peugeot 308 recupera correctamente, pero que en marchas más cortas, se encuentra más cómodo, más vigoroso. Viaje que dejaba números no demasiado alejados del resto: 4,6 – 4,7 l/100 km.
A la hora de ponerse serios, el modelo enseña los dientes con rabia, aunque solo “da miedo” a mitad del cuentarrevoluciones. Por otro lado, la dinámica ha sido estudiada con detalle. Son 1.235 kg. los que deja en las báscula el galo, y esto, unido a un gran chasis, se agradece en el paso por curva.
El “niño”, pese a que haya crecido, haya madurado, sigue siendo atlético. La suspensión continúa dotándolo de comodidad, a la vez que lo gobierna con mano dura. Una configuración que acompaña al apartado de frenos, que trabaja sin problemas, y a la dirección, que evoluciona ofreciendo más control siempre y cuando te acostumbres al volante.
¿Un producto redondo?
La transformación sufrida por el compacto se ve reflejado en su apartado estético, pero también lo hace en el dinámico. Con menores cambios, el francés recibe mejoras que lo dotan de cualidades notables. Pero, ¿y su precio? ¿sigue siendo el mismo? Lo sabremos mañana, en la última parte de la prueba en la que además, conoceremos su equipamiento y la conclusión final.
Es posible que con el mismo motor el 308 y el 2008 , los consumos en las pruebas sean aproximadamente los mismos? No debería consumir menos el 308?
Buenas Jose, es cierto que por tipo de carrocería se espera un coche algo menos tragón al 308, pero todo se resume en condiciones de conducción, pues ambos tienen un peso muy parejo. El 308 homologa menos en ficha (3 décimas), que el 2008 (4 l/100km), por lo que probablemente el 308 en condiciones reales sea ligeramente más ahorrador que el 2008.
En nuestro caso, hemos conseguido unos registros muy ligeramente inferiores en el 2008, pero ambas pruebas se han realizado por distintas personas y en distintas condiciones.
Un saludo
Para cuando una prueba del peugeot 308 allure de 150 cv? Es que no encuentro nada, en ninguna revista wed. Un saludo.