Ayer comenzamos nuestra prueba como siempre, es decir, repasando el diseño exterior e interior, pero sobre todo haciendo especial hincapié en el espacio habitable y en el maletero del nuevo SEAT León ST. La razón es muy sencilla, al tratarse de un modelo familiar esto son los aspectos más interesantes que tenemos que juzgar. Sin embargo, hoy tenemos que hablaros sobre su motor, sobre su dinámica y sobre los consumos. Tenemos por tanto muchas dudas en nuestra cabeza que despejar, pero la principal es saber si esta pequeña motorización es suficiente para el SEAT León ST.
Empezaremos por tanto desgranando los entresijos del pequeño bloque 1.2 TSI de 86 CV, un bloque que, por cierto, nos ha agradado por diversos motivos que ahora comentaremos, como por ejemplo el refinamiento, ya que al ralentí es complicado percibir si está en funcionamiento o no, pudiendo llegar a pensar que el motor se ha detenido, pero lo cierto es que esta motorización no se asocia con el Stop&Start. 86 CV y 160 Nm de par entre las 1.400 y las 3.500 rpm son los necesarios para conseguir unas prestaciones decentes, registrando un 0 a 100 en 12,1 segundos y alcanzando los 178 km/h de punta.
Ahora bien, ¿disponemos de la potencia suficiente como para pensar en esta motorización como una alternativa real? Lo cierto es que sí y no. Dejad que me explique. Un modelo como el SEAT León ST es un modelo diseñado para viajar con la familia y todos los bártulos. Evidentemente todos los clientes no le van a dar el mismo uso al coche, por lo que habrá clientes que debido al uso que le van a dar al coche les valdrá esta motorización como una alternativa real, pero también habrá clientes a los que no. Pero vamos a conocer al SEAT León ST 1.2 TSI 86 CV en todos los terrenos y en todas las situaciones.
En ciudad disponemos de la potencia suficiente como para movernos con soltura, ya sea con el coche vacío o con toda la «tropa» dentro. Además, el comportamiento del propulsor es ejemplar, de un refinamiento máximo. No transmite vibraciones al habitáculo, a bajas vueltas ni tan siquiera se escucha y el empuje es contundente, llegando a pensar que hay algo más bajo el capó, como para esquivar el tráfico en ciudad con una zona muy buena entre las 2.000 y las 4.000 vueltas. La dirección con tarado blando ayuda a maniobrar, al igual que la excelente visibilidad en todos los ángulos. Por si queda duda, el sensor de aparcamiento nos las dispersa.