Esta semana, durante un curso de seguridad de Mercedes (llamado Mercedes-Benz Active Safety Experience) tuve la oportunidad de probar un coche eléctrico, el Smart ForTwo ED (Electric Drive). Lo más interesante de la prueba es que también estaban sus hermanos de motor de combustión, por lo que se podían hacer comparaciones.
Este modelo aún no está a la venta, es una unidad de pre-serie, de las que actualmente pululan en unos 18 países para pruebas y demostraciones.
El Smart ED es prácticamente idéntico a sus hermanos de gasolina o Diésel. Exteriormente es igual y el habitáculo no pierde capacidad (o al menos no apreciablemente). El maletero también conserva prácticamente toda su capacidad (220 litros), pese a albergar el sistema de recarga que puede verse en la foto. El Smart ED pesa unos 140 Kg más que sus hermanos, culpa en parte al peso de las baterías de Ion-Litio que van alojadas en el suelo del coche.
Hablando de baterías, su capacidad es de 16,5 kWh, gracias a las cuales homologa unos 135 km y alcanza los 100 km/h (autolimitados para preservar la autonomía). El motor es de algo más de 40 CV y 120 Nm de par, aunque según Mercedes para el 2012 habrá un Smart Eléctrico con motor de 74 CV (que posiblemente sea un tiro).
Interior
Por dentro es muy parecido al resto de la gama. Los asientos cambian y hay ciertos detalles pintados en verde bastante atractivo y llamativo. El cuentavueltas desaparece en pro de un indicador del estado de la batería (que a lo largo de todo el día no bajó del 50 %) y un indicador que marca la potencia que estás consumiendo o regenerando de las baterías en cada momento. Al levantar el pié o frenar se regenera y al acelerar se consume. El arranque por llave parece algo confuso al principio, supongo que será cuestión de acostumbrarse a no escuchar nada al arrancar 🙂
El equipamiento es abundante para este tipo de coches: ventanillas eléctricas, aire acondicionado, ABS, ESP, doble airbag, equipo de sonido, etc. No desmerece para nada al resto de Smart ForTwo