Barra estabilizadora: qué es, cómo funciona y averías

La barra estabilizadora es la encargada de reducir el balanceo de un vehículo al tomar una curva. Es una barra metálica más o menos flexible que une las dos ruedas de un mismo eje y que también está unida al chasis. Su diseño provoca que cuando uno de los dos lados de la carrocería se hunde, también lo hace el otro para aumentar la estabilidad del coche.

La unión de la barra estabilizadora al conjunto de la suspensión se realiza mediante unas bieletas. Éstas cuentan con dos rótulas que permiten ciertos movimientos al mismo tiempo que mantienen la barra fijada a donde debe. Aunque la zona a la que va unida la barra estabilizadora puede modificarse dependiendo del tipo de suspensión.

Función de la barra estabilizadora

La función de la barra estabilizadora es limitar la inclinación de la carrocería del coche en las curvas. Esta barra se opone a la inclinación natural causada por la inercia, mediante su propia rigidez torsional. Sus extremos acaban en forma de astas que van ancladas a alguna parte de la suspensión.

La barra en sí se fija por el centro al chasis del coche, pero dejando que rote, para que pueda transmitirse la torsión de un lado al otro. De esta manera, cuando un lado de la suspensión baja haciendo girar esa «asta», también lo hará la otra, hundiendo a su vez la suspensión por el otro lado.

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Más grosor, menos balanceo

Existen barras estabilizadoras de muchos tipos, ya que esto depende del esquema de la suspensión del vehículo. Sin embargo, podemos decir que todas tienen en común que siempre van colocadas en la misma posición. Es decir, perpendiculares al eje longitudinal del coche.

Cuanto más gruesa sea la barra, mayor resistencia a la torsión tendrá y menos se inclinará el coche. Un efecto que también se puede conseguir con un metal más duro y por lo tanto más resistente a la torsión, pero que tiene que tener suficiente elasticidad para no partirse.

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Barra estabilizadora menos gruesa: más confort

Sin embargo, no por ello hay que colocar una barra lo más gruesa posible siempre. Hay que encontrar un equilibrio entre la comodidad que nos proporcionan las barras menos gruesas y la estabilidad de las que tienen más diámetro.

Además, un problema que pueden causar las barras con más grosor del recomendado para un modelo es que puede llegar a interferir en el buen funcionamiento de los dos lados de la suspensión.

Averías en la barra estabilizadora

Rotura de la barra

Normalmente, las barras estabilizadoras no tienen averías en toda la vida útil de un vehículo. De hecho, el único estropicio posible en una barra sería su propia rotura. Pero eso no es muy probable ya que su flexibilidad está preparada para asumir la deformación causada en todo el recorrido de la suspensión.

Es decir, aunque una rueda se hunda al máximo y la otra salga todo lo posible, la barra soportará la torsión. Por supuesto, esto es así en condiciones normales de uso y siempre que el vehículo en cuestión lleve las barras con las que fue concebido.

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Holgura en las bieletas

Sin embargo, los elementos que sí pueden dañarse con más facilidad son las bieletas de la barra estabilizadora. Con el paso del tiempo estas piezas pueden ir cogiendo holgura y, llegado a cierto punto, será necesario cambiarlas por unas nuevas. Aunque su precio suele ser muy bajo, salvo en coches premium o de lujo.

Soportes de la barra estabilizadora

Aunque es más raro, también pueden llegar a dañarse los soportes de la barra estabilizadora a la carrocería de nuestro coche. Pero esto no suele ocurrir por sí solo.

Salvo que se trate de un defecto de fábrica, normalmente se dañan porque el coche ha sufrido un accidente que haya descuadrado su sistema de suspensión o incluso el chasis. Por eso, aunque estos soportes son muy baratos de cambiar, puede que haya que comprobar si hay algún problema más.

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Silentblocks de la barra estabilizadora

Los silentblock son las piezas de goma colocadas en diversas partes de la barra estabilizadora. Gracias a ellos, se evita el roce de metal contra metal cuando la barra gira. También reduce la transmisión de ruido y vibraciones al chasis (de ahí el nombre silentblocks). Además, permiten que el conjunto de piezas tenga la flexibilidad necesaria donde se necesita.

Cuando los silentblocks de la barra estabilizadora se deterioran o se rompen, se crean ciertas holguras. Por eso, los síntomas de unos silentblock deteriorados son movimientos de la carrocería anómalos al girar y ruidos de golpes y roces. Los más habituales son los silentblocks llamados simplemente soportes. Aunque también se habla de silentblocks al mencionar por ejemplo las gomas de las barras de acoplamiento del estabilizador.

Precios de una barra estabilizadora

Las barras estabilizadoras tienen precios muy variados. Tanto como la variedad de precios que tienen los propios coches. De todas formas el kit completo tiene un precio que varía entre los 200 y los 400 euros para coches del segmento generalista.

En cualquier caso, verás que la venta de las barras estabilizadoras al completo no es tan común. Normalmente solo se estropea algún componente, por eso se venden por separado piezas como los silentblocks de brazo de suspensión (entre 5 y 20 euros), los soportes (entre 4 y 10 euros), las barras de acoplamiento de la barra estabilizadora (entre 30 y 50 euros), etc.

No confundir con las barras de torsión

Como las barras estabilizadoras y las barras de torsión se basan en el mismo principio, se suelen confundir con cierta frecuencia. El nombre de barra de torsión se suele emplear para hacer referencia a otros dos elementos del coche. El primero son las barras de torsión empleadas en algunas suspensiones, que unen cada rueda al chasis y cuya misión es la de suspender el vehículo para aislarlo de las irregularidades del pavimento.

El segundo son las barras de torsión que conectan los ejes de la amortiguación para aumentar la rigidez torsional del chasis. A pesar de su nombre, su función es la de no torcerse o torcerse lo menos posible. Solo las llevan algunos coches con un enfoque deportivo, ya sean de fábrica o por modificaciones posteriores. Un buen ejemplo es la que se puede ver en el maletero del Hyundai i30 N.

Imágenes 3 y 5 – Witold Waschut, Matthew Blaine