Incluso las marcas de coches más exclusivas del mundo también sucumben al imparable fenómeno de la transición energética. La británica Rolls-Royce no es una excepción, pues ya ha comunicado que sólo fabricará automóviles eléctricos a partir del año 2030. Hasta entonces, esta compañía, especializada en la construcción de vehículos de altísimo lujo, mantendrá en su gama de productos varios modelos de altas prestaciones con motores alimentados por carburantes derivados del petróleo (concretamente, gasolina).
La Unión Europea aprobó hace poco la prohibición de venta de turismos con propulsores térmicos desde 2035. Aún queda más de una década para que la nueva norma entre en vigor y, además, esta contempla una serie de “privilegios” por los cuales las firmas más prestigiosas del sector podrán continuar produciendo coches de gasolina en tiradas muy limitadas y vinculadas al combustible sintético con emisiones neutras de carbono. Sin embargo, los planes de futuro de Rolls-Royce no aprovecharán esta distinción.
La empresa, con sede en Derby (Reino Unido), ha anunciado recientemente que dejará de instalar su reputado motor V12 en sus berlinas, coupés, descapotables y SUV, todos de grandes dimensiones. Así se adelantará un lustro a las medidas ecológicas impuestas por la política comunitaria del Viejo Continente, si bien Rolls-Royce ya tenía en mente llevar a cabo estos cambios mucho antes. Prueba de ello es que, a finales de 2022, hizo oficial el Spectre, el primer “EV” de su historia como fabricante de automóviles.
Este modelo, que ya ha completado sus pruebas de validación y homologación, iniciará su comercialización en 2023. Tiene una carrocería con 5,45 metros de longitud, 2,08 de anchura y 3 puertas. Cuenta con 4 plazas y pesa 3 toneladas. Su sistema de propulsión es 100% eléctrico, pero se desconocen sus características técnicas, salvo la potencia y el par máximos: 585 CV y 900 Nm. Se ha estimado que la aceleración de 0 a 100 km/h se pueda realizar en 4,5 segundos y que la autonomía WLTP sea de unos 520 km.
A finales de 2030, momento en el que Rolls dirá adiós a los motores tradicionales según ha confirmado el propio presidente de la casa, tanto el Phantom como el Cullinan y el Ghost ya habrán finalizado su ciclo de vida comercial como vehículos térmicos. Por ello, es previsible que, hasta entonces, el fabricante lance nuevos y lujosos coches eléctricos (se ha dicho que no habrá híbridos), ensamblados sobre la misma plataforma que usa el Spectre, con los que abordar la transformación tecnológica que le espera.
Fuente – Rolls-Royce