Podríamos clasificar al nuevo Subaru Forester hasta como continuista en las vistas lateral y trasera del diseño exterior. El Forester siempre ha sido muy tradicional en sus cuatro generaciones, con una transición más marcada entre la segunda y tercera generación, para muchos el primer Forester bonito. Los acabados Executive Plus gozan de una estética más deportiva que da más presencia al coche en el frontal gracias a las «branquias» del paragolpes y sí lo hace muy diferente del modelo saliente. Se pierde esa rebeldía que otorgaba hasta ahora la toma de aire del intercooler en el capó. Esta última ya desapareció en el XV, y es que la aerodinámica prima sobre la tradición.
A pesar de ser ciertamente similar al ojo, si vamos metro en mano veremos que hay diferencias. El modelo nuevo mide es ligeramente más grande en todos sus cotas, pero a pesar de ello conserva unas dimensiones reducidas. Y el tema del tamaño no es baladí, porque mucha gente tiene realmente complicado cambiar de coche puesto que su plaza de garaje no crece con el tiempo. En este aspecto los Subaru destacan por tener unas dimensiones exteriores comedidas con unos interiores amplios como encontramos en los XV, Forester y Outback. Por supuesto este aumento del tamaño favorece el espacio en el interior del habitáculo, con plazas traseras realmente espaciosas y un maletero de mayor volumen.
Donde no habrá dudas de que hablamos de un modelo totalmente nuevo es cuando nos metamos en el interior. Nos resultará muy familiar al Subaru XV, porque el salpicadero es casi calcado, pero los materiales mejoran y mucho en las puertas. En las unidades con tapicería de cuero esta está presente en abundancia en la parte superior del panel y en el reposabrazos. El reposabrazos central, que oculta un compartimento, también está tapizado en cuero. En este aspecto la calidad interior del Forester está más cerca de un Outback que de un XV. Lo mejor de todo es que la marca ha decidido conservar el techo practicable de gran tamaño. Se abre eléctricamente y tiene una cortinilla manual para evitar el exceso de luz solar o de calor al dejarlo aparcado. Un detalle a mejorar es que el mecanismo del techo queda bastante a la vista.
La distribución del salpicadero es bastante tradicional. En la parte alta de la consola están los aireadores centrales, con la radio o navegador debajo. Un poco más abajo tenemos los mandos del climatizador, que muestran la información en una pantalla situada junto a la del ordenador de a bordo, que preside el salpicadero. Esta pantalla nos muestra multitud de informaciones, aunque el manejo mediante los mandos del volante requiere cierta adaptación. Es una lástima que dicha pantalla esté desaprovechada y no se muestren las indicaciones del GPS ahí, pues éste queda muy bajo y requiere retirar la vista de la carretera. Además de la pantalla es una fiesta de reflejos y a veces es realmente complicado ver algo. El GPS además tiene uns respuesta lenta a la hora de dar las indicaciones y no es muy preciso, por lo que no es dificil hacerle recalcular rutas…
En el volante tenemos los mandos de la radio, teléfono, control de crucero y el SI-Drive en los modelos que lo equipan. Tras éste hay un cuadro de relojes con velocímetro y cuentavueltas, entre los que se aloja una pequeña pantalla LCD que nos muestra datos como nivel de combustible, indicador de cambio de marcha u odómetro. A la altura de la rodilla izquierda del conductor está el botón de apertura del maletero, el reostato de la luz del cuadro de mandos y el del ESP. También hay un botón específico para levantar el maletero hasta una altura previamente memorizada, por si tuviésemos un garaje con techo bajo. Los mandos de las ventanillas y la regulación de espejos están ubicados en la puerta. Sólo es automática la ventanilla del conductor. Este un punto que en Subaru tendrían que replantearse. Hay coches de los años 90 con más ventanillas automáticas.
Los asientos delanteros son cómodos y permiten varios reglajes, eléctricos en las unidades de prueba, aunque no recogen mucho el cuerpo. Los traseros ofrecen espacio longitudinal de sobra y son amplios, aunque el tercer ocupante no viajará del todo cómodo. Se echan en falta salidas de aireación en las plazas traseras. El maletero tiene un volumen suficiente y los asientos traseros fácilmente abatibles sin esfuerzo.
Salvo algunos pequeños detalles a mejorar, heredados de la tercera generación, el salto cualitativo del nuevo Subaru Forester es bestial, recortándo o incluso superando a muchos rivales.
Mañana arrancaremos los motores bóxer 2.0 de 150CV y diésel de 147CV para ver si todo lo que promete Subaru en forma de eficiencia y refinamiento es cierto.
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