La super creación japonesa, presentada oficialmente en el Salón del Automóvil de Frankfurt, alcanzará los 100 km/h desde parado en menos de dos segundos. Esta cifras serían espectaculares sino estuvieran un tanto eclipsadas por el gran diseño mostrado por el fabricante nipón.
Con una silueta típica de un Pagani, el superdeportivo nacido en 2014 y presentado este mismo año en el Salón de Frankfurt, se impulsará mediante motores eléctricos, aunque todavía no está confirmado que vaya a ser producido.
En un vídeo lanzado por el propio fabricante, se observa como la mula del Aspark Owl demuestra tener una gran aceleración gracias, suponemos, a sus cuatro motores ubicados en las ruedas y a una gran potencia.
A pesar de ello, en el vídeo también se puede ver algo de pérdida de adherencia en la aceleración, lo que revelaría que se trataba de una versión muy temprana del proyecto.
Fabricado completamente en fibra de carbono, su diseño es claramente el de un superdeportivo. Cuenta además con un chasis tubular y llantas de magnesio. Por otra parte, su altura no supera el metro. Esto hará que su centro de gravedad esté situado lo más bajo posible para mejorar su rendimiento.
El superdeportivo nipón destaca, sobretodo, por un diseño exótico, nunca visto antes. No me refiero en cuanto a dimensiones, ya que como mencioné antes, son las típicas de un superdeportivo de estas características, pero sus formas son inusuales.
Dimensiones de superdeportivo
En su frontal nos encontramos unos faros que no dejan indiferente a nadie, o te gustan o los odias. En la parte inferior veremos dos grandes tomas de aire que servirán para refrigerar el sistema eléctrico, y en los laterales, unas más pequeñas para hacer lo mismo con los frenos.
El lateral destaca su silueta. Un vehículo muy pegado al suelo siempre llama la atención, y este Aspark Owl es uno más. A pesar de llamarse búho -owl en inglés-, el vehículo nipón cuenta con puertas en abertura de alas de gaviota.
Llegando a la zaga, encontramos un inmenso alerón y un gran difusor, que generarán la suficiente fuerza para mantener al Aspark Owl bien pegado al suelo. Por último, sus faros traseros cubren prácticamente todo el ancho del vehículo, aportando un aspecto moderno.
Un interior algo escaso
A pesar de tener un interior propio de un superdeportivo de lujo, la verdad es que se ve algo rudimentario, teniendo más pinta de coche de principio de los 90 que de finales de 2017. Por otra parte, el fabricante ha optado por no incorporar retrovisores, con lo que el conductor tendrá que orientarse mediante unas pantallas situadas a ambos laterales. Tenemos ciertas dudas acerca de la resolución y si en la práctica será una buena solución.
Fuente – Autoevolution