Después de haber visto la gama Hybrid de Audi, su funcionamiento y el comportamiento dinámico del Q5, A6 y A8, ahora toca analizar muy brevemente los respectivos interiores de los vehículos y sacar algunas conclusiones sobre el sistema híbrido y los modelos que componen la gama.
Es evidente que a la hora de hablar de los interiores y las terminaciones de estos ganará irrefutablemente el A8, que como berlina de representación que es no deja el más mínimo detalle sin cuidar. Los materiales son de primerisima calidad (plasticos blandos, un cuero excelente, inserciones de madera auténtica) y el equipamiento abundante. No falta de nada en cuanto a seguridad y mucho menos en cuanto a confort, aunque queden algunos elementos opcionales como los asientos calefactados y ventilados para las plazas posteriores. Con respecto al A8, no hay nada criticable salvo que lo comparemos con posibles competidores de su segmento, donde se podrían apreciar diferencias. Si es un hándicap la poca capacidad del maletero, aunque para minimizar el problema, el A8 Hybrid equipa de serie un juego de maletas específico.
En el A6 no se respira la atmosféra de lujo del A8, pero si se ve que es un coche premium. Muy buenas terminaciones, plasticos blandos, ajustes excelentes, una buena insonorización y un equipamiento suficiente, aunque puedan echarse en falta elementos como los asientos calefactados, que siempre pueden equiparse desembolsando la cantidad correspondiente. Aquí el hándicap pudira ser el maletero en comparación a un A6 convencional o a un rival del segmento convencional, aunque el problema es menor que en el buque insignia A8.
Si ya bajamos al Q5 seguiremos viendo un vehículo con un interior bien rematado, pero se ve de lejos que es mucho más normal que el interior del A6, ni que hablar del A8. Se ve un interior más generalista, aunque con buenos acabados como es habitual en la marca y una buena disposición y ergonomía de todos los controles. Es un coche de otra categoría si lo emparejamos a cualquiera de los otros dos híbridos.