No puedo negar que tengo unas ganas enormes de ponerme al volante del nuevo Audi RS 3, aunque por suerte quedan apenas unos días para hacerlo. Soy muy fan de los deportivos compactos, y el RS 3 es uno de los más eficaces de su segmento, peleando de tú a tú con el también impresionante Mercedes-AMG A 45 S.
La versión más extrema del compacto de Audi tiene de especial su motor 2.5 TFSI de cinco cilindros, con un sonido que no deja a nadie indiferente. Si hablamos de rendimiento, extrae nada menos que 400 CV y 500 Nm, que junto a la tracción quattro y a la transmisión S tronic de doble embrague permiten hacer el 0 a 100 en 3,8 segundos.
Una de las novedades de esta recién estrenada generación del Audi RS 3 es el sistema RS Torque Splitter, un diferencial posterior que permite enviar todo el par del eje trasero a una sola rueda. Gracias a ello mejora el paso por curva lenta y, además, también puede facilitar los derrapajes. De hecho, lleva un modo Drift que lo ajusta específicamente para derrapar.
Las mejoras que propone ABT Sportsline
Pero como siempre ocurre, hay personas inconformistas que quieren un extra más de rendimiento y diferenciación. Ahí es donde entra en juego el especialista ABT, que ha vuelto a ofrecer una vuelta de tuerca al rendimiento de este hothatch.
Nuestro equipo experimentado ha adaptado el software especialmente al vehículo y lo ha probado en la carretera y en el banco de pruebas durante incontables horas de trabajo. Un paquete completo de medidas de protección del motor y servicios de garantía garantizan el placer de conducir sin remordimientos.
Según los datos del preparado, con este “ABTgrade” a base de centralita se ha elevado la potencia hasta los 460 CV y el par a los 540 Nm. Esto le permite completar el sprint de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos (0,2 más rápido que de serie). ABT también ofrece la posibilidad de quitar la limitación de velocidad máxima, de modo que ya sería capaz de superar los 300 km/h.
Fuente – ABT