La evolución de Bentley, como fabricante de coches, desde que está en el Grupo Volkswagen ha sido abismal. La hemos visto pasar de desarrollar modelos que nacían veteranos a contar con la última tecnología. Esto no hubiera sido posible sin el amplio respaldo financiero del conglomerado alemán, aunque el equipo de ingenieros de la marca también ha hecho un gran trabajo. El último, meterse de lleno en la electrificación de la gama.
El primer ejemplo de sus aspiraciones es el Bentley Bentayga Hybrid. Como ha ocurrido con el propio modelo en sí, esta versión se ha convertido en la más exitosa y vendida de la gama. Así, es normal que la firma inglesa apueste por desarrollar varios sistemas de hibridación para cada uno de sus modelos. Y la mejor forma de hacerlo es participar en el Proyecto Octopus para diseñar la tecnología que lleven los eléctricos del futuro.
Bentley participa en el proyecto Octopus para desarrollas la movilidad eléctrica
Y te preguntarás ¿Qué es el proyecto Octopus? Pues te lo explico, es un acrónimo que surge de la unión de las siguientes palabras (o frase): Optimised Components, Test and simulatiOn, toolkits for Powertrains which integrate Ultra high-speed motor Solutions. En resumen, y simplificándolo mucho para que se entienda a la perfección: están trabajando para crear un motor eléctrico de imanes que no utilice minerales raros.
Este proyecto está financiado por OLEV, aunque la asociación también incluye a Innovate UK y múltiples socios entre los que está la propia Bentley. Todos y cada uno tienen una misión muy concreta, aunque el trabajo final se unirá para dar forma al «eje-e». Según sus creadores, superó el rendimiento del motor de imanes permanentes más reciente y, al mismo tiempo, eliminó la necesidad de tierras raras y derivados del cobre.