La séptima generación del BMW Serie 3, con código de desarrollo interno G20, llegó a nuestras vidas el pasado año 2018. Con él la firma bávara quería reafirmar su posición dominante en el segmento de las berlinas medias de corte premium. Tras esta intención subyacía el hecho de que en los últimos años hemos asistido a un aluvión de novedades. En especial una que, aunque no alcanza su nivel de ventas, lo ha puesto contra las cuerdas.
Todos sabemos a qué modelo, italiano para más señas, nos referimos. Con todo, para superarlo se han centrado en mejorar todo lo que puedas imaginar, aunque la plataforma mantiene el mismo esquema visto en la generación anterior. El resultado ha sido muy bueno, pero faltaba por conocer al BMW M3 y M3 Competition para saber si estarían a la altura de su «coco italiano». Ahora que es oficial te contamos cómo quedan las cartas…
La imagen del BMW M3 y M3 Competition es radical y muy deportiva
La estética del BMW M3 y M3 Competition a hecho correr ríos de tinta. Todo el mundo esperaba que no adoptara la exagerada parrilla frontal que hemos visto en los últimos lanzamientos de la marca, pero finalmente sus responsables han apostado por ella. Así, la primera diferencia con el Serie 3 «de calle» está en el frontal, donde tenemos unos riñones talla XL y un paragolpes sobredimensionado con nuevas entradas de aire.
Más allá, las líneas básicas del M3 y M3 Competition no varían respecto al Serie 3. Continuando por el frontal, presume de grupos ópticos Full LED que opcionalmente pueden ser láser adaptativos. En la vista lateral podemos ver una pequeña moldura tras el paso de rueda delantero, unas estriberas de fibra de carbono o unas llantas de aleación ligera M forjadas de 18 pulgadas delante y 19 pulgadas detrás.