Si hace años sustituir una bombilla de nuestro coche era una de las tareas más sencillas, hoy en día ya no es así. Actualmente el hueco del motor está lleno de una gran cantidad de elementos y, debido al diseño del vehículo, en algunos casos incluso es necesario desmontar el faro o la propia defensa para poder sustituir una bombilla.
El mayor problema suele ser con las bombillas delanteras. Las bombillas traseras, afortunadamente, suelen ser bastante más sencillas de cambiar.
En el caso de las bombillas traseras, simplemente con quitar la tulipa que va atornillada o accediendo desde la parte trasera del piloto, en el interior del maletero, ya se pueden sustituir normalmente las bombillas.
El problema lo tenemos realmente en los faros delanteros. Son pocos los vehículos en los que todavía podemos sustituir una bombilla con facilidad. Algunos modelos tienen una especie de trampilla en el plástico del pase de ruedas, que es necesario quitar para tener acceso al faro. Este es el caso del Renault Megane de segunda generación, que suele dar bastante la lata para cambiar una luz de cruce.