La creciente competencia en el sector del automóvil provoca situaciones como la que vivirá Ford Motor Company en poco tiempo. Antes de que Donald Trump llegara a la Casa Blanca criticó duramente a Ford por sus lazos empresariales con México. La firma del óvalo azul estaba iniciando la construcción de una planta que fue cancelada de la noche al día y por ello ha tenido que hacerse cargo de indemnizaciones por incumplimiento de las inversiones comprometidas.
La cancelación de la planta de San Luis Potosí, no supondría un descalabro de sus finanzas, pero evidentemente la producción de algunos de sus modelos se vería encarecida. Sin embargo, los responsables de la marca habrían tomado una decisión, cuanto menos controvertida, para ahorrar en costes de producción una cifra cercana a los 500 millones de dólares.
El grupo americano ha anunciado una nueva inversión de 900 millones de dólares para mejorar las líneas productivas de la fábrica que ya tiene en Kentucky. Este centro iniciará la fabricación de las nuevas Ford Expedition y Lincoln Navigatos haciendo viable, de nuevo, la planta. Lo que nos ha sorprendido sobre manera es la siguiente inversión de la marca.
Según Ford, la próxima generación del Focus se ensamblará para todo el mundo en la planta que tienen en la ciudad china de Changan. La planta de Estados Unidos donde se ensambla los modelos para el mercado local dará paso a los nuevos Ranger y Bronco permitiendo que la capacidad industrial instalada no quede ociosa.