Ya os contó Iñigo el suyo y ahora voy yo con mi garaje soñado, una recopilación de cinco coches que me encantaría tener tarde o temprano, aunque muy bien me van a tener que ir las cosas para que así sea. A ver que os parecen, yo creo que vais a coincidir con alguno a buen seguro.
Ferrari F40
El superdeportivo por excelencia. Fabricado para conmemorar los cuarenta años de Ferrari, este coche destaca por dar unas sensaciones que no se han vuelto a notar en ningún otro coche. Austeridad por todos lados, peso de tan solo 1100 kilogramos y un motor V8 Biturbo de 478 CV hacen de este Ferrari uno de los más divertidos, salvajes y por supuesto indomables de la historia, porque si algo tiene este coche es que es complicado de llevar al límite, y no tan al límite.
No olvidemos que Ferrari concibió este coche como uno de competición que cumpliera con lo justo con la regulación para ir por carretera, cosa que hizo que de paso se convirtiera en su día en el coche más caro del mundo: 40 millones de pesetas.
Mazda MX-5 Mazdaspeed (NB2)
Porque en la vida no todo son coches caros y porque de vez en cuando gusta ir un poco más discreto que con un supercoche sin renunciar a unas sensaciones divertidísimas. El MX-5 es el roadster más vendido de la historia, uno de los coches que más sensaciones transmite por un precio ajustado y en la versión Mazdaspeed eso se multiplica por dos, ya que cuenta con un motor de 178 CV gracias al turbo que se incorpora a la motorización 1.8 estándar.
Además lleva unas llantas más grandes, un kit estético algo más agresivo y una configuración para rodar al límite de forma más agresiva. En definitiva es el roadster por excelencia con un poco de pimienta. Quizás algunos seáis escépticos con esta elección, pero yo que tengo un MX-5 puedo decir que en sensaciones/precio nada se le acerca.
Audi RS4
Viajar es algo que todo el mundo hace y por supuesto en los dos coches anteriores no es precisamente una tarea cómoda por la dureza de su comportamiento, algo que en una berlina obviamente se mitiga por radical que sea. Y esta lo es.
El Audi RS4 puede que no sea tan rápido en un circuito como el M3, pero a mí estéticamente me tiene enamorado en cualquiera de sus generaciones. Motores de alto rendimiento para que quememos gasolina sin miramientos, comodidad en el interior con un equipamiento hasta los topes y mi única petición: el mítico color azul que tan bien le sienta a este modelo.
Caterham Superlight R500
Cuando Caterham adquirió la licencia para fabricar el Lotus Seven pocos imaginaban que en el año 2012 se iba a seguir fabricando, vendiendo y por supuesto disfrutando por todo el mundo, y es que si hay una palabra defina a este coche esa es diversión.
El Superlight R500 cuenta con un motor Ford 2.0 que rinde 263 CV, los cuales le permiten acelerar de 0 a 100 en un tiempo menor a tres segundos gracias a que solo pesa 506 Kg, lo cual quiere decir 520 CV por tonelada o lo que es lo mismo: juega en la liga del Bugatti Veyron.
El precio es de unos 50000 euros, asequible si antes hemos podido comprar un F40.
Ford GT40
Esta última elección no ha sido sencilla, pero siempre he sido un enamorado del Ford GT40 -el original- y creo sinceramente que se merece un hueco.
Enamora por las 40 pulgadas que mide de alto -es increíblemente bajo-, por sus increibles 908 Kg de peso o por su motor octocilíndrico central trasero que empuja con una fuerza descomunal y por encima de todo por un diseño en el que el tiempo permanece estático e inalterado, ya que más de cuarenta años después no ha pasado de moda ni lo hará jamás.
Puede que otros como el Lamborghini Miura sentaran las bases del camino, pero este es el mejor coche de una marca a la que le debemos un gran porcentaje de los coches de hoy en día: Ford.