Llantas de imitación, un mala inversión en calidad demostrada en vídeo

Llantas de imitación

Las llantas son probablemente uno de los elementos que antes cambiamos en nuestro coche. Principalmente suele ser una cuestión de imagen, pues sólo el que verdaderamente se plantee una mejora dinámica apreciará las virtudes de una llanta más ligera. Y es entonces cuando nos topamos con el problema del precio, que nos lleva a llantas de imitación, tan resultonas como peligrosas.

El vídeo que te enseñamos hoy no podría ser mejor ejemplo de lo que puede pasar si nos ahorramos unos cuartos en nuestras nuevas llantas. Probando un Mercedes CLA con las llantas multiradio que vemos a menudo por las calles, los protagonistas comparan una misma llanta. Una original y otra de imitación.

La primera comparativa es visual, y ahí las diferencias consiguen pasar desapercibidas. Cierto es que nos advierten de la ausencia de algunos códigos que concluyen sobre si la llanta es original o no, pero normalmente detalles a los que el que busca mejorar el impacto visual de su coche no presta atención.

El problema llega cuando es el momento de comprobar la durabilidad de una llanta y otra. En una pista de pruebas donde se emula un bache fuerte que podríamos encontrar en la carretera o la ciudad, es donde las diferencias y la calidad ente una y otra salen a relucir. Ahí es donde la problemática del alto precio empieza a perder sentido. La prueba se hace a 50 km/h.

El golpe seco que recibe la llanta es exactamente el mismo para las dos unidades, pero el resultado difiere. Mientras que la llanta original no sufre daños, la llanta de imitación se parte en unos de los bordes del aro, lo que demuestra una calidad de fabricación menor. Y lo que es más, un problema de seguridad. Quién nos dice que a base de varios golpes la llanta no se va a ir debilitando para acabar partiendo.

Así, se demuestra que la imagen puede salir beneficiada cuando decidimos optar por unas llantas de imitación, pero que la seguridad y la calidad no van de la mano. El ahorro de dinero puede jugarnos una mala pasada cuando atravesemos un bache, de los que abundan en nuestras carreteras, y veamos que nuestra llanta se hace pedazos.


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