Estaba claro que tras la presentación del Porsche 911 GT3, el siguiente de la lista sería la versión sobrealimentada del mito. Lo que no sabíamos era su fecha de llegada, pero hoy nos hemos levantado con un sorpresa de origen alemán. Llegó la referencia, llegó el Porsche 911 Turbo.
Vuelve la sobrealimentación al mito y gracias a dos turbos de geometría variable, el clásico motor en disposición bóxer es capaz de alcanzar 520 CV y 660 Nm de par máximo. Además el nuevo Porsche 911 Turbo tipo 991 viene cargado de tecnología para convencer a los más escépticos de que es la referencia.
Índice
Hasta 560 CV para el 911 Turbo S
Colgado del eje posterior, como siempre, encontramos un motor bóxer de 6 cilindros y 3.8 litros. Este propulsor está acompañado por dos turbos de geometría variable que aseguran una respuesta instantánea sea cual sea el régimen del motor.
En el Porsche 911 Turbo, este magnífico bloque rinde 520 CV entre las 6.000 y 6.500 rpm y 660 Nm par entre las 1.950 y 5.000 rpm. Si queremos más potencia solo debemos equipar a nuestro Turbo con el paquete Sport Chrono, entonces contaremos con el sobresoplado y los turbos elevarán su presión hasta los 1,5 bares para que el motor pueda rendir 710 Nm de par máximo.
Si los 520 CV y 710 Nm se nos quedan cortos, siempre podemos recurrir a la versión Turbo S. Aquí la potencia del propulsor se eleva hasta los 560 CV y el par sin función Overboost es de unos terroríficos 700 Nm (jamás querría ser un neumático). Con la función de sobresoplado el par asciende hasta los 750 Nm.
Prestaciones de infarto y consumos de risas
El Porsche 911 Turbo es un referente en todos los sentidos, tanto en prestaciones como en consumos. Según los chicos de Stuttgart, el nuevo Porsche 911 Turbo es capaz de girar en el infierno verde en un tiempo por debajo de los 7 min 30 segundos y además es un 16% más eficiente que su predecesor.
La velocidad punta del Porsche 911 Turbo se sitúa en los 317 Km/h y la del Turbo S en 318 Km/h. El 0 a 100 lo vapulean en 3,2 y 3,1 segundos respectivamente y para llegar a los 160 necesitan 7,1 y 6,8 segundos. Todos estos datos son con el modo Sport +.
Como veis la nueva generación Turbo es más rápida que la generación 997, pero también es menos sedienta. El consumo medio de estos dos titanes se sitúa en unos ridículos 9,7 litros y las emisiones son de 227 g/km.
Aerodinámica activa y eje trasero direccional activo
Por primera vez el 911 cuenta con aerodinámica activa y gracias a ella el deportivo alemán por excelencia es capaz de generar hasta 140 kg que le ayudan a mantenerse pegado al asfalto y conseguir mejores tiempos en el circuito.
Este sistema está formado por un spoiler delantero y un alerón trasero que se regulan de forma automática. Poseen tres posiciones, pero no sólo es regulable en altura sino también en el ángulo de incidencia.
Pero no sólo la potencia y la aerodinámica han hecho de este Porsche 911 Turbo el más rápido de la historia. También ha influido de una manera muy importante su eje trasero direccional activo. Este sistema es el mismo que utiliza el nuevo Porsche 911 GT3.
Hasta los 50 Km/h, el eje trasero direccional gira las ruedas en sentido contrario a las del eje delantero. Con esto se consigue una mayor agilidad para el día a día ya que se reduce el diámetro de giro, lo que facilita la maniobrabilidad.
A partir de los 80 Km/h las ruedas giran en el mismo sentido que las delanteras. Así se consigue una mayor estabilidad a altas velocidades y unos cambios de dirección más rápidos. Pero, ¿qué ocurre entre los 50 y 80 Km/h? El sistema varia el giro de la ruedas dependiendo de la situación de conducción.
No pueden faltar el PDK y la tracción integral
Un Porsche 911 Turbo no sería lo mismo sin la tracción integral. Como muchos comentan el Turbo posee un sistema motriz más parecido a la propulsión que a la tracción total. Esto es debido a que el reparto de par no es simétrico entre ambos ejes.
Como siempre, este sistema dota de más par al eje posterior para conseguir el comportamiento deportivo que todo el mundo espera de un coche como este. Pero si las cosas se tuercen el sistema de tracción integral del Porsche 911 Turbo es capaz de entregar más par al eje delantero y durante más tiempo que en generaciones anteriores.
La potencia que brota del propulsor bóxer de 6 cilindros y 3.8 litros es trasmitidas a las cuatro ruedas mediante la ya conocida caja de cambios PDK con levas tras el volante, que ahora ha sido mejorada como ya ocurrió en el GT3. Además en esta generación es de serie, por lo que el cambio manual desaparece.
Una trasera y unos precios imponentes
Faros con tecnología full-LED, paragolpes delanteros rediseñados, entradas de aire justo delante de las enormes caderas para dar vida al motor bóxer, preciosas llantas monotuerca de 20”, cuatro salidas de escape de forma trapezoidal y una imponente trasera 28 mm más ancha en cada lado que un Carrera 4, diferencian al Turbo y Turbos S del resto de la gama.
También es diferenciable por su precio. Por el 911 Turbo se piden 186.093 euros y por el Turbo S 223.967 euros. Los que no poseamos semejante cantidad de euros ya podemos ir escribiéndole a los Reyes Magos.
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