Mazda y los diez años del bello lenguaje de diseño Kodo

No cabe la menor duda de que el diseño sigue siendo uno de los principales argumentos de ventas en los coches. Se oye mucho que cada vez las marcas se copian más entre sí y que la mayoría de productos están bien conseguidos, pero que estéticamente hay pocos que sean realmente bonitos. Mazda introdujo hace ya 10 años un estilo que lo cambio absolutamente todo.

La firma de Hiroshima denomina a su lenguaje de diseño como “Kodo – Alma del movimiento”. Esta línea apareció en el Salón del Automóvil de Los Ángeles de 2010, con el prototipo Mazda Shinari. En aquel momento llamó mucho la atención y, lógicamente, dada la buena retroalimentación por parte del público y la prensa, no dudaron en llevarlo a los coches de producción.

Han sido muchos los premios que ha recibido Mazda en todo el planeta por su estilo de diseño. A diferencia de la mayoría de fabricantes, no han apostado por enormes líneas de tensión o detalles muy agresivos. Ellos han preferido tratar sus coches con líneas más naturales y suaves. Dicen que inspirándose en los animales para el diseño de sus carrocerías.

El caso es que cuando probamos un modelo nuevo o muy reciente de la marca, muchas son las personas que se giran y observan con detenimiento la “escultura”. Despiertan mucha curiosidad. Y ojo, no hablo de modelos deportivos o muy lujosos, sino coches corrientes como puede ser un Mazda3 o un CX-5.

Y es que además de las líneas, otro de los secretos de la compañía de Hiroshima son los colores que utilizan. Las pinturas, como el rojo Soul Red Crystal, hacen contrastes muy llamativos por las formas redondeadas y sin aristas en los laterales; cambiando en función de la luz y el ángulo desde el que se mire.

Debo reconocerlo, dentro de los coches normales y asequibles, el Mazda3 me parece uno de los más bonitos del mercado. Y aunque esto va en los gustos personales, siendo algo totalmente subjetivo, muchas personas opinan similar sobre los últimos modelos de la marca nipona.