Si había un personaje clave en el paddock de la Fórmula 1, ese era Charlie Whiting. Desgraciadamente, el director de carreras de la categoría reina del automovilismo durante más de 20 años ha fallecido esta madrugada a causa de una embolia pulmonar en Melbourne, ciudad que acoje el primer Gran Premio de la temporada, a sus 66 años.
Y es que ante la sorpresa de muchos, del que escribe incluido, así lo ha confirmado la FIA mediante un comunicado oficial. El británico empezó su andadura en la escudería Hesketh de Fórmula 1 en 1977, para más tarde pasar a Brabham, equipo que dirigía Bernie Ecclestone, en 1980, donde pasaría a ser jefe de mecánicos para más tarde, convertirse en jefe de ingenieros. Más tarde, en 1997, sería elegido director de carreras y delegado de seguridad.
«He conocido la noticia de la muerte súbita de Charlie con profunda tristeza.» narraba en un comunicado oficial el presidente de la FIA, Jean Todt.
La defunción de Charlie Whiting ha sido un golpe duro para todos los miembros del Gran Circo, ya que el británico era una pieza clave en el desarrollo de cada carrera de la categoría, pero además, una persona que velaba por la seguridad de los pilotos e intentaba garantizar carreras atractivas y, además, justas para todos los miembros de la parrilla.
«Fue un hombre de gran integridad que desempeñó un rol muy difícil de forma equilibrada. En el fondo, era un amante de las carreras desde sus orígenes en la escudería Hesketh.», apuntaba Christian Horner, Team Principal de Red Bull Racing.
Poco a poco, personajes importantes de la Fórmula 1, así como todas las escuderías, se han sumado a las condolencias a la familia por el fallecimiento del británico. Seguramente se realizará un acto en el trazado de Albert Park, en Melbourne, para honrar a esta persona clave, responsable de dar la salida en cada Gran Premio y de tomar decisiones justas en carrera, desde hace más de 20 años. Descanse en paz, Charlie.
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