La electrificación que está viviendo el sector del automóvil está haciendo posible que surjan de la nada nuevas marcas y fabricantes dispuestos a buscar un hueco. Una de estas nuevas empresas llega desde Estonia y lo hace, valga la redundancia, haciendo ruido. Sí, poner en marcha una proyecto de esta envergadura necesita dinero y como es obvio, Nobe (que es como se llama esta nueva marca) está en busca y captura de nuevos socios capitalistas.
El modelo que Nobe propone se llama 100 y a la vista de lo que ofrece merecía la pena que ocupara unas líneas. De entrada su diseño, de estilo retro y con sólo tres ruedas impacta, por lo que podríamos pensar que busca tocar el corazoncito de aquellas personas que apuestan por lo «vintage». Pero además, el Nobe 100 no se conforma con ser una cara bonita y resultona, sino que apuesta por la electricidad para desplazarse allá donde su dueño quiera conducirlo.
Está dotado de tres motores completamente eléctricos (uno por cada rueda) por lo que podría ser considerado un 3×3 (haciendo un símil con los vehículos de cuatro ruedas y tracción total). Para alimentar estos motores contaría con una batería de capacidad desconocida que le permitiría una autonomía entre recargas de unos 220 kilómetros. Además, la velocidad de crucero estaría limitada a unos 110 kilómetros por hora, suficiente para la misión y destino del Nobe 100.
El resto de detalles técnicos y de equipamiento son una completa incógnita, pues la marca no ha proporcionado más datos. En todo caso, es necesario remarcar que Nobe está buscando financiación para sacar el proyecto adelante, por lo que podría quedar en «agua de borrajas» si no logran dar con ella. Para este menester han creado un apartado específico en la web de crowdfunding FundedbyMe donde ya han logrado captar el 48 por ciento del capital necesario gracias a la generosidad y dinero de 49 osados (datos a 6 de junio de 2018).
Habrá que ver si Nobe tiene suerte y es capaz de sacar adelante su proyecto, pues «molaría», y mucho, poder disfrutar de un modelo con estas características en las grandes ciudades. En todo caso, si se convierte en una realidad, todo dependerá de su precio de venta final y cómo lo reciban los clientes. El tiempo dirá que pasará con él.
Fuente – Nobe
