Nos encontramos en pleno invierno y, pese a que no está siendo un año de muchas nevadas en la mayor parte del país, es importante conocer los peligros de la nieve cuando se combinan con la circulación. En este caso no nos referimos a que el coche tenga mucha menor adherencia o que la visibilidad se reduzca considerablemente.
Imagínate una noche en la que ha nevado. Al medio día coges el coche y ya no queda ni rastro de la nieve en las calzadas porque ha sido retirada, pero sí en tu coche. Es imprescindible retirar la nieve que pueda haber quedado acumulada en los cristales, pero también debemos tener en cuenta que la que aún permanece en el techo y en el capó puede ser un auténtico peligro. ¿No te lo crees? Con el siguiente vídeo entenderás por qué lo decimos.
Este programa televisivo americano nos lo explica de una forma muy clara y concisa. En los primeros segundos del vídeo hemos visto como la nieve depositada en el techo es arrastrada por el aire que nuestro coche atraviesa durante la circulación. Si un vehículo circula detrás de nosotros verá entorpecida su visión porque lógicamente irán cayendo algunas partículas sobre su parabrisas. Pero esto no es ni mucho menos lo más peligroso de no retirarla antes de emprender la marcha.
¿Os imagináis que la nieve que llevamos en el techo está totalmente congelada? Puede que pienses que en tal caso no se desprenderían pequeños copos y caerían sobre el otro vehículo. El problema sería mucho mayor en carretera o vías rápidas. En esta situación sería posible que un bloque de gran superficie y muy pesado saliera literalmente por los aires; como si de un colchón de una cama muy pesado y rígido se tratara.
En caso de ocurrir, el coche que circula detrás nuestro tendría muchas posibilidades de golpearlo con la parte frontal o el parabrisas delantero. La fuerza con la que este bloque de hielo impactara sería muy elevada, causando graves daños en el vehículo y pudiendo llegar a golpear directamente a los ocupantes. La catástrofe está asegurada porque o bien por dar un volantazo para intentar esquivarlo o bien si impacta contra el vehículo, probablemente derive en una pérdida de control y un segundo choque, contra el guardarraíl o contra otro vehículo.
¿Nos crees ahora?