Hyundai está haciendo las cosas bien. Lo está haciendo paso a paso, poco a poco, y su gama se va renovando desde el más pequeño hasta el más grande. Uno de los últimos en llegar ha sido el nuevo Hyundai i20, el utilitario de la gama coreana que durante esta semana ponemos a prueba.
Se trata de una generación completamente nueva que no sólo favorece aspectos como el diseño, sino que también actualiza su gama de motores, su dinámica, su equipamento y también su espacio interior. Para comprobarlo hemos conducido un i20 con motor diésel 1.4 CRDI de 90 caballos asociado al acabado superior Style.
Ganando enteros
Es muy probable que si te hablo de Hyundai i20 apenas lo recuerdes. Y eso es porque su diseño nunca ha sido especialmente evocador. Lo recordarás como un utilitario tirando a soso y sin el atractivo del resto de sus competidores. Pero esta realidad ha llegado a su fin y el i20 aterriza para dar una bofetada a buena parte de su competencia.
Hyundai asegura que lo ha diseñado en Europa pensando en Europa, y ha dado en el clavo. La primera impresión, sin embargo, es que parece más grande de lo que es, eliminando esas formas de monovolumen que tanto gustan entre los diseñadores. Mide 4,03 m de largo, 1,73 m de ancho y 1,47 mm de alto. Es, por tanto, más largo, ancho y más bajo.
El frontal estrena la nueva cara de Hyundai con una parrilla trapezoidal que toma todo el protagonismo. Arriba se coloca una calandra muy fina que uno dos faros de gran tamaño, con un diseño algo agresivo y que pueden disfrutar de tecnología LED para la luz diurna. Ha ganado mucho empaque y ahora el diseño sí es cautivador.
Atrás la cosa mejora con unos nuevos pilotos que pueden contar con tecnología LED con una forma lumínica muy llamativa. Los pilares C se intentan camuflar con un aplique en negro brillante simulando un techo flotante, mientras que en la parte baja se oculta todo rastro de tubo de escape y se coloca un pequeño difusor falso en negro.
El Hyundai i20 cuenta con llantas de hasta 16 pulgadas con un acabado oscuro para el interior de los radios y brillante para la cara exterior. La última novedad de la marca coreana ha sido introducir una variante Coupé de 3 puertas con una parte trasera algo más trabajada, más juvenil y más deportiva.
Visual y de mayor calidad
El interior del nuevo Hyundai i20 también ha ganado enteros. Su diseño no es espectacular o rompedor, de hecho es incluso algo más conservador que la anterior generación. Sin embargo, el toque de color para la moldura central del salpicadero, que podemos ajustar según el color de la carrocería del coche, le confiere una calidad visual mucho más alta.
Es la única parte mullida del interior, lo demás se construye en plástico duro, aunque la sensación de calidad no es pobre. Sí podemos criticar un apoyo para los brazos en las puertas que carece del mullido suficiente. El tacto de los botones es también agradable y, aunque no cuente con una enorme pantalla táctil para el sistema multimedia, el aspecto sigue siendo bastante positivo.
Las versiones más equipadas llegan con el cuadro de mandos Supervisión, diferente en diseño al estándar y algo más visual. Hay contraste de colores y la disposición de los relojes es algo distinta. Es muy sencillo de leer, tenemos incluso la información de temperatura del motor y entre las dos esferas hay una pantalla que muestra de forma bastante completa toda la información del ordenador de a bordo.
Habitabilidad
El Hyundai i20 siempre ha destacado por contar con un interior muy habitable y espacioso. Precisamente esa ha sido siempre una de sus mayores bazas. El fabricante ha jugado con ella y la ha mejorado este aspecto añadiendo más espacio a la parte trasera gracias a un aumento de la batalla del vehículo.
Las plazas delanteras son amplias y cómodas, con dos asientos con distintos reglajes así como el volante, que se puede regular en altura y profundidad. Tal vez el mullido de ambas butacas es algo duro pero lo cierto es que la comodidad es suficiente como plantearse largos trayectos.
Atrás destaca su amplitud para tratarse de un pequeño utilitario. El espacio disponible para las piernas crece y sigue siendo más que aceptable para cualquier altura. El espacio libre para la cabeza también es holgado, entre los mejores de su categoría. La anchura planteará los problemas habituales en este segmento, a pesar de sus buenas cotas. El asiento central trasero no es especialmente incómodo porque el mullido no es muy duro como en otros rivales.
Los huecos portaobjetos no son la nota predominante en el interior del i20, pero son bastante interesantes. En la parte baja del salpicadero encontramos un perfecto hueco para depositar el móvil, mientras que en la consola central hay un hueco con tapa que hace las veces de reposabrazos. Éste no es ajustable y se quedará corto si vamos muy adelantados. Atrás hay huecos para las botellas en las puertas y una bolsa sólo tras el asiento del copiloto.
Maletero de 326 litros
El Hyundai i20 tiene un maletero de 326 litros de capacidad. Es un una muy buena cifra para su segmento y es sustancialmente más grande que el del modelo al que sustituye. Por formas, además, queda bien resulto, aunque el piso del mismo no queda enrasado con la boca de carga. El suelo se puede colocar en dos alturas para compartimentar la carga o ganar unos centímetros de altura.
Al abatir los asientos traseros en dos partes asimétricas obtenemos un volumen de carga de 1.042 litros. El suelo es plano y, como suele ser habitual en este segmento, el tirador para abatirlos está en el respaldo de los asientos, por lo que no hay tiradores en el maletero.
Puedes encontrar más información sobre el Hyundai i20 1.4 CRDI 90 CV Style en la parte de comportamiento dinámico y consumos y en el análisis de precio y equipamiento.