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El motor del Cooper S es bueno en bajos, una joya en medios y termina con una excelente estirada. Para colmo, es bastante económico en conducción tranquila y no gasta una barbaridad cuando se le exige a fondo. Como ya he dicho el nuevo MINI 2014 no es ningún peso pluma pero con este motor se mueve con muchísima alegría . Los más puristas echarán de menos un cambio manual , pero en estos tiempos que corren ya casi son mayoría los coches de prensa que llevan cambio automático.
En esta ocasión BMW ha utilizado una buena caja de seis velocidades con varios modos de funcionamiento y por supuesto la “conducción a vela” para estar a la última. Por suerte además del modo automático también podremos elegir la marcha con toques de palanca o con las estupendas levas situadas tras el volante. Tanto con la caja manual como la automática, el coche tiene un sistema que aumenta las revoluciones del motor en el momento de reducir para suavizar el cambio y la retención, al igual que hace algún modelo de Porsche . En la caja automática funciona bastante bien, claro que tampoco es un cambio especialmente rápido por lo que el coche tiene su tiempo para pensar.
Aquel que lo desee podrá optar por el tradicional cambio manual de seis velocidades y con la ventaja de ahorrarse 1.700 euros… es para pensárselo, ya que aunque es una buena caja, no está a la altura de los últimos cambios de doble embrague del mercado.
Tacto duro y directo
Es evidente que BMW se ha tomado muy en serio eso del “Go-Kart Feeling” . Quizá hasta demasiado, ya que el Cooper S lleva una suspensión durísima que nos castigará sin piedad en las carreteras bacheadas o simplemente en los insufribles asfaltos rotos de nuestra ciudad… por no hablar de guardas tumbados, bocas de alcantarilla mal rematadas, etc. Como pudimos ver durante nuestra comparativa GTI (enlace a la primera y segunda parte), el Cooper S tiene la suspensión más firme y seca de todos, por encima del Fiesta ST, Polo WRC, Ibiza Cupra, Audi S1 O Peugeot 208 GTi.
Antes de pedírnoslo para reyes, hay que tener claro que las versiones deportivas de MINI son de tacto duro , incluida la asistencia de la dirección, el tacto del freno, etcétera y que deberemos convivir con ello todo el día. Opcionalmente hay una suspensión aún más firme (a la que no veo sentido alguno, salvo que frecuentemos los circuitos) y otra electrónica variable , que si puede ser interesante al poder seleccionar ajustes más suaves para el uso urbano o en carreteras muy bacheadas.
Podremos equipar el MINI con un caro sistema que permite seleccionar tres modos de conducción , desde más económico a deportivo. A diferencia de otros coches donde todos los modos parecen iguales, en el MINI si que se notan los ajustes … ¡y mucho!. Hasta el punto que en el modo Sport y con el acelerador a fondo, los cambios de marcha se suceden acompañados de un fuerte tirón al estilo «competi», acompañado de petardeos de escape en las reducciones.
El cambio automático funciona bien en conducción normal, pero en conducción deportiva, manejándolo con las levas notaremos que a veces tiene cierta tendencia a pensar por si mismo , sobre todo subiendo marchas. Es necesario acostumbrase a esta peculiaridad y adelantarse a la lógica del cambio para llevarlo exactamente como queremos . Una vez adaptados, rara vez nos la «jugará» y podremos centrarnos en disfrutar aún más de la conducción.
A la hora de disfrutar del coche en nuestra carretera de curvas favorita, descubriremos que aquel duro e insufrible coche de asientos algo estrechos se ha transformado en una extensión de nuestro cuerpo que se mueve a velocidad vertiginosa con una precisión fantástica . El paso por curva y el límite de adherencia es tan alto que el 90% de los conductores no llegará a explorarlo en su vida, y menos en una carretera abierta donde el sentido común manda.
Hecho para disfrutar
La respuesta del coche es muy rápida y ágil en todo momento. La dirección electromecánica transmite bien el agarre que queda bajo las ruedas y el chasis responde a los movimientos de los pedales aunque esté asentado en la curva, cumpliendo de sobra con las (altas) expectativas que tenía puestas en el MINI Cooper S. Avisa con antelación cuando llegamos a los límites, pero si nos pasamos el coche responderá con un derrapaje progresivo y suave bastante predecible, pese a que se notan los Kg del coche. Otra de las cosas que merece la pena destacar es el ajuste del ESP , ya que su entrada en funcionamiento es progresiva, suave y apenas perceptible si no hacemos salvajadas, algo dificil de encontrar hoy en día en un coche capaz de moverse a este ritmo.
A la hora de frenar, el tacto del pedal es duro y parece resistir bien el trato exigente , sin cambiar apenas su recorrido ni su modularidad.
Consumo razonable
El MINI es un coche eficiente , aunque no se pueden pedir milagros cuando tienes un motor de dos litros turbo y 192 CV. En conducción normal, sin preocuparse mucho del consumo y dejando al coche trabajar es fácil rondar los 8 litros de consumo medio real, subiendo hasta 9,5 si practicamos una conducción alegre sin tener muy en cuenta las normas de la DGT.
El consumo homologado es de 6,8 litros en ciudad y 5,2 en utilización mixta, unos valores que no están muy lejos de la realidad si conducimos con mucha suavidad aprovechando toda la batería de ayudas a la conducción eficiente del coche. A fondo en carretera de montaña rondaremos los 15 litros, un valor más que aceptable dadas las circunstancias.
Puedes encontrar más información sobre el MINI Cooper S 2014 en la parte de diseño exterior e interior . Mañana acabaremos la prueba del icono alemán con una reflexión sobre su equipamiento y el precio.
Continuará…