Prueba Volkswagen Golf GTI 2.0 TSI 245 CV DSG 7v (con vídeo)

Hoy en Actualidad Motor nos acompaña un coche mítico reconocido a nivel mundial. Hace ya unos meses que probamos el Volkswagen Golf de octava generación, y ahora lo hemos vuelto a traer. La diferencia es que en esta ocasión nos hemos decantado por el Volkswagen Golf GTI, las siglas que en más de una ocasión nos han quitado el sueño.

Y es que hablar del Golf GTI de VW significa hablar de 45 años de historia y más de 2,3 millones de unidades. Un modelo que prácticamente todos hemos deseado. Siempre ha sido elegante, deportivo, rápido y polivalente. Pero no solo eso, porque pronunciar Golf GTI siempre ha significado al más, como un símbolo especial o un estatus diferente.

Elegancia y deportividad van de la mano en el Golf GTI

Como ya probamos tiempo atrás el Golf normal, sólo nos vamos a centrar en los principales detalles que lo diferencian. Y empezando por el diseño, aunque no tiene una estética sobrecargada, se reconoce fácilmente como un GTI, y no solo por las múltiples inscripciones que vemos en el frontal, aletas y portón del maletero.

Sino porque en la parte delantera tenemos esa característica línea roja que comunica los faros IQ Light, pero es que además ahora tiene una tira de iluminación LED blanca como novedad. El paragolpes es específico y más robusto con ese tramado de panal de abeja, pero destaca sobre todo esa X o forma de bandera de cuadros de los antiniebla. Personalmente me gusta mucho.

Si pasamos al lateral nos encontramos con unas taloneras propias y unas llantas que van de las 17 a las 19 pulgadas, siendo las de esta unidad las opcionales de 18” que cuestan 685 € y esconden pinzas de freno en rojo de serie. Además, si comparamos con un Golf convencional, el GTI se ve un poco más cerca del suelo porque tiene la altura rebajada en 15 milímetros.

Mientras tanto, la parte trasera es sencilla y limpia. Simplemente con un mayor alerón superior, las letras GTI en rojo bajo el logo de la marca, un paragolpes algo más marcado y una salida de escape circular en cada extremo completan un conjunto atractivo y nada sobrecargado. Sin duda, esto último ha sido el sello del Golf GTI desde sus orígenes.

Muy visual y muy llamativo, pero podría ser más emotivo

En el interior sigue el estilo del exterior, es decir, introduce detalles deportivos pero manteniendo un alto nivel de calidad y elegancia. Lo primero que llama nuestra atención son los asientos deportivos con reposacabezas integrados, costuras en rojo y el mítico tramado de cuadros. Bajo mi punto de vista, todo Golf GTI que se precie debe llevar este tapizado tan clásico.

También debería de llevar una palanca de cambios en condiciones, y no ese botón tan horrible de las versiones automáticas que vemos en los últimos lanzamientos del Grupo. ¿Recordáis aquellos pomos en forma de pelota de golf? Creo que me compraría el coche con cambio manual solo para poder poner ese pomo.

Por lo demás, tenemos el cuadro de instrumentos digital configurable. Aunque hay varias formas de presentar las informaciones en la pantalla, creo que en ciertos coches queda bastante mejor un cuadro más clásico. Entiendo que VW no pueda meter en este modelo un cuadro tradicional, pero este estilo no me parece el más atractivo para un deportivo. De todos modos, es cuestión de gustos.

Excesivos mandos táctiles que no aportan practicidad

Y continuando con las pantallas, seguimos teniendo la poco intuitiva y poco práctica pantalla táctil, que es muy similar a la que ya hemos visto también en toda la gama Seat León y Skoda Octavia. Sobre todo me parece un error este estilo de infoentretenimiento porque incluye el climatizador y no hay mandos físicos.

Tampoco me parece la solución más acertada la de utilizar el acabado negro brillante, pero ni en este ni en ningún otro coche. Podemos parecer algo pesados, pero es un material poco agradable que se ensucia con muchísima facilidad, notándose mucho el polvo y las huellas de los dedos en cada lugar que hayamos tocado.

Siguiendo con las quejas, el volante tiene botones táctiles con respuesta háptica. Queda muy llamativo, la verdad, y se maneja algo mejor de lo que pudiéramos esperar en un primer momento. Pero claro, mucho peor que si tuviéramos botoncitos tradicionales y ruletas para controlar con los pulgares. Como en el caso de la pantalla central, este volante nos deja claro que cambiar algo no siempre es positivo.

El Volkswagen Golf GTI tiene un interior totalmente apto para una familia

En cuanto al espacio interior, la habitabilidad es más que correcta para cuatro ocupantes, como en el caso de toda la gama Golf. Iremos cómodos al volante, pues los asientos delanteros deportivos sujetan bien pero no son duros.

En las plazas traseras tampoco hay cambios, salvo que tenemos la percepción de ir algo más encajonados porque las butacas delanteras dejan menos visibilidad, pero en espacio real no hay variaciones. Y respecto al maletero, mantiene los 380 litros del resto de la familia. Muy bien en ese aspecto.

¿Qué lleva el Golf GTI bajo el capó?

El Volkswagen Golf GTI no ha querido sucumbir a la presión que ponen el resto de compactos deportivos, con cifras de potencia que rondan los 300 CV. Bajo el capó tenemos el conocido 2.0 TSI del Grupo Volkswagen. En este caso rindiendo 245 CV desde 5.000 rpm y 370 Nm desde solo 1.600 vueltas. Dicho motor es una evolución de la versión utilizada por el anterior GTI Performance.

De serie viene con un cambio manual de seis velocidades, pero como ya habéis visto nuestra unidad se vincula a la opcional transmisión DSG de 7 marchas, que tiene un sobrecoste de unos 2.000 euros. Según su ficha, hace el 0 a 100 en solo 6,3 segundos y llega a los 250 km/h de velocidad máxima limitada.

Pero no es el único Golf GTI, pues ya está disponible la versión Clubsport. En ese caso, eleva su potencia hasta los 300 CV, incorporando también mejoras dinámicas en el apartado de suspensión y aerodinámica, así como un interesante diferencial con bloqueo, que mejora la tracción al salir de las curvas.

Esta versión superior siempre viene con cambio DSG de 7 marchas y actualmente es sólo unos 2.300 euros más caro que el GTI normal con esta misma transmisión. Pero de él os hablaremos a fondo en otra ocasión, toca ponerse al volante de este Golf GTI de 245 CV.

Al volante con el VW Golf GTI mkVIII

Y ahora sí, ya estamos en la parte divertida de toda prueba, y más cuando se trata de un coche deportivo. El GTI siempre se ha caracterizado por ser un producto redondo en el sentido de que es totalmente usable en el día a día, con consumos ajustados y cierto confort, pero que a su vez se siente rápido y ágil cuando buscamos diversión en tramos de curvas.

Dice la marca alemana que para esta nueva generación se ha aumentado ligeramente la rigidez en ambos ejes. Hace mucho tiempo que no conduzco el GTI anterior, pero la verdad es que se siente un vehículo firme en cualquier modo de conducción, pero no resulta un coche incómodo salvo en asfaltos muy rotos.

Ágil, dinámico y cómodo, pero no extremo

Y esa es una de las ventajas que nos ofrece el chasis adaptativo opcional, conocido como DCC. Con los modos de conducción variamos la reactividad del motor, la gestión del cambio, la asistencia de la dirección y la dureza de la suspensión.

Para el día a día lo ideal es seleccionar el modo Comfort, donde tendremos una respuesta suave de todos estos apartados. Que llegamos a una zona revirada y queremos pasarlo bien, pues sólo tenemos que pasar al modo Sport y todo el coche se volverá más sensible, incrementando también el sonido de escape.

Si hablamos de este motor TSI de 245 CV, la entrega de energía es muy buena desde apenas 2.000 vueltas, con una línea de par muy plana que nos permite llevar el coche rápido sin necesidad de apurar mucho las marchas. ¿El sonido podría ser mejorable?, pues sí, no es tan “gordo” como en un Hyundai i30 N, por ejemplo, pero al final el GTI es un coche diferente, para un público más maduro y no tan expresivo.

Por otro lado, tiene un buen tacto de dirección y la suspensión sujeta muy bien la carrocería. Pero el planteamiento de este modelo no es el de ser el más rápido ante el crono. El Golf GTI busca que te lo pases bien a ritmo ágil, sin llegar a ofrecer unos límites extremos, pues es solo en ese momento cuando algunos de los compactos deportivos rivales demuestran su superioridad.

Un compacto deportivo racional y con mucha clase

Por ejemplo, cuando vamos muy rápido se nota que al Golf le cuesta algo más salir de las curvas cerradas con el pie a tabla. Y es que a este GTI no le vendría nada mal un diferencial con bloqueo, ya que si el asfalto está algo delicado tiende a abrir demasiado la trayectoria. Para ello, tenemos que ser progresivos con el acelerador si no queremos pecar de subviraje. A los más exigentes os recomiendo el GTI Clubsport.

De todos modos, es un coche completo si tu intención no es entrar a circuito o ir a cuchillo en tramos de curvas. Tienes un producto muy completo para el día y a la vez divertido, con una gran imagen de marca y un icono reconocido a nivel mundial.

Además, gasta poquito. Durante toda nuestra prueba hemos sacado un mixto de 8 litros de gasolina, conformándose con apenas 6,5 l/100 km en autopista a ritmo legal. Callejeando y en tramos de montaña a ritmo alegre lógicamente sube, pero no se dispara exageradamente.

Conclusiones

En conclusión, los principales puntos fuertes del GTI son su reconocida tradición a lo largo de las últimas décadas y el comportamiento y equilibrio tan redondo para todo tipo de uso. Es uno de esos coches para toda la vida. Pero tiene cosas a mejorar, especialmente el precio y todo lo mencionado sobre el uso táctil de muchas funciones.

El Golf GTI es un coche que me encanta, un perfecto coche único, pero pagar más de 43.000 euros me parece una exageración pese a que lleva mucho equipamiento de serie. Nuestra unidad, por los opcionales que lleva, supera ligeramente los 50.000 euros. Y esa cantidad la verdad es que escuece demasiado…