La competitividad en el sector del automóvil es brutal. Prueba de ello es que a día de hoy pocas marcas operan de forma individual. Ente las que luchan contra corriente están las japonesas Mazda, Honda y Suzuki, ya que el resto tienen una posición en el mercado cuasi testimonial y cada día que pasa su existencia es más compleja. Por ello, la cooperación es necesaria y más si se quiere ganar la masa crítica necesaria para vender los coches que se necesitan para ser verdaderamente rentables.
Formar parte de un gran grupo automovilístico tiene ventajas e inconvenientes (como todo en la vida) pero la Alianza Renault-Nissan es el mejor ejemplo de que se pueden hacer cosas muy grandes sin meterse en problemas. A nivel industrial cada marca va por su cuenta, con sus propios planes estratégicos, gamas de modelos y diseños, pero a nivel de costes y estructura productiva van de la mano. Con este planteamiento cada marca, Renault y Nissan (además de las otras que forman la alianza), se mueve en el mercado sin limitaciones haciendo lo que estiman oportuno para crecer como se han marcado en sus objetivos.
Sin embargo, para tener esta amplia libertad de movimientos antes han de hacer sus deberes. Éstos no son otros que ahorrar en costes para disponer de dinerito fresco que poder emplear en nuevos modelos. Según ha declarado el mismo Carlos Ghosn CEO de la Alianza Renault-Nissan
«la creciente cooperación a través de la Alianza es muy beneficiosa para sus miembros, y se ve reflejada en las consecución de economías de escala, avances tecnológicos e innovaciones que están siendo compartidos por Renault y Nissan» […] «vamos por el buen camino para conseguir sinergias por un importe de 5.500 millones de euros en el año 2018, incluso antes de incluir las operaciones de Mitsubishi Motors, nuestro nuevo socio en la Alianz»
Estas sinergias de las que habla Ghosn vienen de la mano de varias actividades de la Alianza. La primera es la investigación y desarrollo en nuevas tecnologías, la segunda llega de la mano del uso de plataformas modulares comunes y la tercera viene de las compras conjuntas de componentes que realizan a sus proveedores. Además, a esta lista habría que incluir la producción de sus modelos en las diferentes plantas de la Alianza.
La producción cruzada de modelos permite al grupo franco japonés ahorrar mucho dinero. Prueba de ello es que Renault se está encargando de la fabricación del nuevo Nissan Micra en Francia y que Nissan se hará cargo del ensamblado de la nueva pick up de Renault, la Alaskan. En esta ecuación todos ganan y Mitsubishi, su nuevo integrante será el próximo beneficiado, pues este era uno de los puntos por los que estaba perdiendo competitividad en el sector.
Fuente: Alianza Renault-Nissan
Más información sobre este modelo
- Plazas 5
- Potencia 140 - 190 cv
- Consumo 5,3 - 7 l/100km
- Valoración 4,5
Los Nissan eran mas fiables con sus propios motores..ahí estan las Vanette con un millón de kms a sus espaldas..los Primera..(primeros)..los Almera..los dci no dan ese resultado ni hartos de vino.!
…. claro que sí $$$$$INERGIA$$$$$ ….