Está más que claro que los coches que más nos apasionan son los deportivos. Tenemos el sueño de que, algún día, podamos adquirir uno de ellos, aunque mucho nos tememos que sufriremos ahorrando durante bastante tiempo para poder llegar a un deportivo asequible, que tampoco está nada mal. Por supuesto, los que más nos apasionan, son los superdeportivos; como los protagonistas de esta carrera de aceleración: Mercedes-AMG GT R y Nissan GT-R.
Ya hemos dicho en varias ocasiones que una carrera de aceleración, un tiempo en Nürburgring o la velocidad máxima no son datos para evaluar qué coche es mejor. Pero tampoco podemos negar que nos encantan este tipo de enfrentamientos. En el siguiente vídeo que os dejamos tras el salto vemos a dos superdeportivos luchando en una carrera de aceleración de cuarto de milla y testando frenos. ¿Por quién apuestas, por el Mercedes-AMG GT R o el Nissan GT-R?, ¿por Hulk o por Gozdilla?
Reconozco que, antes de ver el vídeo, pensaba que el Nissan GT-R, aunque no sea una versión Nismo, completaría en menos tiempo el cuarto de milla desde parado, pues todos sabemos de la fama del launch control de Godzilla. En los primeros metros de aceleración Godzilla aventaja a Hulk, que es de tracción trasera, pero poco a poco le empieza a recortar distancia y logra adelantarlo a escasos metros de llegar a la línea. Y a nivel de frenos, en una frenada en línea recta, recorren la misma distancia exacta.
Mercedes-AMG GT R
El Mercedes-AMG GT R utiliza un motor 4.0 V8 biturbo, que rinde 585 CV y 700 Nm. Toda esta energía, como sabéis, se envía al tren posterior. Se trata de un auténtico superdeportivo, de los que exigen experiencia y delicadeza a quien busque exprimirlo, porque aunque no sea un coche complicado de conducir siempre te pide estar en guardia. Hace el 0 a 100, según datos, en 3,6 segundos y alcanza los 318 km/h.
Nissan GT-R
Godzilla es un coche diferente, pero igualmente bruto. Bajo el capó delantero del Nissan GT-R se ubica el famoso 3.8 sobrealimentado que rinde 570 CV y 630 Nm de par. La principal diferencia del Nissan al Mercedes, además de lógicamente su estética y carrocería, es la forma de transmitir la energía al asfalto. Mientras que el alemán es de propulsión trasera, el japonés reparte todo el par entre las cuatro ruedas, siendo por ello que tenga tal efectividad en arrancadas y a la salida de las curvas.