Cuando Zhejiang Geely Holding Group Co. Ltd, mejor conocida por Geely, se hizo cargo de Volvo en 2010 todos nos echamos las manos a la cabeza. Era la primera firma con raíces europeas que caía en manos de un constructor chino, y desconfiábamos de sus intenciones. Ahora, casi una década después, tenemos que darles las gracias por haberse hecho cargo de ella, pues quizá en otras manos, jamás hubiera resurgido como lo ha hecho.
Poco a poco, los responsables de Geely han insuflado el dinero que la casa de Gotemburgo necesitaba. Gracias a él, han creado una oferta de modelos que para sí los quisieran varias firmas que se denominan premium. Además, al calor de la nueva Volvo ha nacido Polestar y se ha situado como referente tecnológico, pues en seguridad ya lo era. Así, es pionero en tecnología de conducción autónoma y desarrollo del vehículo cien por cien eléctrico.
Geely y Volvo crearían una empresa independiente
Siendo así, lo más lógico es continuar con la integración entre matriz y filial. Así, Volvo y Geely estarían estudiando fusionar en una única empresa sus operaciones de powertrain. Así, crearían una empresa independiente que tendía una misión: convertirse en un proveedor global para sus marcas y otras externas. Además, tiene otra intención: dejar que la firma sueca se concentre en el desarrollo de la tecnología necesaria para sus próximos vehículos eléctricos.
En resumen, sería una de las mayores operaciones industriales con ahorros y sinergias considerables. Dentro de la estructura de Geely Auto están Proton, Lotus, LEVC y Lynk & Co y serían las primeras en recibir los frutos de esta nueva empresa de powertrain. Además, entre sus planes están la posibilidad de suministrar a terceros constructores sus motores. Por tanto, no solo se incluirían los térmicos que ya conocemos, sino también los últimos avances en materia de hibridación.