La Dirección General de Tráfico lleva tiempo incentivando el uso del airbag como elemento de seguridad para motoristas. Esta misma semana, el ministro de Interior Grande-Marlaska ha presentado la Estrategia de Seguridad Vial 2030 y su hoja de ruta para reducir la mortalidad en carretera durante la próxima década.
Dicha estrategia consta de nueve áreas estratégicas y 62 líneas de actuación, que se concretarán con los planes de actuación bienales. Para el 2022-2023 hay varias modificaciones presentadas, pero en este artículo vamos a repasar la del airbag para obtener el permiso de conducir A.
Como todos sabéis, el carnet A nos permite conducir cualquier motocicleta, bien tenga 250 centímetros cúbicos y apenas 20 caballos, o bien modelos de muy alta cilindrada y potencia. Para obtener este carnet, tenemos que llevar al menos 2 años con el permiso A2, con el que podemos conducir motocicletas de hasta 35 kW (47,5 CV) siempre que la relación peso-potencia sea inferior a 0,2 kW/kg.
La intención de la DGT es imponer próximamente el uso obligatorio del airbag de protección para motoristas a la hora de realizar las pruebas de circulación para obtener el permiso A.
El riesgo de lesión en moto es entre 20 y 40 veces superior que en un automóvil
En una campaña realizada por la propia DGT el pasado año, nos alertaban de que 1 de cada 4 fallecidos en accidente de tráfico era motorista, y que el riesgo de lesión es entre 20 y 40 veces superior a los de un automóvil. Ni que decir tiene que el airbag es un complemento de seguridad muy interesante, pues nos protege las zonas más vulnerables del torax e incluso del cuello.
Afirmaba Pere Navarro tiempo atrás que “el airbag se convertirá en un elemento esencial ya que, gracias a él, se protegen las zonas críticas del tórax, una zona en la que el 35% de los motoristas fallecidos y más del 25% de los hospitalizados sufren lesiones”.
El objetivo es que los motoristas se conciencien de que el airbag es un elemento de seguridad de gran importancia y, por supuesto, de que lo usen. Su primer paso es hacerlo obligatorio en las pruebas de conducción para obtener el permiso de conducir A y, a partir de ahí, que el motorista se acostumbre a utilizarlo en todos sus desplazamientos.
¿Cuánto cuesta un airbag de moto?
Un chaleco airbag para motorista cuesta aproximadamente desde 300 euros, aunque como suele ocurrir el tope superior se puede elevar mucho. También existen cazadoras y trajes de cordura o cuero que vienen con ellos directamente incorporados, pero lógicamente el precio se eleva bastante, siendo superior a los 2.000 euros en muchos casos.
El “problema” es el de siempre, el tema económico. Obtener el permiso A cuesta alrededor de 350 euros en cualquier autoescuela que lo imparta, pero el conductor debe equiparse de casco, guantes, chaqueta y pantalón con protecciones, además de botas que cubran el tobillo. Por supuesto, no todos los conductores tienen el mismo tamaño, por lo que prácticamente tenemos que comprarnos la equipación o pedirla prestada a algún conocido.
Todos son complementos de seguridad, lo que está muy bien y nos parece lógico. Pero si el examinado tiene que comprarse todos estos accesorios, además del airbag, puede que más de uno se desanime si su intención no es comprarse una moto a corto plazo.
Tal vez algunas autoescuelas proporcionen a sus alumnos este dispositivo. Por si cabe alguna duda, los airbags son reutilizables, pues se inflan gracias a una pequeña bombona de gas que se activa en caso de detectar el accidente. Dichas bombonas son económicas. Sin embargo, no olvidemos que tras una caída o arrastrón el chaleco puede deteriorarse y quedar inservible.
¿Cuándo entrará en vigor?
Por el momento se desconoce la fecha en que este dispositivo sea obligatorio para obtener el permiso A de conducir. Todavía tiene que ser aprobada, pero la lógica nos hace pensar que antes de que termine el presente año 2022 ya sea condición indispensable para poder efectuar estas pruebas de circulación.
Recordamos que las pruebas para el carnet A no son un examen, como suele ser habitual. Se componen de 3 horas de clase teórica, 4 horas de conducción en pista cerrada y 2 horas más por vías públicas, impartidas por un profesor de autoescuela. Ni tan siquiera tiene que estar presente un examinador autorizado.
Fuente – DGT